jueves, noviembre 05, 2015

La muerte de Tosco y el recuerdo del pueblo trabajador



En el clásico film de Bernardo Bertolucci, Novecento, una de las imágenes más fuertes y representativas, es cuando, luego de un ataque de los fascistas al local del Partido Comunista, los militantes marchan hacia el centro del pueblo con los cuerpos de los ancianos fallecidos en el ataque para denunciar el atentado.

Encuentran como respuesta que el conjunto de la población les da la espalda. Esta indiferencia (o miedo, que para el caso es lo mismo) simboliza el triunfo de las fuerzas reaccionarias sobre el pueblo.
Obligado a la clandestinidad por la persecución del régimen del Navarrazo, Agustín Tosco fallece de una enfermedad que podía ser tratada en condiciones normales.
Recordemos que en Córdoba se vivía un verdadero terrorismo de Estado. La policía de la provincia actuaba en común con los comandos fascistas integrado por civiles y miembros del ejército persiguiendo a la vanguardia obrera y estudiantil.
Los sindicatos combativos eran intervenidos y se allanaban sus sedes, junto a los de los partidos de izquierda, y eran encarcelados sus dirigentes. Los asesinatos estaban a la orden del día. Centenares de personas pasaban a la clandestinidad.
Es en ese marco que llega a la provincia la noticia del fallecimiento del dirigente lucifuercista, la figura más emblemática del Cordobazo y de todo el período.
Al contrario de la película, en su velorio participaron más de 20 mil personas, que luego partieron hacia el entierro en el Cementerio San Jerónimo, ubicado a casi 6 kilómetros.
Este hecho fue la última movilización masiva, antes del golpe, realizada por los cordobeses del Cordobazo, de los sindicatos clasistas y de la unidad obrero- estudiantil.
Al llegar al cementerio los esperaban parapetados decenas de francotiradores que sembraron el terror y dejaron decenas de heridos.
El féretro tuvo que ser abandonado y recién pudo ser depositado en el panteón en horas de la noche. La burguesía cordobesa sonreía.
A pesar de los enormes límites que tenía la estrategia de Tosco para llevar adelante la necesaria revolución obrera y socialista, su figura representaba un modelo sindical alejado de los burócratas habituales.
En una maniobra típica del más rancio cordobesismo, su figura - luego de intentar ser ocultada - comenzó a ser reivindicada hipócritamente por burócratas y gobernantes a los que probablemente hubiera enfrentado.
A principios de año, Alianza, un humilde equipo de la localidad natal de Tosco, Coronel Moldes, jugó en el Chateau por la Copa Argentina con Independiente de Avellaneda. Cuando los hinchas de Alianza quisieron desplegar una bandera con la cara de Tosco, fueron golpeados por la policía y obligados a retirar el trapo de la tribuna.

Guillermo Torrent
Asesor legislativo FIT - Córdoba

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