lunes, septiembre 14, 2015

El Toro de la Vega, la despiadada “hombría españolista” en todo su esplendor



El 15 de septiembre volverá a repetirse uno de los “festejos” más crueles del Estado español, el Torneo del Toro de la Vega (Tordesillas, Valladolid). Una vergonzante “tradición” que encabeza la lista de los más brutales espectáculos basados en el maltrato animal, aunque no es la única.

La fiesta del toro de la Vega en Tordesillas, municipio de Valladolid, es un espectáculo centrado en el más brutal maltrato de un animal. En él se persigue a un toro durante horas hasta causarle la muerte a lanzadas. Un acontecimiento deplorable al que acuden cientos de “espectadores” que gritan, hieren y persiguen a un toro hasta que cae.
El “prestigio” que adquiere quién clava la “lanza final” nos presenta este brutal acto como una demostración de fuerza, opresión y sometimiento. Además la brutalidad y ensañamiento con la que actúan los cientos de presentes contra un indefenso animal como si fuese un trofeo convierten este acto en uno de los más criticados.
Este acontecimiento no puede ser considerado una “tradición cultural”. Es un cruel espectáculo que se remonta según algunos a 1534, argumento que utiliza la reaccionaria derecha españolista para apelar su “defensa” como “legado cultural”. Algo que no debería ni ser puesto en debate, del mismo modo que las rancias posiciones reaccionarias que intentan definir estos hechos sanguinarios como “cultura”. Muchos de los defensores, y peor aún, aquellos que no quieren tomar partido ante esta crueldad, aluden al carácter “local” de este espectáculo, algo que obviamente no es, para evitar posicionarse.
El Toro de la Vega se ha convertido en una lucha simbólica, repudiada por la gran mayoría de la población. No obstante, este espantoso festejo continúa, y no es el único del que “avergonzarnos”. Siendo esta una de las “tradiciones” más brutales, es una de las principales luchas del Partido Animalista (PACMA), que desde hace años encabeza a un conjunto de organizaciones, asociaciones y activistas que ven la necesidad de luchar activamente contra el maltrato animal.

Un mapa negro de la violencia animal

El torneo del toro de la Vega cuenta con el apoyo del alcalde del lugar, integrante del PSOE, más allá de que Pedro Sánchez intente distanciarse de su hombre.
Pero, lamentablemente, en el Estado español el Toro de la Vega no es una excepción. Cientos de municipios centran sus festejos populares en torno a espectáculos de maltrato animal. Toda “fiesta” o “festejo” va acompañada de algún espectáculo relacionado con el maltrato animal, los más comunes los espectáculos taurinos.
En los últimos años y a causa del reclamo por parte de asociaciones en defensa de los animales y amplios sectores sociales, algunos municipios han comenzado a legislar medidas contra estos actos. Aunque aún nos encontramos ante un mapa negro en cuanto a la forma de tratar a los animales. Una violencia que sigue naturalizándose, a excepción de brutalidades como el Toro de la Vega, en cientos de espectáculos donde se utilizan los animales como divertimento.
Al día de hoy no existe ninguna comunidad autónoma que prohíba en su totalidad estos actos. Las que más legislación de protección hacia los animales presentan son Canarias y Cataluña. En esta, la mayoría de espectáculos, incluidas las corridas de toros, han sido prohibidos, pero es una excepción. En el resto de comunidades, algunos ayuntamientos han dejado de financiar estos actos, que normalmente eran propios de las fiestas municipales, pero no los han prohibido. El lugar donde más tiempo llevan sin celebrar actos taurinos son las Islas Canarias, desde que en 1991 fueron prohibidos. Gandía, junto a Palma de Mallorca –declarada anti taurina- son las ultimas en sumarse a esta lista de “excepciones”.
Este tipo de actos muestran una de las caras más aberrantes del sistema capitalista, que exprime todo lo que encuentra a su paso y lo explota en su beneficio.
Esta bestialidad contra los animales no es una excepción ni de Tordesillas ni del Estado español. Es fruto de un sistema que convierte la crueldad y violencia en espectáculo, en disfrute y diversión.
Estos espectáculos se mantienen, no por casualidad, sino sostenidos por un sistema que naturaliza la violencia y la opresión, mediante este tipo de actos. Una violencia que busca el sometimiento, la demostración de fuerza del hombre, “el macho”, no solo hacia los animales sino hacia las mujeres y otros sectores oprimidos. Estos espectáculos simbolizan la “superioridad, fuerza y dominio” del hombre en el sistema de opresión y son una gran “puesta en escena” de este sistema capitalista y patriarcal.

Clara Mallo
Madrid | @ClaraMallo

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