domingo, marzo 11, 2018

80 años del bombardeo más olvidado de la guerra civil



El 3 de marzo de 1938 la localidad de Alcañiz (Teruel) sufrió un terrible bombardeo que causo el doble de victimas que el de Guernika y que fue silenciado durante más de 65 años.

Este bombardeo con unas cifras aproximadas de ente 300 y 500 muertos fue el segundo mas mortífero de la guerra, solo superado por el de la calle Urgel en Barcelona quince días más tarde, el 18 marzo, con más de mil fallecidos.

Un minuto y medio de muerte y destrucción

Aunque puede parecer sorprende esto es lo que duro el ataque. El mismo se inició a las 16:09 y fue perpetrado por catorce bombarderos de la Aviación Legionaria italiana, divididos en tres escuadrillas y por orden directa del jefe de la aviación franquista, el Genetal Kindelán.
Estos, en solo 90 segundos, descargaron sobre esta localidad 160 bombas de 50 y de 100 kilos, sumando 10 toneladas en total. Tras este brutal ataque que arraso todo a su paso, las escenas de destrucción, muerte y desolación se repitieron por todo el municipio.
Elena Bardavío Julve, que acaba de cumplir 94 años, y que con solo 14 años pudo sobrevivir al taque lo recuerda muy bien: “Las imágenes del bombardeo…. Nunca lo he olvidado aunque ahora he perdido mucha memoria, pero el bombardeo… Una cosa así no se olvida nunca”. “Otras veces sonaban las alarmas pero esa vez no”. “Vi gente en el suelo, muertos o heridos, y los chicos que me llevaron me dijeron que no mirara, pero había gente muerte en la calle. Era todo gritos y gritos, gritaban barbaridades, todos como locos, y por la calle Mayor bajaba como fuego, como algo encendido...”.
En el momento del ataque, Alcañiz, que ya había sufrido dos bombardeos de mucha menor intensidad anteriormente, era considerada la capital del Teruel republicano. Había alrededor de 11.000 personas, unos 9.000 vecinos y más de 2.000 refugiados, la mayoría procedentes de las batallas de Belchite y Teruel y personal de retaguardia del ejército republicano.
También se encontraba la jefatura del XII Cuerpo del Ejército republicano y antes había sido la sede de la columna Macià-Companys desde el inicio de la guerra. 14 días después, las tropas franquistas entraban en una ciudad arrasada y donde la mayoría de los republicanos había ya huido.

Recuerdo y memoria tras años de olvido

Como decíamos al principio, este ataque a pesar de su gran magnitud fue totalmente silenciado durante décadas. Primero, al igual que ocurrió con el de Guernika, el fascismo español propagó la noticia de que la ciudad había sido arrasada por “los rojos” antes de replegarse. Tras la victoria final en la guerra, la dictadura impuso a través del terror y el medio el más completo olvido sobre lo que había pasado.
No fue hasta 2003, cuando José María Maldonado, un historiador de la misma localidad y nieto de supervivientes del bombardeo, se atrevió a publicar un libro titulado "Alcañiz, 1938. El bombardeo olvidado". Un libro que como reconoce el propio autor, tardo 23 años en publicar, ya que fue en 1980 cuando empezó a investigar sobre este tragico acontecimiento.
Este “forzado silencio” parece que poco a poco se va rompiendo. El pasado sábado 3 de marzo, por primera vez en 80 años, se celebro en la localidad un acto de recuerdo y homenaje a las víctimas del bombardeo, con la participación del presidente de Aragón Javier Lambán, y los consejeros de Presidencia, Vicente Guillén, y Educación, Mayte Pérez.
Por la tarde se celebró una charla con expertos en la guerra y también se inauguró una exposición de fotos de aquel día por las calles de la localidad. De forma paralela, el ayuntamiento aprobó el mes pasado en pleno una moción por unanimidad para que se declare el día 3 de marzo como "Día del recuerdo del bombardeo de Alcañiz".
También se aprobó que se acometa, en base a un informe del propio Maldonado, una reforma en el cementerio para crear un espacio que recuerde no sólo el bombardero sino todo lo que pasó durante la Guerra Civil con varias placas informativas. En el mismo ya existe un monolito, pero de homenaje fascista, que con las firmas de Franco y Mussolini, recuerda a los soldados italianos que murieron en la Guerra.

Estado español, “paraíso” de recuerdo fascista

Estas “buenas intenciones y palabras” en este acto, sabemos que por desgracia no van a pasar de ahí. Como hemos denunciado numerosas veces en este diario, el Estado español sigue dando muestras permanente de como sigue siendo un territorio en el que el fascismo y su recuerdo, es decir, su victoria en la guerra civil y su posterior feroz represión y dictadura siguen muy presentes.
Esta última semana conocíamos como, mientras el gobierno del PP alardea con orgullo de que lleva 5 años dando cero euros en los presupuestos a la memoria histórica, en el mismo periodo ha gastado 1.8 millones de euros en reparaciones en el Valle de los Caídos.
Incluso un grupo de euros parlamentarios de izquierdas de diferentes países, que visito la semana pasada el lugar, criticó con dureza, que se siga manteniendo este lugar de homenaje y exaltación fascista.
A esto se suman, los 32.000 euros públicos destinados a repatriar de Rusia, los cadáveres de los combatientes fascistas de la División Azul que combatieron junto a los nazis, mientras miles de asesinados por el franquismo siguen en las cunetas y fosas comunes repartidas por todo el país.
Pero este trato humillante a las víctimas del fascismo español, no solo viene por parte del partdo de gobierno, heredero político directo de la dictadura franquista. El PSOE, acepto el “pacto de impunidad, silencio y olvido” de la Transición y luego cuando tuvo oportunidad, con más de 10 años de mayoría absoluta no hice nada en este tema.
Tampoco los “nuevos partidos” han hecho prácticamente nada al respecto. Podemos esta aliado con el PCE (IU) que “traiciono” la lucha antifranquista aceptando la monarquía y la impunidad impuesta por la dictadura. Ciudadanos, como “nueva derecha”, se alía siempre con el PP, para frenar cualquier iniciativa relacionada con las víctimas del franquismo.
Esta “política de palacio” imponer aceptar, en la práctica, un olvido más que absoluto de la GC y un reconocimiento de hecho a la victoria fascista, que ha llegado a nuestros días con una transición hecha por los mismos franquistas y aceptada por todos.

Jorge Calderón
Historiador y Profesor de Secundaria, Zaragoza

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