sábado, noviembre 21, 2015

80 años después… El POUM entre Cataluña y Asturias



Después de unas jornadas madrileñas dedicadas a las mujeres (revolucionarias) del 36, la Fundación Andreu Nin (FAN) ha celebrado otra sobre la importancia de su legado en el Palau de la Virreina en Barcelona (en cuyas puertas raptaron a Nin), y prepara una más en Asturias. En unas y otras se han ofrecido sendos homenajes a dos notorias militantes fallecidas recientemente: la muy celebrada Teresa Rebull (compañera de “Pep” Rebull), también conocida como “la abuela de la Nova Canço”, y Emérita Arbonés (compañera de Vicenç Ballester), modelo de militante a prueba de bombas que nunca dejó de militar, ni tan siquiera en los años más oscuros de la clandestinidad. Le correspondió a Pelai Pagès trazar los perfiles de una y otra, así como desarrollar una ponencia en la que resaltó algunos de los nombres más significados del POUM, un partido que se fundó en Barcelona pero que tuvo como principal referente de su programa la unidad obrera del Octubre asturiano de 1934.
Partiendo de la experiencia del 34 se unificaban democráticamente las corrientes que se habían aglutinado en el Bloc, del que Joaquín Maurín fue el líder incuestionable (autor de “Hacia la Segunda Revolución”, justamente considerado como la máxima expresión alcanzada por el marxismo en este país (de países) 1/, amén del arquitecto de la estrategia que se concretó en la Alianza Obrera, más bujarinistas como Julián Gorkin y el núcleo de Valencia, nacionalistas catalanes como Jordi Arquer y Josep Rovira, rabassaires que aunque no tuvieron un líder reconocido fueron importantes, junto con trotskistas que no aceptaron que Trotsky tuviera la última palabra sobre una realidad española. Una realidad en verdad compleja sobre la que –como no podía ser menos dada la situación en la URSS y en Alemania- poseía un conocimiento muy sumario. Obviamente, estas jornadas estuvieron marcadas también por el peso de una realidad inmediata que nos obligaba a pensar en el pasado en clave de lecciones para el presente.
Dentro de su modestia como “tinglado” militante con una cierta audiencia, las actividades de la FAN se han distinguido por una labor divulgativa (y pluralista: en todo momento se ha tratado de ampliar el abanico de corrientes: las jornadas de Madrid, por ejemplo, se hicieron junto con la Fundación Anselmo Lorenzo) que se ha traducido en nuevas ediciones de libros, numerosos actos públicos, homenajes, proyecciones de películas y documentales. Pero también con una cierta proyección institucional y mediática entre las que cabe contar el homenaje al POUM y a su militancia; en el Parlamento Español en 2007 y el homenaje que todo el arco de la izquierda catalana, sin excepción, tributó el 17 de junio de 2013, en el Parlament de Catalunya a Andreu Nin. Un precedente de las que –presumiblemente- se realizarán en las Cortes de Aragón a Joaquín Maurín, cuya trayectoria militante ha sido objeto de varios aportes biográficos reivindicativos como los de Iveline Riottot y la de Alfonso Claverías. A todo esto habría que sumar las labores desarrolladas desde las páginas Web en Madrid, Barcelona y Asturias, así como la callada labor de recuperación editorial de Victor Serge del que se está preparando la edición de El nacimiento de nuestra fuerza.
Desde esta radiación memorialista se explica el interés por el legado en otros rincones del Estado español, así como que muchos representantes electos de Podemos y de las diversas candidaturas municipalistas se hayan reclamado de la tradición que el POUM representa, reclamo especialmente subrayado por el amigo Lluís Rabell en la composición de su perfil biográfico y en muchas de sus intervenciones; como lo fue anteriormente de David Companyon, diputado por ICV-EUiA en la legislatura catalana anterior, clave en la gestación del homenaje institucional de junio del 2013. Una reivindicación sobre la que también se extendió Albert Botrán, historiador y diputado de las CUP, que se refirió a una encuesta entre los concejales de su formación (de raíz municipalista) en la que el nombre de Andreu Nin aparecía entre las preferentes en un lugar equiparable a la de Francesc Maciá, así como a la influencia del último Jordi Arquer, quien mantuvo una gran relación política con el PSAN. Este militante histórico del POUM, intentó, tras la muerte de Franco, la fundación del BOC dels Països Catalans, un proyecto no muy alejado de lo que han acabado siendo las CUP.
Considerando que estamos en otro (re)inicio, no deja de resultar significativa esta revalorización (iniciada en los años ochenta por una parte de generación del 68 que antes había tomado partido por Trotsky en la crisis española de los años treinta), que resultaría notablemente beneficiada de la obra del plumista George Orwell y también por el impacto causado por “Tierra y Libertad”, de Ken Loach (sin olvidar la ejercida por “Operació Nikolai” producida por TV3).
Este (re)inicio fue coincidente con el tiempo histórico de la “gran derrota”, causada por el desplome la burocracia y de las normas que el estalinismo había impuesto en el movimiento comunista internacional y contra el cual luchó el POUM a un precio muy caro.
Desde esta perspectiva histórica se encuadra el desastre de hoy, en un momento en el que los desafueros del triunfal-capitalismo nos están obligando a una nueva respuesta. Es lo que –básicamente, políticamente- explica que al hablar del derecho de audeterminación de Cataluña el movimiento obrero se encuentre muy lejos de representar lo que representó en aquellos tiempos en los que había que echar a la militancia obrera de los locales porque sin ello no se podía hacer ninguna reunión. Es lo que explica que la batalla por los derechos de las mujeres se detuviera justo en el momento en que estas asumían sus propios objetivos en oposición a sus propios camaradas revolucionarios, que las preferían en casa. Este fue el hilo que recorrió la línea de intervenciones sobre las cuales informa Peio Erdocian en un artículo, El legado político del POUM y su relevancia para la izquierda aparecido en Sin Permiso2/. Sobre esta línea de explicación –resistencia contra el estalinismo, fracaso final de este, desactivación del movimiento obrero tradicional, dificultades para crear nuevos movimientos de base- que se desarrollaran las próximas jornadas en Asturias. El lema central se titula “La historia y el legado del POUM (19351980) –Un partido para la revolución”, con un acto en La Felguera el día 18 y otro en Oviedo el 19 de noviembre.
Nos vemos antes de la cita de unas próximas elecciones en las que se dirime una nueva batalla. Una batalla para la que nos empezamos a recuperar después de la “gran derrota”. Porque una vez reconocida esta, se trata de hacer lo mejor posible para estar a la altura de los tiempos. Nuevamente, lo que viene necesita de una reflexión sobre lo que pasó.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Notas

1/ Reeditado en 1967 por Ruedo Ibérico con un prólogo y un epílogo por un Maurín que ya estaba –por decirlo de alguna manera- en otra película.

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