domingo, agosto 12, 2012

De Nicas y Ches



El documental Nicaragua… el sueño de una generación* narra la participación de militantes internacionalistas argentinos en la revolución sandinista de 1979 a través de los recuerdos de los propios protagonistas de esa experiencia y de un inédito material fílmico.

Se lo conoce y no tanto. Se comenta por lo bajo o se lo recuerda con nostalgia en algún que otro espacio político, pero la activa participación de militantes argentinos en el proceso revolucionario sandinista de finales de los años setenta, en Nicaragua, resulta un hecho prácticamente desconocido para gran parte de nuestra sociedad.
Los jóvenes directores Roberto Persano y Santiago Nacif decidieron reconstruir aquella historia de compromiso político, militancia social y solidaridad latinoamericana a través de las voces de sus propios protagonistas y generaron un documental de enorme mérito, que relata la experiencia de esta revolución triunfante en América Latina desde una perspectiva singular.
El film se destaca por su valioso material de archivo -en su mayor parte inédito en la Argentina-, por una contextualización que acerca el tema al espectador no especializado y por los mencionados comentarios de aquellos argentinos que compartieron ese proceso, quienes desde una visión política que incluye el quehacer cotidiano, permiten evocar la situación social nicaragüense de entonces y promover un clima emotivo, no exento de una cierta epicidad que logra huir de la autoproclamación en la que muchas veces pierden fuerza los documentales de este tipo. Esta es, sin dudas, una de las grandes virtudes de Nicaragua… el sueño de una generación, que comunica con precisión y sin ampulosidad el sentimiento de toda una época y describe los profundos cambios sociales y personales que generó en los que la protagonizaron.
En esta película lo analítico se mezcla con lo descriptivo, con la anécdota que a pesar de su particularidad logra graficar un proceso histórico. No es la crónica de la revolución, tampoco un estudio del Frente Sandinista de Liberación Nacional, sino el relato de una construcción colectiva emancipadora centrado en la mirada de quienes, desde los distintos lugares del mundo en donde estaban exiliados, se dirigieron hasta aquel país centroamericano para hacer realidad allí lo que en la Argentinahabía quedado trunco: la transformación revolucionaria de la sociedad.
Así conocemos a Felisa Lemos, miembro de las brigadas sanitarias sandinistas que terminó como Directora en Epidemiología, Docencia e Investigación en el área central del país, quien relata los avances en salud logrados en los primeros años ochenta y nos cuenta cómo -con un fusil en una mano y su hijo tomándole la otra- salió airosa de un ataque realizado por mercenarios en su lugar de trabajo. Sin embargo, otros compañeros “murieron yendo a vacunar a la gente”, nos dice, y evidencia con esa simple mención la diferencia entre los campos políticos en pugna.
De la misma forma damos con Aurora Sánchez Nadal, colaboradora en el Ministerio de Educación a la vez que integrante de las brigadas de los cortes de café y combatiente frente a los Contras; con Pola Augier, que llegó a dirigir a la flamante policía sandinista; y con Jorge Ubertalli, instructor político militar de las milicias populares. Junto a ellos, los ex compañeros de Raymundo Gleyzer en Cine de la Base, Jorge Denti y Nerio Barberis, rememoran su ingreso a Nicaragua por las montañas fronterizas ,en los meses previos a la toma del poder y la filmación del gigantesco proceso de alfabetización desarrollado a poco de la entrada de los sandinistas a Managua. Néstor Napal, Maria Luisa Babini y Carlos Vilas también dejan constancia de esos históricos momentos.
La focalización del documental en parte de los militantes argentinos que participaron de la revolución sandinista está lejos de fundamentarse en una postura patriotera o pintoresca. Por el contrario, la organización de la etapa final del proceso insurreccional que culmina con la toma del poder el 19 de julio de 1979, el exitoso desarrollo de las políticas sociales, educativas y sanitarias y la organización de la defensa del país, son contados a partir de la experiencia personal y colectiva de los entrevistados, todo lo cual es complementado con material de archivo y de la Nicaragua de hoy. Asimismo, resultan ejemplos concretos de la solidaridad y el internacionalismo que marcaron el período.
Quizás uno de los pocos puntos débiles del documental sea su silencio respecto de la actualidad del sandinismo, cuando el film muestra los festejos de 2009 por los 30 años de la revolución. La vuelta del FSLN al poder en 2007, con sus continuidades y contradicciones en relación con los acontecimientos de los años ochenta, merece, al entender de este cronista, un abordaje más explicativo. De la misma manera, la justificación de la caída electoral del ´89 a manos de la derechista Violeta Chamorro por causa del hartazgo de la guerra en la población no convence y nos deja con gusto a poco en cuanto a los interrogantes que abre y las enseñanzas que deja esa derrota.
El film gana en elocuencia cuando detalla la vigencia de las banderas que guiaron aquella revolución. La película en conjunto ilustra de manera clara, concisa y amena el triunfo sandinista del ´79 y el proceso de construcción de un nuevo estado hasta 1989, a la vez que reivindica la militancia popular a través de los ejemplos de sujetos formados políticamente durante las luchas de los sesenta y setenta en la Argentina, desterrados debido a la represión de la última dictadura militar nacional pero que sin embargo pudieron transmitir su experiencia en otra región de nuestra Patria Grande.
La labor de Persano y Nacif tiene como antecedente la realizada por los documentalistas del grupo Mascaró en Gaviotas Blindadas III, donde por momentos dan cuenta de la intensa participación de integrantes del PRT-ERP (algunos de los cuales protagonizan también este film) en Nicaragua, con la diferencia que aquí los directores se basaron excluyentemente en la revolución comandada por el FSLN, sin centrarse en el espacio político al que pertenecían los argentinos inmersos en esa lucha.
Podemos aseverar –retomando una conocida frase de Rodolfo Walsh- que si nuestras clases dominantes procuran siempre que los sectores populares no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires, para que así cada lucha deba empezar de nuevo, separada de las anteriores, para que la experiencia colectiva se pierda y las lecciones históricas se olviden, Nicaragua… el sueño de una generación resulta un buen antídoto contra todo eso. Gracias a esta clase de documentales, la historia deja de ser propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas para convertirse en una herramienta que nos permite apropiárnosla desde una perspectiva popular y transformadora.
Como se señala a partir de los comentarios de los entrevistados, una revolución es un gran sueño que en la Nicaragua del ´79 se estaba volviendo realidad. La dupla Persano-Nacif intentó -creemos que con éxito- plasmarlo para todos nosotros.

Martín Estévez

* Se exhibe todos los lunes de Agosto a las 20:00 en el Cine TeatroLa Máscara–Piedras736, C.A.B.A.- y actualmente también en el Cine Gaumont –Rivadavia1635, C.A.B.A.- a las 16:10. Más información en www.nicaragualapelicula.com.ar

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