martes, enero 17, 2017

Ante el fallo del juicio del Plan Cóndor en Roma



El próximo martes 17 de enero será la próxima audiencia del juicio del Plan Cóndor en la ciudad de Roma, se espera la lectura del fallo y la expectativa sobre la sentencia correspondiente al mismo. La lucha por el juicio y castigo a los represores de las dictaduras del Cono Sur seguirá y no pararemos hasta que se juzgue a todos los represores, hoy día con la mayoría de sus delitos impunes, y que la justicia también llegue a nuestros países.

El próximo fallo sobre el Plan Cóndor, en el juicio de Roma, será en la audiencia de este martes 17 de enero. Como señalamos aquí y aquí, involucra la responsabilidad de represores de distintos países de Sudamérica, entre los cuales hay varios uruguayos sobre los que recae el pedido de perpetua por parte de la fiscalía y los abogados querellantes.
El represor uruguayo Jorge Troccoli, que se encuentra residiendo en Italia, aparece como uno de los principales imputados por su participación en la represión, desde su puesto en el FUSNA de la armada uruguaya y en coordinación con la ESMA de Argentina, contra los GAU en los años 1977-1978.
Ante la impunidad todavía reinante en Sudamérica, quienes luchamos por verdad, justicia y el castigo a los represores, tuvimos que ir hasta Europa para lograr que enjuicien a los torturadores y asesinos, lo que en su mayor parte nos niegan en nuestros países.
Donde incluso a los pocos militares condenados se le otorgan beneficios como la cárcel domiciliaria.

Fallos en el juicio del Plan Cóndor no resultaron acordes a lo esperado

Mi prima Victoria Moyano Artigas, hija de mis tíos desaparecidos Asunción Artigas y Alfredo Moyano, y mi padre Dardo Artigas familiar y victima de la dictadura,
fueron querellantes en la causa y declararon en su momento como testigos por la desaparición mis tíos, y ambos estarán el próximo martes en la audiencia final, donde se emitirá el fallo del Tribunal de Roma.
Para nosotros este juicio es un eslabón más en la lucha por la verdad y el juicio y el castigo a los represores, al igual seguramente que muchos otros familiares y militantes de DDHH, una lucha que en nuestra familia llevamos desde hace décadas y no pararemos hasta que se juzgue y encarcele en nuestros países, a todos y cada uno de los represores, y que se sepa toda la verdad de la barbarie que sufrieron nuestros familiares y todos aquellos que lucharon y sufrieron la represión.

Un juicio revelador

Ante la impunidad de los delitos de lesa humanidad en nuestros países, el juicio en Roma revela la lucha incansable de los familiares y organizaciones de DDHH en búsqueda del juicio y castigo a los represores, más allá de las fronteras. El peso de las pruebas y de los testimonios de números testigos y víctimas, recae sobre estos represores, la expectativa está puesta en el próximo fallo que debe considerar los alegatos de los abogados de los familiares y la fiscalía, con el pedido de perpetua incluido.
Durante el proceso, se ha reabierto la discusión pública, sobre todo en Uruguay, acerca del acceso a las fuentes documentales de la represión, con la repercusión que tuvo en el propio juicio la presentación de pruebas por parte de familiares del fallecido Daniel Rey Piuma y en el camino, incluso, se ha revelado la continuidad del accionar de los aparatos de espionaje y represión de la dictadura, durante la democracia, como lo demuestra el affaire sobre los archivos Castiglioni.
Los procesos por los delitos de lesa humanidad en las dictaduras del Cono Sur, revelan crecientemente con las pruebas recaudadas, la responsabilidad estatal coordinada y sistemática bajo el nombre del Plan Cóndor, para torturar, asesinar y desaparecer a miles de trabajadores y militantes políticos. Con el objetivo de destruir a toda una generación de trabajadores y militantes revolucionarios, a favor de beneficiar el poder y los intereses económicos de las clases dominantes de la región y del extranjero.
La lucha por la verdad y la justicia no es solo una lucha por algo que pasó hace ya muchos años, sino que esta lucha revela la continuidad y amenaza que significan los aparatos represivos heredados de las dictaduras que se mantienen a la orden de ser usados cuando los sectores de poder lo consideren necesario.

La lucha sigue

La lucha por el juicio y castigo a los represores y por saber el destino de nuestros familiares no se termina acá. Debe tomarse como un punto de partida para avanzar en este camino también en nuestros países, en Uruguay, en Argentina y en el resto del Cono Sur y acabar de una vez con la impunidad reinante garantizada por los regímenes políticos de cada país.
Ejemplo de ello es Uruguay donde el gobierno del Frente Amplio mandará, para lavarse la cara, a la audiencia a su vicepresidente Raul Sendic, mientras el régimen político ha protegido a los represores con los pactos de impunidad como el del Club Naval, les han otorgado privilegios como las cárceles vip y la prisión domiciliaria o protegido con declaraciones como las de José “Pepe” Mujica diciendo que no quería “viejitos” presos, estancando o haciendo retroceder las causas en complicidad con el poder judicial.
Las pruebas reveladas en el mismo juicio y las repercusiones políticas acerca del manejo de las fuentes documentales, dan muestra de todo lo que hay por hacer. Exigimos la apertura total de los archivos de la represión en todos los países, que se constituyan comisiones independientes integradas por familiares y organismos de DDHH, que profundicen en las pruebas que se puedan encontrar en las fuentes documentales.
Si el tribunal de Roma condena a perpetua a Troccoli y los demás militares procesados será un triunfo de la lucha de los familiares y víctimas que no han descansado un minuto para ello, y no de los gobiernos que supuestamente se dicen "de izquierda". Tiene que ser un impulso muy grande para redoblar fuerzas en nuestros países y hacer nuevas presentaciones judiciales acompañadas con la movilización popular. ¡Queremos juzgar a los milicos en nuestros países! Por eso llamamos a los familiares, las organizaciones de DDHH, las organizaciones obreras y demás organizaciones sociales, a unirnos y redoblar la lucha por terminar con la impunidad en nuestros países, lograr el juicio y castigo a todos los represores. Porque en esta lucha no solo nos jugamos nuestro pasado, sino también nuestro futuro.

Sebastián Artigas

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