jueves, marzo 26, 2015

Syriza, el nacionalismo griego y los desfiles militares



Grecia celebró este miércoles su fiesta nacional con el primer desfile militar bajo el gobierno de Alexis Tsipras. Aunque en el pasado Syriza bregó por la desaparición de este desfile, su realización es una nueva muestra de la moderación creciente del partido liderado por Tsipras y de las concesiones hechas a sus socios nacionalistas y al electorado más conservador.

El desfile ante el monumento al soldado desconocido a los pies del parlamento contó, como dicta la tradición, con la presencia de la plana mayor política.
En medio de una intensa lluvia desfilaron los tres cuerpos del ejército, bomberos, policía, así como veteranos de la lucha contra ocupación nazi, los únicos a los que Tsipras brindó un aplauso.
En una breve intervención ante las cámaras el primer ministro hizo una referencia indirecta a los problemas actuales al destacar que "al pueblo griego nada le fue regalado, todo lo logró a través de la lucha".
"En este día debemos tener presente que cuando un pueblo reclama algo, actúa con decisión y tiene el derecho de su parte, lo puede conseguir todo", dijo Tsipras.
También el recién electo presidente de la República, el conservador Prokopis Pavlópulos, aludió al presente al señalar que lo que cuenta ahora es "construir el proyecto europeo".
"Ojalá con el tiempo nuestro pueblo pueda vivir en mejores condiciones y lejos de la pesadilla actual", subrayó el Presidente.

Patriotismo nacionalista y críticas desde la izquierda

Cuando Syriza estaba en la oposición, preconizaba la eliminación de este desfile militar. Sin embargo, el gesto político de permitir su realización da cuenta de que el “gobierno de salvación nacional” con los Griegos Nacionalistas (ANEL), implicó muchas más que la gran concesión por parte de Syriza que haberle entregado nada menos que el Ministerio de Defensa a los nacionalistas xenófobos liderados por Panos Kammenos.
Lejos de los discursos enraizados en las tradiciones de la izquierda griega, Tsipras y Syriza han optado por enarbolar la bandera nacional y la defensa del orgullo griego como estrategia para soldar una alianza política y social con una parte del electorado conservador y de derecha que comienza a ver en el gobierno de coalición de Syriza y ANEL una posible salida a los padecimientos de los últimos años.
En este contexto, el desfile de este año tuvo una nota distintiva. Una vez concluida la exaltación militar, con la que se conmemora el comienzo de la revolución en 1821 que once años después llevaría a la independencia del imperio otomano, hubo una representación de bailes tradicionales, un claro contrapunto a lo vivido en los últimos años.
Grupos de danza procedentes de todas las regiones del país, bailaron piezas tradicionales, jalonados por un público que, plantando cara al mal tiempo y guareciéndose como podía de la lluvia, les coreaba, animaba y aplaudía.
De este modo el Ejecutivo liderado por Syriza intentó que la jornada, que iba en contra de todo lo que había defendido antes de ser gobierno, apareciera como una “fiesta popular”, en el que las fuerzas armadas se entremezclaran con el folclore griego.
Los colectivos de la izquierda, antifascistas y antimilitaristas, ven en este tipo de gestos de confraternización entre el pueblo y el Ejército una operación propia de la dictadura.
Del mismo modo reaccionaron sectores del ala más izquierdista de Syriza, que hicieron múltiples críticas durante los preparativos y prefieren ver abolida esta tradición, al igual que el desfile de escolares que se celebró la víspera en Atenas y el miércoles en Salónica, la segunda mayor ciudad de Grecia.
Desde la cúpula de Syriza, no obstante, se desdeña cualquier tipo de crítica, por más moderada que sea. Por ejemplo, el vicepresidente del Parlamento Europeo, Dimitris Papadimulis, opinó a través de un mensaje en su cuenta Twitter que en el futuro los aniversarios nacionales deben celebrarse de otra manera, "con menos costo y menos ruido".
Las declaraciones del eurodiputado no quedaron sin contestar y Rena Duru, la presidenta de la región capitalina de Ática, la primera mujer en Syriza que gobierna una prefectura, criticó a su compañero de partido por abordar una cuestión política de semejantes características en un breve mensaje de Twitter.
"Cuestiones políticas no se pueden resolver con 140 caracteres. Una cosa es la política, otra la autopromoción", respondió Duru, co-organizadora del evento junto al ministro de Defensa, Panos Kamenos, el único representante en el Gobierno del partido de la derecha nacionalista Griegos Independientes.
Pero hay otro ingrediente de peso en la política de Tsipras que el desfile militar deja entrever: Grecia tiene cinco veces más soldados por habitante que Alemania. El gasto militar de Atenas supera la media europea y son empresas alemanas, francesas y norteamericanas las que se llevan la mayor tajada.
Durante años los diversos gobiernos helenos han dado vía libre a jugosos negocios de armas, con sobornos incluidos, para la compra de aviones, barcos, tanques y pertrechos militares. El eurodiputado ecologista francés Daniel Cohn-Bendit, denunció en 2010 que tras la crisis de la deuda Paris y Berlín dieron prioridad a que Atenas no rebajara su gasto militar.
¿Será el desfile militar un gesto político de Tsipras para decirles a los militares griegos y a los gobiernos de Alemania, Francia y Estados Unidos, que no va a haber cambios en esta política?
Aún es prematuro afirmarlo, pero quien está en su mejor momento con esta política es el Ministro de Defensa Kammenos, un conspiranoico nacionalista y militarista que hace poco fue reivindicado por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien tras su primera reunión con el Ministro de Defensa griego destacó su “compromiso con la Alianza” (OTAN). Una Alianza que, dicho sea de paso, siempre reclama más gasto militar de sus miembros.

Diego Lotito
Madrid | @diegolotito

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