jueves, agosto 28, 2014

Rebelión en La Granja. Una experiencia de aldea global.



La experiencia de Universidad veraniega de IA sigue creciendo, al medio millar del año anterior le ha sucedido el más de 700 de inscripciones, algo por lo demás nada sencillo considerado las condiciones de trabajo de tantos trabajadores y trabajadoras que sin duda, les habría gustado venir para debatir y aprender. Este in crescendo se ha hecho notar igualmente por la “importancia” de la acogida reaccionaria. Así, mientras que en el 13 fue un senador pepero en el que bramó contra el contubernio trotsko-anarco-etarra, esta vez ha sido nada menos que “La Razón” (inconfesable por supuesto) la que se ha sacado a relucir su serpiente de verano describiendo el mismo akelarre, sólo que ahora con PODEMOS y un olor a fumeta que llegaba hasta la Corte de los Milagros. El contrapunto a la prensa-basura lo ofrecieron los amigos espontáneos del Foro Social de Segovia que han llegado la hermosa ciudad castellana de pasquines sobre el evento. No había duda: los rojos habían vuelto..
Montar año tras año un encuentro de tanta gente y de tantas actividades es cualquier cosa menos sencilla. Se puede hablar sin miedo a exagerar de un “tour de force” organizativo para la que se requiere toda una maquinaria, amén de mucha entrega. De los que durante casi un año han trabajado para dar cuerpo a un proyecto de síntesis imposible –sobre todo cuando los acontecimientos a explicar se precipitan por doquier-, como de los “currelas” ilustrados que, con la ayuda de más de cuatrocientos turnos, han permitido que –casi- nada falle en un espacio enorme en el que encontrar las salas de los talleres podía parecer una aventura. La meteorología es en La Granja un punto y aparte ya que a lo largo del día uno puede encontrarse con horas de otoño, verano, primavera y una noche de invierno que al personal de la llamada “tercera edad”, nos apartaba de las ofertas de teatro o cine (y de unas malditas sillas culpables de algún que otro furúnculo). Por supuesto, los trabajadores de la casa realizaron con esmero su modestas pero necesarias tareas.
La rueda de la “Universidad” comenzó este año con “Una ruta por la memoria histórica (la Batalla de la Granja)”, ofrecía casi por igual aportaciones sobre la historia como sobre algunos de los temas del día, con la particularidad de que –ahora sí-, ya se hablaba de cómo y para qué ganar, algo que hasta hace dos días parecía totalmente imposible. Memoria de la guerra y la revolución española (el POUM y un debate sobre la CNT en los años treinta), sobre el movimiento que lleva este nombre. Las líneas maestras partían de la necesidad de crear espacios de encuentros entre las diversas corrientes del movimiento obrero para restablecer viejas heridas y desterrar los sectarismos patrimonialistas que tanto daño ha hecho a la causa. Habrá que trabajar para que el 150 aniversario de la creación de la AIT sirva, no tanto para olvidar diferencias legitimas, sino para entender que estas no pueden ser obstáculos para desarrollar la más amplia unidad democrática posible ante todo lo que viene.
El cuadro más actual de la memoria, el de “la querella argentina contra el franquismo” (al que no hay que dejar tranquilo), estuvo representada por dos de sus principales animadores, José María Galante alias “Chato que también tiene su parte en el libro sobre la Liga, y por Manuel Blanco Chivite que, aparte de la información, traía bajo el brazo un nuevo libro, Fueradelrebaño.nohaysalvación. Coctelería minimalista, editado si no me equivoco en su propia editorial lo que no es poco considerando que es además el fotógrafo. Lo siento de verdad, pero, a pesar del interés que me suscitaba el tema, me olvidé completamente de asistir a la conferencia del profesor de la universidad de Coimbra, Toni Aguiló, del que ya había leído su memorable artículo en VIENTO SUR…
No me olvidé de la erudita ponencia de José Gomes sobre la revolución portuguesa, la última que conmovió la vieja Europa. Gomes fue explicando con detalle como fue que una revolución que se inicia por un encuentro entre el ejército sublevado y el pueblo pasa diversas etapas para acabar siendo absorbido por la “nomenklatura” financiera nacional e internacional. Una exposición que recordaba la que el propio Gomes que también publicó un extenso trabajo en VIENTO SUR. …
Más que notables fue el foro Feminismo, crisis económica y crisis de democracia, que entraron de pleno sobre como se traduce en la actualidad la opresión de la mujer.
Pero quizás el plato más fuerte –más trágico y presente- fue el dedicado a la situación en Gaza, la tragedia palestina, que fue tratada desde los más diversos Palestina, siempre desde una óptica de denuncia de la actuación genocida del sionismo, una página de la historia tan brutal como reveladora de la que la conciencia social y humana ha perdido mucho terreno desde los tiempos en los que las principales ciudades del mundo bullían con manifestaciones contra el escalada del Imperio. Se hace apremiante denunciar lo que el Israel sionista está haciendo todo lo que puede para merecer ser tratado como un Estado fascista. Que nadie dude que todo el horror causado por el ejército sionista está destinado a un objetivo innombrable: a obligar por el terror a que el propio pueblo palestino sea el que obliga a las milicias a capitular. Lo último que Israel y sus cómplices quieren en la zona es un Estado palestino con derecho. Su Estado palestino no sería más que un batunstán de la Sudáfrica del “apartheid”, tan apreciada por los sionistas que ensucian la historia del pueblo judío. Desde este punto de vista, resulta en verdad despreciable ver a personajes como François Hollande, Artur Mas y toda esa ralea de hipócritas, hablar del “derecho de Israel a defenderse” cuando no reincidir en el repugnante discurso de la equidistancia que Mas hizo suyo en el Parlament ante el silencio culpable de ERC.
Nada más poner pie en tierra nos encontramos con un primer forum, el que se celebró bajo el lema:Construyendo nuevas formas de democracia en el siglo XXI con la presencia de gente que tiene mucho que decir como Ariel Jerez (me quedé con su crítica al desastre que significa que después de tantas tragedias y querellas no existen apenas lugares de encuentro en el que la izquierda militante pueda amnistiar el pasado para entrar en el presente), Brais Fernández…Creo que después del desastre de las tradiciones “autoritarias”, el horizonte libertario resulta irrenunciable. Un horizonte en el que coincidimos Paco Salamanca y el que escribe en un debate fresco aunque minoritario (la competencia) sobre la actuación del anarcosindicalismo en la España de los años treinta. Quien desde el socialismo, no entiende las mutaciones de los y las asalariadas está condenado a no entender nada.
Pero seguramente el foro más concurrido fue el que bajo el lema¿Cómo ganar?intervinieron Martiño Noriega de Anova, Teresa Rodríguez, eurodiputada de Podemos y militante de Izquierda Anticapitalista, Sabino Cuadra, diputado por Amaiur, el que come a los leones en la carrera de San Jerónimo (y antiguo colega de la LC cuando era un chaval) y Pablo Echenique, eurodiputado de Podemos que aceptó estar en una mesa en el que la veteranía era un grado con una ironía cáustica que denotaba humor y nobleza. Habría que estudiar la gama de matices que ofrecieron unos y otros así como lamentar la ausencia de diego Cañamero, según me dijeron porque IU no le se lo permitió, algo parecido escuché sobre la invitación a las CUP. Dos nacionalistas de izquierdas con peso, tradición y mucho “charmé”, más dos jóvenes diputados de Podemos en el parlamento europeo. Aquí se hizo clara la importancia de estructurar los tiempos con preguntas y respuestas de manera que se evitó la deriva caótica de este tipo de actos con mucha gente y con mucho que decir. Es importante tomar notas sobre como se leían las mismas palabras: “unidad de las izquierdas”. Algo que, en principio, nadie cuestiona pero como en la parábola del cascabel al gato, ¿cómo se hace algo así con todos los malos rollos que la propuesta ha causado, en Francia sin ir más lejos?. Podemos insistió en su fórmula por abajo y desde abajo en contra de la suma de siglas. De buen seguro que el año próximo se podrá hablar con más precisión, aunque el tiempo apremia.
El ambiente estaba marcado por una presencia desbordante de jóvenes revolucionarios de todas las procedencias, una juventud que en nada se parecía a la de medio siglo atrás –mitad monjes, mitad soldados-, que lo mismo preguntaba y discutía sobre los debates que sobre las luchas obreras. En diversos momentos me señalaron la presencia de trabajadores y trabajadoras que habían tenido su papel en luchas de resistencias obreras como las de PANRICO y Coca Cola, sobre las que pudieron ofrecer sus reflexiones en los talleres. Igualmente se discutió con protagonistas de la lucha en Gamonal-Burgos o la "Corrala de la utopía: un ejemplo de lucha por la vivienda digna y las limitaciones institucionales, esto sin olvidar las diversas mareas.
Aunque se trataba de poner al día un asunto clave como lo son lasTransformaciones de la clase obrera que la aportación de Daniel Albarracín, al menos para mí, su reflexión me traía a la mente una necesidad básica: aclarar en que se diferencia y en qué se mantienen los conceptos clásicos del movimiento obrero después de el trabajo difuso, el precariado y todo lo demás. Daniel demostró su capacidad para el matiz, para establecer los criterios de interpretación más adecuados después de las victorias parciales y las derrotas sufridas. Sobre este punto creo que son de los más importantes algunos de los artículos en serie aparecidos en Público, un diario que, por cierto, estuvo presente y que informó en parte del encuentro.
Uno de los foros más seguidos fue el que correspondió a la presentación del libro colectivoLa LCR, una experiencia revolucionaria,que presentaron a vuelo de pájaro tres de los autores y protagonistas: Martí Caussá, Justa Montero y Jaime Pastor. En un forum lleno asistían antiguas militantes de la LCR de Andalucía, Euskal Herria, Cataluña, Asturias, Aragón, Canarias, entre los que se animó la discusión de ofrecer su propia historia “local”, como ya se había hecho en la presentación en Barcelona y surgieron algunos proyectos. Este no era -no lo podía ser-, “el libro” de la LCR. Se trataba de una aportación primaria que intentaba ofrecer una panorámica de las diversas fases de su trayectoria, desde su gestación en la “nueva izquierda” (el antiguo FLP), que, al calor del 68 francés asumió el proyecto de la IV Internacional, reunificada desde 1963. Se forjó en la España franquista (la del “desarrollismo”) y sus militantes eran universitarios y jóvenes obreros cualificados, y su referente inicial fue la “Ligue” francesa. Desde el Che a Trotsky pero leídos por Mandel y Daniel Bensaïd. En su trayecto atravesó una historia de comenzó en plena “dialéctica de la revolución mundial” que hizo temblar el tablero geopolítico, aunque al final sucedió lo que sucede cuando las revoluciones no llegan (o no pueden, en el caso las minorías proféticas no pudieron desbordar a la izquierda tradicional instalada en diversos grados en el orden establecido). Un sueño que atravesó este prepartido, el único de la izquierda radical de la época que ha sobrevivido aunque fuese a través de una metamorfosis cuyo tramo final es IA.
Se trata específicamente la historia de ETA VI y también la “escisión” de la LC (en realidad un cisma propio de la época), igualmente se abordan diversas cuestiones como la potente tradición democrática interna, el trabajo en las cárceles que incluía el pleno derecho de los presos en participar en los debates) y el feminismo, un capítulo explicado de manera luminosa por quien mejor lo representó. Obviamente, dado que se trata de una primera aproximación, quedaron muchas páginas fuera, por ejemplo las grandes huelgas y movilizaciones, los debates sobre la cuestión nacional, los sindicatos. La LCR era eso, una “Liga”, un proyecto de partido ajeno completamente a los esquemas del “entrismo” que todavía se evoca en los medios como sí se tratara de oscuras infiltraciones masónicas cuando en realidad era una regla plenamente aceptada en las tradiciones democráticas del movimiento obrero.
Como no podía ser menos, por más cuidadosa y detallista que haya sido el trabajo de edición, la obra suscita polémica. De entrada por la propia metodología, radicalmente austera, atada a los boletines, una fuente que se ha estimado por encima de otras como la propia prensa o los propios testimonios. En Barcelona, el debate planteada por Ricard Martínez, se dirigió hacia la subestimación académica suscitada por el libro ya antes de su aparición. Manolo Gari afirmó que, entre otras cosas, le faltaba pasión. Bikila entró de pleno en el debate sobre la autonomía de las secciones nacionales en un el Estado…Creo que por muchas objeciones que se le puedan achacar a esta primera aproximación, nadie puede cuestionar el enorme esfuerzo realizado, la voluntad por ajustarse a los hechos, por limitar las interpretaciones subjetivistas y precipitadas. Por lo demás, a pesar de las dificultades que plantea al lector no avezado, la edición está resultando un éxito. Se dice que porqué por la LCR pasó mucha gente, una buena parte se metió en su vida privada, otra se “colocó”, pero otra siguió, estableció puentes. Y por lo mismo, la obra también está llegando a los que comienzan ahora un nuevo ciclo en el que la revolución ya no parece una “quimera”.
Se puede decir que la presentación dejó a muchos y muchas con ganas de decir la suya, pero lo cierto es que esta era una universidad de verano o sea de unos días. Además, hubo talleres complementarios como el que realizó Manolo Gari sobre Miguel Romero “Moro” (al final se proyectó un breve video de homenaje), en el que se habló sobre el mismo trasfondo, en este caso más perfilado sobre el lugar de Moro en una dirección que siempre fue colectiva y que se apoyaba en el debate abierto y el trabajo para que cada militante pensara por sí mismo. Este aspecto personal –de crecimiento, de fraternidad, de conocimiento- fue también resaltado en la presentación, como lo fue la tarea central del grupo: agrupar a toda la izquierda militante posible en oposición a los pactos de la Transición.
El frío de la noche deslució bastante las ofertas de cine y teatro. Esto resultó mucho más evidente entre los antiguos de la tribu y las almas más frioleras, era lo que se comentaba. A mí me recordaba aquella frase de Mark Twain que decía que nunca había pasado tanto frío como en un verano en California. El que escribe no pudo acabar el documental Yolanda en el país de los estudiantes y eso que la historia me interesaba, pero las dos mudas de calcetines no fueron bastante. Lo mismo me ocurrió con la obra teatral, Isla Memoria Histórica, por la que la habría viajado sólo para verla, pero el tiritar manda. Algunos me hablaron bien el documental de Ander Iriarte, Echevarriatik-Etxeberriara yotros evocaron aquel año que montamos un ciclo Kubrick.Lo cierto es que cada año hay más expectativas y se hace mejor.
Yo sigo convencido de que el mejor lugar de los cine-forum deberían ser las salas de cine municipales, pero esta es otra historia. Se pude decir que el feminismo estuvo omnipresente y también que la presencia femenina era –al menos a primera vista- tan extensa como la masculina. Esta particularidad –la creciente presencia femenina, perceptible en todo lo que se mueve- estaba igualmente presente en la exposición de las librerías.
Ni que decir tiene, hubo temas que se echaron al faltar, sólo faltaba. El colega José Mejías (1) apunta que faltó “una mayor profundización en el tema del Derecho a decidir, procesos constituyentes, la consulta de noviembre en Cataluña, soberanismo y ecología”, temas tratados en otras universidades y que son de la mayor pertinencia, por supuesto. Quizás el problema sea inverso, que se trata de abarcar demasiados temas y propuestas importantes. Cada mañana se nos ofrecía una docena de talleres, por la tarde siete seminarios: Podemos, municipalismo, Gramsci, Israel-Palestina, América Latina, feminismo, marxismos…Además, los y las ponentes son personajes reconocidos.
Con tantas atracciones, hasta se da una cierta competencia (irónica por supuesto), con casos de salas rebosantes (la de Islamofobia, por Santiago Alba Rico), en contrastes con otros encuentros absolutamente vacíos, tal como fue el caso del dedicado a Pier Paolo Pasolini a cargo de Antonio Jiménez que había venido expresamente desde Menos mal que la noticia llegó a los oídos de los cinéfilos que nos movilizamos para un taller nocturno improvisado y cuyo contenido nos convenció de que estábamos obligado a hacer con el autor de Edipo Re, lo mismo que tiempo atrás hicimos con Walter Benjamín: hacerlo de la familia como diría nuestra Tere Rodríguez. Esta misma amplitud imposibilita a cualquier cronista de escribir algo, sí acaso reseñar un detalle. Hubo gente que se las ideó para repartir su tiempo entre varios espacios, pero no lo considero recomendable, por lo que espero que más pronto que lejos los movimientos consigan ponerse de acuerdo para crear “universidad obreras” estables como las que idearon los partidos socialistas entre finales del siglo XIX y principios del XX. Ahora todo sería más complejo, pero también más sencillo, ya es cada vez más extraño encontrar asalariados analfabetos, antes al contrario.
Universidades en las que imparta ciencia y debate socialista con rigor y sencillez y alegría, un factor que según todos los testimonios, no faltó.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

(1) Luís ofrece toda clase de detalles sobre el ambiente y la organización en su Con diversión, reflexión y debate pensando en las próximas luchas, artículo aparecido en la Web de IA.

No hay comentarios.: