miércoles, febrero 18, 2015

Grecia rechaza la propuesta de ajuste del Eurogrupo



La reunión de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro finalizó el lunes con el desacuerdo entre Grecia y el resto de sus socios sobre el futuro de la ayuda financiera al país, después de que Atenas rechazara la propuesta de continuar con el plan de ajuste.

Fuentes europeas confirmaron la finalización de la reunión después de que Grecia descartara una propuesta del resto de los socios del euro.
Los otros 18 países que junto a Grecia comparten el euro como moneda única propusieron a Atenas que solicitase una ampliación del actual programa de seis meses hasta lograr un consenso sobre una nueva ayuda financiera.
Entre sus promesas electorales, Syriza planteó como prioridad terminar con ese programa de rescate de la Troika y no renovarlo, por lo que era una propuesta inaceptable.
"Sí, lo hemos rechazado. No somos optimistas sobre que se llegue a un acuerdo esta noche", declararon fuentes del Gobierno heleno liderado por Alexis Tsipras de Syriza.
Según el texto de la propuesta, el Eurogrupo presionaba a Grecia para que acepte prolongar su actual rescate y apuntaba en concreto a una "extensión técnica de seis meses del actual programa como paso intermedio para trabajar en una solución posterior".
También indicaba que el Fondo Monetario Internacional (FMI) seguiría "desempeñando su papel" en ese nuevo acuerdo.
En paralelo, como ya hizo el Eurogrupo en diciembre cuando amplió el actual rescate europeo hasta el 28 de febrero, los ministros prorrogarían la disponibilidad de los bonos del FEEF en la reserva del Fondo de Estabilidad Financiera del Estado Helénico (HFSF), utilizado para recapitalizar a la banca helena.
En la propuesta se decía que las autoridades griegas se comprometían a garantizar "un superávit primario fiscal (sin el pago de intereses) y financiación apropiados para garantizar la sostenibilidad de la deuda, acorde a los objetivos acordados en noviembre de 2012.
Ello significa que el Eurogrupo tampoco acepta rebajar el superávit primario como exige Atenas.
También se proponía tratar de "hacer el mejor uso de la flexibilidad existente en el programa actual", pero al mismo tiempo el Gobierno que lidera Syriza se tenía que firmar su "compromiso firme de que se abstendrán de (llevar a cabo) cualquier acción unilateral".
El Gobierno de Tsipras pide a sus "socios" un acuerdo "puente" que sustituya de manera temporal al actual programa, hasta que logre cerrar con sus acreedores un compromiso permanente de cara al verano.
Atenas quiere que este acuerdo puente se financie a través del aumento de la subasta de Letras del Tesoro en 8.000 millones de euros -actualmente el límite es de 15.000 millones- y con los 1.900 millones que el Gobierno reclama al BCE, procedentes del rendimiento de los bonos griegos.
El Gobierno heleno también reclama sustituir parte de las reformas a las que se comprometió el anterior Ejecutivo (que incluyen despidos, recortes presupuestarios y más ajustes) por otras medidas como modernizar la administración para hacerla más eficiente o reforzar la lucha contra la evasión y el fraude fiscal.
La deuda griega está estimada en unos 317.000 millones de euros, el 185 % del producto interior bruto (PIB).

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