sábado, febrero 03, 2018

Alemania: el sindicato metalúrgico radicaliza las huelgas por la reducción de la jornada laboral



El conflicto en el sector metalúrgico se agudiza: habrá huelgas de advertencia de 24 horas a partir del miércoles en 250 empresas. Esta lucha podría ser un punto de partida para un gran movimiento por la reducción de la jornada laboral.

El sábado a la mañana quedó claro: el sindicato metalúrgico "IG Metall" ampliará masivamente las huelgas en el sector. En las últimas semanas 930.000 trabajadores abandonaron el trabajo durante paros de algunas horas, ahora el sindicato llamará a huelgas de 24 horas a partir del miércoles. Hasta el día martes se votarán estas medidas en más de 250 empresas, "en todas las ramas y de todas las dimensiones".
En una declaración de prensa, el sindicato metalúrgico declaraba: "Las preparaciones se están haciendo a toda marcha. Los efectos en las empresas escogidas serán mucho más grandes que en las huelgas de advertencia anteriores. Mientras que haya huelgas de 24 horas durante esta semana, no habrá nuevas negociaciones. El fin de semana que viene, la patronal tendrá una nueva chance para llegar a un acuerdo con el IG Metall. Si no, haremos un referéndum para llamar a huelgas indefinidas."
La escalada del conflicto se hizo necesaria porque las negociaciones en la provincia de Baden-Wurtemberg, cuyas paritarias son tradicionalmente una orientación para los acuerdos en otras regiones, siguieron sin resolverse el sábado en la quinta ronda de conversaciones. El sindicato informó: "La patronal solo ofreció una suba salarial de 3%, a pesar del muy buen clima económico, y también bloqueó una solución sobre la jornada laboral. […] El punto clave de las negociaciones era el subsidio parcial para la reducción de la jornada laboral para trabajadores con niños o parientes a cuidar.”

Huelgas pioneras

Las huelgas de advertencia de masas de esta semana son pioneras por distintas razones. Por primera vez el IG Metall hace huelgas de advertencia de 24 horas como medida de fuerza. Esto es importante porque las cúpulas sindicales en los últimos años se negaron a escalar el conflicto. Con la introducción de huelgas de 24 horas como medida que se decide y directamente se hace efectiva al nivel de la empresa, se amplía la presión masivamente. Su repercusión económica es muy grande, porque las cadenas de producción "just in time" en la rama metalúrgica pueden pararse completamente incluso si hay huelgas de un sólo día en una empresa importante.
Además, las votaciones al nivel de empresa devolverán algo del poder de decisión -que hoy se encuentra concentrado en la burocracia sindical- a la base del conflicto laboral. Esto también podría ser un punto de partida para un desarrollo del conflicto en una escala aún más masivo si la patronal no cede a pesar de las huelgas de esta semana. En la prensa internacional por fuera de Alemania se habla incluso ya de una "tendencia a la huelga general en el sector metalúrgico" (The Guardian). Aun no estamos en ese nivel –en caso de que fallen nuevamente las negociaciones el sindicato amenazó con una huelga en toda la rama, pero esto no significaría necesariamente una huelga simultánea o por tiempo indefinido. Aun así, en comparación con las paritarias muy modestas de los últimos años, un llamamiento a la huelga en toda la rama sería un suceso importante que podría cambiar considerablemente las relacionas de fuerza entre las clases en Alemania.
El otro aspecto significativo es que el conflicto laboral en el sector metalúrgico tiene demandas que son una contratendencia a las políticas de precarización laboral que vienen siendo dominantes desde la "agenda 2010" de Schroeder y sobre todo desde el comienzo de la crisis mundial hace una década. Es que el IG Metall no solo está reclamando una subida salarial, sino que reclama discutir la jornada laboral.

¡Más tiempo para vivir, en vez de vivir para trabajar!

Como respuesta a la creciente "flexibilización" de la jornada laboral -siempre a costa de los trabajadores-, el sindicato demandó en estas paritarias una reducción temporaria de la jornada laboral. Concretamente exigen que los trabajadores, de forma voluntaria e individual, puedan reducir su jornada laboral a 28 horas por semana durante un período de dos años y después puedan volver a la jornada completa. Hasta el día de hoy, en el convenio existe el derecho a reducir la jornada, pero no incluye el derecho de volver a la jornada a tiempo completo una vez transcurridos los dos años. En caso de que la reducción se haga con el objetivo de cuidar a un niño o un familiar, el sindicato demanda una compensación salarial parcial de 200 euros al mes, y en el caso de una reducción por motivo de un trabajo por turno, demanda 750 euros al año.
Esta reivindicación es altamente progresiva porque abre una discusión sobre la reducción de la jornada laboral que en las últimas décadas se había perdido completamente en el movimiento obrero. Es una tendencia contraria a la extensión omnipresente de la jornada laboral; a pesar de que los convenios colectivos en el sector metalúrgico dicten una semana laboral de 35 a 37 horas (en Alemania occidental y Alemania Oriental, respectivamente) la semana laboral en término medio es de más de 43 horas en Alemania. Incluso en el sector metalúrgico estas cifras están lejos de ser una excepción.
Esta dimensión es por lo tanto la que otorga a este conflicto el potencial de ser el más importante en el sector metalúrgico en los últimos 30 años. Mientras que en los últimos años fueron sobre todo los trabajadores de servicios precarios los que habían entrado en huelga, ahora se empieza a mover el sector industrial más importante en Alemania, el pilar central de la economía exportadora del país. Si se consiguieran imponer estas demandas sobre la jornada laboral en este sector estratégico, se podría abrir un nuevo horizonte a la clase obrera, tras años de luchas defensivas.
A primera vista, el pedido de poder retomar una jornada completa después de dos años podría parecer una demanda bastante limitada, pero su gran fuerza proviene del hecho de que la tendencia en las últimas décadas fue a jornadas laborales cada vez más largas y más precarias. Por primera vez nos encontramos con una lucha decidida en la dirección opuesta. Por otro lado, es importante la dimensión feminista de la demanda laboral, ya que son mayoritariamente mujeres las que sufren la "trampa del tiempo parcial". Mujeres que piden reducir su jornada para cuidar de niños o familiares y que después de un tiempo no pueden volver a la jornada completa lo que las arroja a una dependencia permanente de sus parejas.
Pero estos no son los únicos motivos que llevan a que la patronal alemana esté categóricamente en contra de la demanda; lo que realmente enfurece a la patronal es que el sindicato esté reclamando una compensación salarial parcial por la reducción de la jornada laboral -una demanda que hace años era impensable en Alemania-.

¡Reducción de la jornada laboral para todos!

Esta huelga plantea la posibilidad de abrir una discusión aún más radical: la reducción general de la jornada laboral sin rebaja salarial y el reparto de las horas de trabajo. En vez de la brecha creciente entre los "mini jobs" (que no alcanzan para vivir) y trabajos con una jornada laboral extrema que lleva al estrés, el burnout y problemas físicos de todo tipo, sería completamente factible una reducción de la semana laboral a 30 horas para todos. La tecnología para hacerlo posible ya existe: en vez de acelerar cada vez más el ritmo de las máquinas y condenar a los trabajadores a ser esclavos de la automatización y la robotización, se podrían utilizar los progresos tecnológicos para reducir la jornada laboral para todos. Esta sería una oportunidad también para terminar con el desempleo de más de 3 millones de personas, la miseria de Hartz-IV [la prestación al desempleo para los parados de larga duración de nacionalidad alemana o con residencia habitual en Alemania], la precariedad de los inmigrantes, e integrar a estas personas al mercado laboral.
Por tomar un ejemplo de la izquierda internacional, en Argentina durante las últimas elecciones el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) hizo una gran campaña de agitación durante las elecciones con esta demanda clave: trabajar 6 horas por día, 5 días a la semana. Más de un millón de trabajadores votaron por estas propuestas. ¿Por qué no podría ser posible en Alemania desarrollar una campaña masiva en el mismo sentido? De este modo, los trabajadores y las trabajadoras podrían comenzar a pensar en otro futuro.

Stefan Schneider

No hay comentarios.: