lunes, noviembre 30, 2015

Asume gobierno socialista en Portugal prometiendo fidelidad al euro y a la OTAN



Después de la caída del gobierno conservador y tras varias semanas de negociaciones, asume el gobierno de Portugal el socialista António Costa, apoyado por los votos del Bloque de Izquierda, el PC y los Verdes.

Costa fue investido por el presidente conservador Aníbal Cavaco Silva, asegurando que el nuevo Gobierno que encabeza cuenta con total legitimidad y con un programa para "pasar página de la austeridad".
"El Gobierno que hoy aquí toma posesión no es un Gobierno temeroso del futuro (...), que no haya la mínima duda, es un Gobierno seguro", dijo Costa en su primer discurso dirigido a la nación como jefe del Ejecutivo.
El primer ministro lanzó este mensaje en el Palacio Nacional de Ajuda, en Lisboa, tras la investidura de todo su equipo de gobierno.
Los socialistas quedaron en segundo lugar en las elecciones, pero la coalición de centro-derecha no logró los votos necesarios para gobernar con mayoría absoluta.
El conservador Passos Coelho intentó formar gobierno pero cayó inmediatamente, tras la moción de rechazo presentada por la oposición. Esta fue aprobada por 123 votos a favor (siete más que la mayoría absoluta) y 107 en contra, los de la coalición conservadora entre el Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) y los democristianos del CDS-PP.
El Ejecutivo socialista que lidera António Costa entró oficialmente en funciones este jueves, con el desafío de gobernar Portugal en minoría, apoyado por la izquierda, en medio de las duras advertencias del presidente, Aníbal Cavaco Silva.
El presidente conservador impuso a Costa un “pacto de estabilidad”, y la promesa de que no saldrá del euro, respetará la OTAN y la “disciplina presupuestaria”.
"Se exige al Gobierno el respeto a las reglas europeas de disciplina presupuestaria", comenzó por advertir el presidente, cuya alocución estuvo plagada de críticas y reproches a la nueva administración de Costa.
El conservador Cavaco Silva lamentó la "crisis política abierta" por la moción parlamentaria de la izquierda que derribó el 10 de noviembre al Gobierno de centro-derecha de Passos Coelho, designado por el propio presidente por haber sido el líder de la fuerza más votada en las elecciones del 4 de octubre.
"Esta es una situación inédita en nuestra democracia", abundó el presidente, en alusión a que sea el PS el que gobierne a pesar de haber perdido las elecciones.
Cavaco Silva dio a entender que finalmente optó por llamar a Costa para formar Ejecutivo como “mal menor”, al considerar que la alternativa de dejar a Passos Coelho en funciones durante meses habría sido peor para Portugal, que sigue padeciendo una grave crisis económica.
El presidente conservador avisó además de que “no abdicará de ninguno de los poderes que le confiere la Constitución”, entre los que destaca el de vetar leyes.
Asumió, sin embargo, que, por estar en fin de mandato, no podría disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, como insinuó que era su deseo.
En su intervención, Costa contraatacó el crítico mensaje del presidente y prometió “respeto” por los compromisos internacionales del país.
Portugal no avanza con "radicalizaciones", aseguró, antes de añadir que el nuevo Ejecutivo va a guiarse por la “moderación” y la aplicación de una política “alternativa” a la de la austeridad.
Será una alternativa "realista, cuidadosa y prudente", constató en respuesta a los avisos de Cavaco Silva, quien mostró su preocupación por un posible aumento del gasto público en la aplicación del programa socialista.
La portavoz del Bloque, Catarina Martins, estuvo presente en la ceremonia de investidura, y dijo que se dan las condiciones para empezar a acabar con el ciclo de "empobrecimiento" iniciado en 2011.
El portavoz de los comunistas, Joao Oliveira, también acompañó al nuevo gobierno, y centró su discurso en las críticas a Cavaco Silva, al que acusó de haber intentado mantener al Ejecutivo conservador en el poder a toda costa.
Los socialistas tendrán su primer test los próximos 2 y 3 de diciembre, con el debate del programa de Gobierno en el Parlamento.
El Ejecutivo de Costa, con el respaldo del Bloque y el PCP, pretende revertir las medidas de austeridad aplicadas por los gobiernos anteriores, como los recortes de salarios de los funcionarios y los pensionistas.
Sin embargo, el Bloque y el PCP renunciaron a gran parte de su programa para apoyar a Costa, y Costa renunció al suyo propio para ser nombrado por el presidente conservador. En conclusión, una cadena de “moderaciones” política que condiciona al extremo al nuevo gobierno para no salirse de los márgenes estrechos de las medidas dictadas por la Troika.

La Izquierda Diario // Agencias

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