jueves, agosto 07, 2014

Ernesto “Che” Guevara en Punta del Este.



Se cumple 53 años del histórico viaje de Ernesto Guevara a Punta del Este, donde denuncio al imperialismo yanqui.
A los pocos meses del triunfo del Movimiento 26 de julio, Fidel le indica al Che la necesidad de realizar distintas giras internacionales con dos fines: dar a conocer el proceso revolucionario y abrir nuevos mercados económicos. Entre los más importantes viajes que realiza Guevara está el que hace al Uruguay. En su condición de Ministro de Industria preside la comitiva cubana que se traslada hasta Montevideo para participar desde el 5 de agosto de 1961, delConsejo Interamericano Económico y Social (CIES) de la Organización de Estados Americanos, celebrado en Punta del Este.
La comitiva llegó el día 4 de agosto al mediodía. Miles de personas los esperaban en el Aeropuerto de Carrasco. Los gritos de ¡Cuba Si! ¡Yanquis No! eran coreados por los simpatizantes de la revolución. El Partido Comunista Uruguayo como así también la Central de Trabajadores del Uruguay y otros partidos de izquierda se movilizaron para demostrar su solidaridad. El líder de los comunistas uruguayos Rodney Arismendi, era por aquellos años uno de los dirigentes comunistas latinoamericanos mas compenetrados con la revolución cubana.
Desde el aeropuerto fueron acompañados por una multitud de coches y autobuses a lo largo de la carretera, hasta Punta del Este. Desde las veredas del recorrido, el público saludaba a la delegación cubana. Hubo un grupo de jóvenes que incluso hizo el trayecto a pie.
El sábado 5 se realiza la sesión inaugural del Consejo Interamericano Económico y Social que fue presidida por el mandatario uruguayo Eduardo Víctor Haedo. Las miradas de los delegados y la prensa internacional se dirigían a los lugares donde se encontraban Ernesto Guevara y Douglas Dillon el representante de los EEUU. Ambos dirigentes políticos eran el centro de todos los comentarios.
El amigo del Che Ricardo Rojo, se trasladó a Uruguay para estar con él. Cuenta en su libro Mi amigo el Che: “Encontré a Guevara en el recinto de las sesiones, un salón amplio aunque insuficiente para la masa de delegados y funcionarios que se agitaban y hablaban ante un foro embanderado con los pabellones del hemisferio.
Guevara estaba, desde el mismo momento de su llegada, seriamente afectado por su crónica dolencia asmática. La estación de invierno, junto al mar, es rigurosa en el atlántico sur, y Guevara volvía a comprobarlo en carne propia. La noche del día de nuestro encuentro, Guevara se vio forzado a descansar varias horas a causa del ataque de asma. Subí a su cuarto, en el segundo piso del Hotel Playa, un château deteriorado cuya única ventaja visible era su aislamiento, pues está separado de la masa de edificación del balneario.”
Al otro día por la mañana Ernesto se trasladó hasta la posada Lobers de Bougna donde estaban hospedados los padres del Che y sus hermanos. Desde Buenos Aires se habían trasladado familiares y amigos para poder acompañar al Che. Entre ellos Julio “Gaucho” Castro, Beto Ahumada, Pepe Aguilar, Carlos “gordo” Figueroa, Rodríguez Algañaraz, Alfredo Gabela y Ricardo Rojo entre otros.
El lunes 7, en la tercera reunión plenaria, hizo su intervención el jefe de la delegación norteamericana Douglas Dillon, con la propuesta de crear la “Alianza para el Progreso”. Los EEUU necesitaban lavar su cara en todo el continente, después de la derrota sufrida en la invasión a Playa Girón. Ya por ese entonces Cuba comenzaba a estar aislada, varios países habían roto sus relaciones diplomáticas y otros las tenían congeladas. Kennedy había quedado muy mal parado en la intervención militar en Cuba, su imagen de presidente “progresista” se había deteriorado y necesitaba apoyarse en los dos más grandes países de América del sur: Brasil y Argentina. Ese mismo día Guevara se reúne con Eduardo Víctor Haedo, en la “azotea”, su casa residencial en Punta del Este. Mientras hablan durante una hora y media, ambos políticos, de forma campechana, toman unos mates ante la presencia de la prensa y otros miembros de la delegación. Entretanto las representaciones oficiales debatían la propuesta norteamericana, se realizaba en paralelo la Conferencia Popular Antiimperialista, bajo el lema: "Con Cuba, por la dignificación de Latinoamérica, contra la colonización económica del continente". Participaron en esta Conferencia el periodista argentino Gregorio Selser, el presidente del Senado de Chile Salvador Allende, y un comité de intelectuales uruguayos encabezado por Luis Gil Salguero. Este último se entrevista con el Che en compañía de Jesualdo Sosa, Guillermo Bernhard, Juan José López Silveira, Armando González, Casto Canel, Julio E. Suárez (Peloduro), Felipe Novoa. Se hacen presentes tambien los comités de solidaridad con Cuba, de Maldonado (presidido por José Frade, titular de la Junta Departamental), Rocha, Minas y Treinta y Tres. El 8 de agosto se realizó en el Cine Majestic un acto en que participaron los diputados Enrique Rodríguez, Germán D'Elía, Collazo y Elichirigoity, Omar Sosa en nombre del Comité Coordinador del Apoyo a la Revolución Cubana y el actor Roberto Barry. El día 8 Ernesto Che Guevara habla por primera vez en la Conferencia. Su primer discurso ante la Asamblea se extendió por dos horas. Comienza sus palabras saludando al presidente uruguayo:

Señor Presidente,

Señores Delegados:

Como todas las Delegaciones, tenemos que empezar agradeciendo al Gobierno y al pueblo de Uruguay la cordial acogida que nos ha dispensado en esta visita.
Quisiera también agradecer personalmente al señor Presidente de la Asamblea el obsequio que nos hiciera de las obras completas de Rodó y explicarle que no iniciamos esta alocución con una cita de ese grande americano por dos circunstancias. La primera es que volvimos a Ariel después de muchos años, para buscar algún pasaje que representara, en el momento actual, las ideas de alguien que, más que uruguayo, es americano nuestro, americano del Río Bravo hacia el Sur, pero Rodó manifiesta en todo su Ariel la lucha violenta y las contradicciones de los pueblos latinoamericanos contra la nación que hace cincuenta años ya, también estaba interfiriendo nuestra economía y nuestra libertad política, lo que era impropio citar tratándose de un dueño de la casa.”
Cuando el Che finaliza su alocución, Leonel Brizola -segundo jefe de la delegación brasileña- cruza toda la sala para felicitarlo efusivamente. Brizola quedará impactado con la personalidad del Che, ambos políticos se reunirán durante la Conferencia para hablar del Brasil y de la situación latinoamericana.
Otro que quedará impresionado por el discurso del Che fue le prestigioso economista argentino Raúl Prebisch, que era el Secretario General de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas. Luego del discurso contactó con Ricardo Rojo para solicitarle una entrevista con Guevara, que se concretó de forma inmediata.
Un día después de su primera intervención convoca una rueda de prensa en el Hotel Playa para responder a las tergiversaciones que los diarios argentinos y uruguayos hicieron de su discurso. El Che comienza haciendo algunas aclaraciones:
“Lo único que quería para empezar, para expresarlo en lenguaje del presidente Kennedy, es decirles que con todos ustedes tenemos un desafío. El presidente Kennedy siempre habla del desafío del destino; yo hablo del desafío a esta magnífica prensa que está aquí y a que pregunten lo que quieran, pero después escriban lo que se conteste, porque he visto mi intervención reproducida en los periódicos de aquí y de Buenos Aires y, sinceramente, creo que ninguno de los periodistas que informó puede considerar que es digno de un periodismo libre, como se llama, veraz y difusor de las ideas y de la libre expresión de las ideas, malinterpretar, mentir, tergiversar, cambiar y sobre todo ocultar lo que se dice, y ocultarlo de una forma tan absurda que en algunos casos llega a ser, sencillamente suicida. Porque se puede estar contra la Revolución Cubana y contra todas las cosas de la Revolución Cubana, pero las oligarquías vacunas deben saber que si no venden sus vacas se van a morir de hambre, y que para vender vacas hay que abrir mercados, y que la acción de Cuba está ofreciendo la oportunidad de abrir mercados que ellos mismos se cierran, y eso se llama suicidio. Ahora está abierto el desafío. Vamos a ver si procedemos en alguna forma, si se anota con algún secretario que nombremos por aquí, para que se pueda contestar a todas las preguntas. Les ruego que me dispensen, si me hacen preguntas técnicas, que no he traído nada para contestar; datos solamente puedo ofrecer de memoria y, más o menos, informar aproximadamente.”
Según las reseñas publicadas en los periódicos uruguayos, asistieron cerca de trescientas personas. El escritor Eduardo Galeano, por entonces en funciones de reportero, sintetizó el clima del intercambio de aquel encuentro con la prensa: “El Che Guevara se las arregló para responder a mil preguntas: un enjambre de periodistas lo acribilló sin piedad, y el Che tuvo ocasión de demostrar su habilidad política. Sin etapas tuvo que saltar de los problemas del desarrollo económico a la admisión de Canadá dentro de la OEA; de ahí a las relaciones de Cuba con los países del Este y al asunto ese del aeroplano de la Pan American que había sido secuestrado ese mismo día. No sólo eso; también tuvo que soportar impertinencias, estupideces; se las ingenió para tomar el toro por los cuernos cuando era preciso hacerlo, ejerció su ironía a costa de más de un periodista. Un hombre con acento inglés dijo: “Yo soy periodista británico, ¿estamos en guerra o no estamos en guerra?”. “No parece británico”, le respondió el Che. Después, con indignación visible, explicó a Milton Fontaina, de Saeta TV: “Yo no tengo ex patrias. Sepa, señor, que mi patria es mucho más grande que la suya. América es mi patria”. Los aplausos resonaban a menudo en la sala del Hotel Playa.”
En aquellos días, diplomáticos brasileros y argentinos entraron en contacto con Guevara para acordar un encuentro con los presidentes de la Argentina y del Brasil. El presidente John F. Kennedy utilizó a estos dos mandatarios como mensajeros de los EEUU.
El día 11 un emisario de Frondizi viajó a Buenos Aires para ultimar los detalles de la entrevista con Guevara. Aquel día se produjo un pronunciamiento militar contra el presidente argentino. Ricardo Rojo nos relata la repercusión de aquella noticia: “Cuando una parte de la delegación cubana se disponía a comer, alguien aviso que las radios estatales de Buenos Aires irradiaban marchas militares y el texto de una proclama rebelde. Yo comía junto a Guevara esa noche, y después de cruzarnos una mirada, salimos disparados del salón. En la gran concentración de diplomáticos y economistas de la pequeña Punta del Este, la noticia cayó como una bomba. Pocos durmieron esa noche, hasta que las radioemisoras de Buenos Aires recobraron, a la madrugada, su ritmo corriente, y se supo que el putsch había fracasado por completo”.
La Conferencia quedó clausurada el día 16. Aquel día Guevara realizó su última intervención. En representación de Cuba se abstuvo en la votación del documento, que creaba la “Alianza para el Progreso”. En su exposición explicó las razones de la abstención: “La delegación de Cuba explicó que venía dispuesta a trabajar en armonía, a discutir de acuerdo con principios que son rectores de nuestra Revolución, y a tratar de coordinar con todos los países una acción conjunta, para llegar a documentos que expresaran no sólo la realidad sino las aspiraciones comunes de todos los pueblos”.
El jefe de la custodia del Che Leonardo Tamayo Núñez, más conocido como Urbano nos relata sus vivencias con Guevara en este viaje: “Allí comprobé, una vez más, la enorme capacidad de trabajo del Che, quien intervino en todas las comisiones. Me llamó la atención que, mientras los representantes de varios países en la sesión final de la conferencia leían sus discursos, el Che improvisó el suyo durante hora y media, y le dijo unas cuantas verdades al imperialismo norteamericano y a sus servidores.”
Finalizada la Conferencia el día 17 se trasladó a Montevideo, donde fue invitado por la Casa de la Cultura Artigas-Martí, el Comité Nacional Coordinador de Apoyo a la Revolución Cubana, la Central de Trabajadores de Uruguay (CTU) y la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), a un acto en el Paraninfo de la Universidad de la República. El Che, pronunció un brillante discurso, siendo ovacionado en varios pasajes de su intervención. En esa ocasión, entre otros conceptos, afirmó: “Cuba puede avanzar ahora a ritmos desconocidos en América, prepararse para ese nuevo futuro que todos queremos, un futuro donde la ciencia y la técnica sean puestas totalmente al servicio del hombre, donde todos los adelantos técnicos, todas las nuevas máquinas que se inventen, sirvan para aumentar el bienestar del hombre y no para aumentar su sumisión, para aumentar su hambre, para provocar desempleo”. Con relación al Uruguay, manifestó: “Ustedes tienen algo que hay que cuidar que es, precisamente, la posibilidad de expresar sus ideas; la posibilidad de avanzar por cauces democráticos hasta donde se pueda ir; la posibilidad, en fin, de ir creando esas condiciones que todos esperamos algún día se logren en América, para que podamos ser todos hermanos, para que no haya la explotación del hombre por el hombre ni siga la explotación del hombre por el hombre”.
Finalizado el acto y cuando el Che se retiraba por una puerta lateral por la calle Eduardo Acevedo, un disparo de bala segó la vida de Arbelio Ramírez, profesor de historia de la Facultad de Humanidades. Los testigos oculares señalaron que aquella bala estaba destinada al Che. Esa misma noche fue invitado a una fiesta que daba un diplomático brasileiro para festejar su cumpleaños. En ella estaría también el joven asesor especial para asuntos latinoamericanos del presidente Kennedy, Richard Goodwin. La diplomacia argentina y brasilera habían propiciado que Guevara pudiera tener una reunión informal con el asesor de Kennedy, en el marco de esa fiesta.
Según el informe de Goodwin a Kennedy a su regreso a los EEUU:
“La conversación tuvo lugar en la noche del 17 de agosto a las 2:00am. Varios miembros de las delegaciones de Brasil y Argentina hicieron esfuerzos -a través de la Conferencia de Punta del Este- para concertar una reunión entre el Che y yo. Esto se hizo obviamente con la aprobación y quizá a instancias de éste. Yo había evitado tal reunión durante la Conferencia. El jueves nosotros llegamos a Montevideo y se me invitó para una fiesta de cumpleaños para el delegado local brasileño asignado al área de Libre Comercio. Luego de haber arribado y de estar allí alrededor de una hora, uno de los argentinos presentes (que había estado en la delegación argentina) me informó que ellos habían invitado al Che a la fiesta. Él llegó sobre las 2:00 am y le dijo a Edmundo Barbosa da Silva de Brasil y a Horacio Laretta de Argentina que él tenía algo que decirme. Los cuatro entramos en una habitación… (El brasileño y el argentino se alternaron como intérpretes)”.
Asimismo, según el mismo informe preparado por Goodwin, “el Che, después de expresar que Cuba aspiraba a un modus vivendi -no a un imposible entendimiento-, agregó entre otras cosas que la Isla estaba dispuesta a pagar a través del comercio por las propiedades estadounidenses expropiadas; que se podía llegar al acuerdo de no hacer ninguna alianza política con el Este -aunque ello no afectara la afinidad natural existente- y analizar las actividades de la Revolución cubana en otros países, pero que no se podía discutir ninguna fórmula que significara desistir de construir el tipo de sociedad que aspiraban para Cuba. “Guevara dijo que sabía que era difícil negociar estas cosas pero que nosotros podíamos abrir la discusión de estos temas empezando por los secundarios”.
A pesar de haberse acostado el día anterior muy tarde, Guevara debe madrugar para trasladarse hasta Buenos Aires donde se entrevistará casi secretamente con el Presidente Arturo Frondizi. La reunión se realizó en la Quinta Residencial de Olivos, donde ambos políticos analizaron la situación del continente y la política internacional de Cuba. Frondizi intentó convencer al Che de los aspectos negativos de la alineación de la isla con los países del campo socialista. Al terminar el encuentro se acercó a visitar a su tía María Luisa Guevara, que estaba muy enferma. Esa misma tarde regresó al Uruguay donde lo estaban esperando para trasladarlo hasta Brasilia. Allí se entrevistaría con el presidente Janio Cuadros. En el Aeropuerto de Carrasco se concentraron varias miles de personas para despedir al líder revolucionario.

Regreso a Cuba

Días después de su llegada a La Habana en una comparecencia televisada acerca de la Conferencia de Punta del Este dirá lo siguiente:
“Empezaremos por explicar que es la Conferencia del CIES. El CIES es un organismo colateral de la Organización de Estados Americanos que se ocupa de las cuestiones económicas de la América, organismo tradicionalmente dominado por la influencia imperialista norteamericana, que se suponía hasta ese momento respondía totalmente a esa influencia. Estaba destinada a establecer una “Alianza para el Progreso” anunciada por Kennedy y naturalmente a encadenar más a los países latinoamericanos a las organizaciones financieras de Wall Street a aislar a Cuba y si se pudiera organizar el ataque armado ulterior contra Cuba”. “Nosotros teníamos entonces tareas muy importantes y algo diferentes. Teníamos la tarea de ir a trabajar con las hermanas Repúblicas de Latinoamérica, ir a tratar de movilizar la Conferencia hacia planes más acordes con el interés de los pueblos, a desenmascarar al imperialismo y a tratar de contraponer sus intereses de aislarnos a nosotros y aislarlos a ellos.
En primer lugar quedó demostrada la naturaleza falsa de la “Alianza Para el Progreso”, la intención imperialista que tiene, quedó demostrado para los gobiernos en todos los trajines, en todos los pequeños comités que se hacían fuera de la Conferencia, las intenciones norteamericanas de aislarnos; y quedó también, para los gobiernos, bien clara la impresión de que no es por el camino de Wall Street, como los pueblos y los gobiernos pueden ir adelante. Incluso los países que han salido más beneficiados de esta “Alianza para el progreso” presumiblemente aunque naturalmente, todavía no se puede saber los resultados exactos de la “Alianza para el Progreso”, pues se basa en un armazón de suposiciones y falsedades que en el mejor de los casos debe ser todavía sancionado por la realidad y, lo más probablemente, la realidad demostrará que se estaba frente a una gran estafa que se hace a los pueblos de América”.
La presencia de Ernesto Guevara en la Conferencia de Punta del Este se ha convertido con el tiempo en un hito histórico, sus palabras aún siguen vigentes en la realidad latinoamericana. Sus sueños revolucionarios comenzaron a cumplirse en un continente que ha despertado.

Lois Pérez Leira

Bibliografía consultada:

Informe preparado por Richard Goodwin al Presidente J. F. Kennedy.
Barcelona Eduardo, Detengan al Che. Editorial Caras y Caretas. Buenos Aires, 2009.
Anderson, Jon Lee (1997). Che Guevara. Una vida revolucionaria. Barcelona: Anagrama.
Castañeda, Jorge G. (1997). Compañero: vida y muerte del Che Guevara. Buenos Aires. Espasa.
Constenla, Julia (2006). Che Guevara. La vida en juego. Buenos Aires: Edhesa.
Guevara Lynch, Ernesto (1988). Mi hijo el "Che". La Habana: Ed. Arte y Literatura.
Taibo II, Paco Ignacio (1996). Ernesto Guevara, también conocido como el Che. México: Planeta/Joaquín Mortiz.
Guevara Linch, Ernesto. Mi Hijo el Che. Editorial Arte y Literatura, La Habana 1988.
Rojo Ricardo, Mi amigo el Che. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1996.

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