miércoles, marzo 21, 2012

Algunas notas historia del Partido del Trabajo de España


El próximo lunes, 12 de marzo y a las 19 horas, tendrá lugar una presentación de la obra sobre historia del Partido del Trabajo de España, escrita por varios autores y editada por El Viejo Topo. El lugar será la Escuela Profesional del Clot, que en los sesenta-setenta fue un centro de agitación y debate privilegiado…como uno no puede estar en más de un sitio a la vez, me gustaría aportar algunas consideraciones propias sobre una historia que conocí muy directamente, sobre todo en su primera fase, con un partido en el que tuve no pocos amigos, y con el, a pesar de las discrepancias, tuve ocasión de trabajar coco con codo…
--Lo primero que creo que hay que tener en cuenta en esta historia es que se genera en la segunda mitad de los años sesenta. Por aquel entonces, el PCE-PSUC era la única formación histórica que había sobrevivido a la represión, algo que no habían podido hacer ni la CNT ni el POUM (el PSOE dejó de intentarlo). El PCE era “el Partido”, parte de lo que se llamaba el “movimiento comunista internacional”, al que se le solía añadir el campo antiimperialista. Pero aunque el “comunismo” había ganado la batalla contra las otras izquierdas, en esta época surgían nuevas izquierdas al calor de una nueva hornada antifranquista que sustituía y renovaba el espacio de la extenuada resistencia republicana, y el estalinismo que se había adueñado del “comunismo”, se encontraba en un proceso de crisis abierta: ruptura de tito, XX Congreso del PCUS, revolución húngara (1956), emergencia de las revoluciones coloniales lejos de la obediencia soviética, cisma chino-soviético…
--Lo segundo es que esta nueva izquierda fue un fenómeno internacional (como se expresó desde 1968), pero en el Estado español se desarrolló, primeramente, a través de las “Organización Frente” (FLP, ESBA y FOC), que en diversas fases conectó la intelectualidad radicalizada con una parte radicalizada del movimiento obrero. Por su alto nivel cultural, el “Frente” conectó con todos los debates que se estaban dando a la izquierda del comunismo oficial contra el que desarrolló una línea crítica de signo más bien trotskista (había que diferenciar entre los dirigentes y las bases, entre la revolución y la burocracia, entre la época de Lenin y la de Stalin). Por esta época surgen las primeras tentativas nacionalistas de izquierda, sobre todo en Euzkadi, tentativas de renovar el anarquismo…También tiene lugar una crisis interna en el PCE-PSUC.
--Esta tercera corriente surgirá como expresión de la radicalización del momento, y se expresará en una serie de rupturas internas de la que el grupo “Unidad”, surgido como una escisión de signo más bien “castrista” en el “Provincial del PSUC de Barcelona, y cuyas preocupaciones no pasan por el debate teórico sino por componer otro partido comunista en oposición a la línea de Santiago Carrillo, cuyos últimos textos proclaman que su finalidad no es la revolución sino aislar a los “ultras” de la dictadura. El grupo se extenderá por buena parte del PCE aquí y allá, pero conocerá ya de entrada una escisión en Barcelona, la liderada por Jordi Borja (que había militado junto con Krivine en la JCR francesa desde 1965 a 1968), y que creará OC-Bandera Roja. A continuación de las jornadas de mayo del 68 que, entre otras cosas, evidencia la actuación “revisionista” del PCF, y animado por las noticias de la “gran revolución cultural proletaria” guiada por Mao, opta por el “marxismo-leninismo pensamiento Mao”, publica su propio “Libro rojo” donde se proclama el Partido Comunista en oposición irreducible al “revisionismo”.
-- Las movilizaciones contra los Consejos de Guerra de Burgos, en diciembre de 1970, abrían un período de signo nuevo en la lucha de clases en el territorio del Estado español. Insertándose en la onda del nuevo ascenso de las luchas desde Mayo del 68, actuaron de manera que la lucha clandestina contra el régimen en los años setenta vendrá muy marcada por el dilema entre el PCE-PSUC ampliamente hegemónicos, y una izquierda radical fragmentada en diversas corrientes: maoístas y nacionalistas de izquierdas neoanarquistas, trotskistas, …En el caso del maoísmo, el partido más importante será el PCE (i), que en 1971 sufrirá la escisión conocida como Línea Proletaria o los istas. Este mismo año se funda la ORT en base a grupos católicos de izquierdas. Al señalar todas estas corrientes hay que hacerlo pues en plural, de lo que se desprende determinados rasgos: un infantilismo propio de gente que comienza sobre nuevas bases en unas condiciones muy arduas, mitificación del potencial del grupo, incapacidad para solventar las discrepancias mediante el debate, rasgos que serán más acusado en los maoísmos por su raíz estaliniana.
---Entre todos ellos, el más influyente será sin duda PTE que en 1975 tomaría este nombre como parte de una imposición de Santiago Carrillo que no aceptaba en la Junta Democrática otro partido comunista; curiosamente, Carrillo retomará años más tarde el mismo nombre ya fuera del PCE y con un pie en el PSOE. El PTE consigue desarrollar un enorme trabajo de masas a través de sus brazos sindicales (CSUT), juveniles (JGR), de mujeres, etc. Se mantiene en una cierta equidistancia ent4re la extrema izquierda (que los tacha de oportunistas), y del PCE, y toma parte en todas las estancias “unitarias” puestas en marcha por Carrillo para tender puentes con los “evolucionistas” del régimen. El PTE dirá sí a la Constitución, menos en Euzkadi…En todo este tiempo, sus aportaciones teóricas son muy mediocres. Se entiende que el trabajo intelectual y programático es cosa de la dirección, y los militantes están para aplicar los giros políticos (1).
--El PTE contó con un enorme potencial que, a su vez, demostraba el todavía más amplio que llegó a tener la izquierda radical, y al que habría que añadir las inquietudes de izquierdas que subyacían en el propio PCE contenidas en el argumento, primero acabemos con el franquismo, luego…El PTE fue una fuerza militante a pesar de su penuria teórica, y con serios reflejos sectarios (valga un detalle entre mil: los de mi barrio expulsaron a un militante por echarse una novia anarquista), y consiguió atraer la ORT, el siguiente partido maoísta un poco menos importante. La ORT también contaba con un sindicato propio, y una considerable audiencia. Sin embargo, ni siquiera supieron entender por las cúpulas, ambas situadas al margen de cualquier control de una base educada en la fe en el partido, y que no aceptó el menor cuestionamiento de sus líderes.
--A pesar de su importancia, el PTE nunca logró el menor reconocimiento de los “camaradas del Partido comunista chino”, que al igual que el PCUS de Stalin, ponía en primer lugar sus propios intereses nacionales de tal manera que, para citar otro ejemplo entre mil, ni tan siquiera denunciaron la matanza de comunistas en Indonesia en 1965 a pesar de que los comunistas indonesia eran porcinos. El PTE tampoco llegó a cuestionarse la domesticación estaliniana del Komintern, y cifraba en el PCE de José Díaz y “La Pasionaria”.
--Su ascenso y su caída tienen profundas raíces nacionales –comienzo y declive de la gran ola movilizadota de los sesenta hasta el “tejerazo” --, pero también resulta coincidente con la historia del maoísmo. Se conforma al calor de la “gran revolución cultural proletaria” de Mao, y se cierra con la caída y descrédito de la “banda de los cuatro”, cuando el PC chino renuncia abiertamente a Mao.
--El final fue igualmente muestra del carácter verticalista y burocrático del modelo que defendió. Ya se habían hecho bastante visibles tanto en la forma en que se llevó el proceso de unificación con la ORT, como en la fase final, cuando todo se desmanteló sin apenas debate, dejando a la militancia de a pie a los pies de los caballos. Luego la mayoría retrocedió hacia la privacidad, un sector de cuadros hizo su carrera en la administración, mientras que los más militantes persistieron en sus actividades, y muchos de ellos lo siguen haciendo todavía en otros partidos o en tal o cual movimiento.
--Ha llovido mucho desde entonces, y llegó a parecer que nadie quería hablar del asunto. Sin embargo, en los últimos tiempos se puede hablar de una recuperación en la que ha tenido mucho que ver la creación de la Asociación por la Memoria Histórica del Partido del Trabajo y de la joven Guardia Roja (www.pte-jgre.com), que está detrás de varias ediciones. En especial quizás de este libro que significa un salto cualitativo por su amplitud, su enfoque apoyado en la documentación y en las fuentes orales…Pero el aporte más importante es este libro que se presenta. Está coordinado por José Luís Martín Ramos, y se titula “Pan, Trabajo y Libertad. Historia del Partido del Trabajo de España” (El Viejo Topo, Barcelona, 2011), incluye trabajos de otros autores como Marta Campoy, Manel Gracia y Ramón Franqueza, todos ellos estudiosos y al mismo tiempo, antiguos militantes del partido, y se erige como un punto inexcusable para todo trabajo ulterior.
---El libro nos transporta a algunos episodios claves comenzando por la lista de militantes muertos en manos de la policía franquista, y trata de ofrecer una visión de conjunto sobre una experiencia que todavía resulta cercana, y que se desarrolla en un tiempo largo y agitado, y en una organización que conoce diversas etapas, y sobre la cual queda casi todo por hacer, desde tal o cual capítulo nacional, regional o local hasta lo personal, singularmente a aquellos que tuvieron un mayor protagonismo como sería el caso de “Miguel”, alias de Manuel Valverde, el rostro del cisma del “provincial” del PSUC en 1967, pero que tempranamente, ya en 1970, encabezó con Ricard Clarés y otros, el grupo de los “istas”, mucho más minoritario y atraído por una cierta violencia justificada por referencias anticolonialistas. Sin embargo, no se mencionan otros episodios importantes, por ejemplo, la escisión que produjo el BCT, sector nacionalista catalán proveniente del PTE que en 1978 se manifestó junto con la “Lliga” por el “No a esta Constitución”…
--También se hace especial hincapié en la capacidad de convocatoria del PTE. Su arrastre de masas fue en la segunda mitad de los años setenta fue muy superior al que pudo lograr cualquier partido del sistema, y si no llegó al Parlamento como tal (lo hizo a través de ERC, que fue la que sacó todos los beneficios en una colación en la que el PTE puso la mano de obra y ERC el cabeza de lista). El PTE fue quizás uno de partidos más perjudicados por la antidemocrática Ley d´Hont. No obstante, llegó contar con 889 cargos municipales y con 71 alcaldes, sobre todo en Andalucía donde le sobrevivió el SOC.
--quizás lo más importante sea que la militancia que no ha cambiado de chaqueta se reencuentre y analice críticamente su experiencia con sus logros y sus defectos, y sepa sacar una energía renovada para las batallas que la historia nos plantea.

---1) Esto fue lo que sucedió con la propia adopción del maoísmo, decidido por la dirección de un día para otro, o con el ingreso en las plataformas unitarias lideradas por el PCE-PSUC. Los lectores y lectoras interesados podrán consultar también obras como la de Carlos Trías Sagnier, ¿Qué son las organizaciones marxistas-leninistas? (La Gaya Ciencia, Barcelona, 1977), así como el estudio de José Manuel Roca, El proyecto radical. Auge y declive de la izquierda revolucionaria en España (1964-1992), pero sobre todo la investigación de Consuelo Laíz, La lucha final (ambos en Libros de la Catarata, Madrid, 1995); el artículo de José Antonio Errejón, El PTE, incluido en el “dossier” sobre “La izquierda contra el franquismo” de Viento Sur (nº 115/marzo 2011)…Una memoria alentada desde la entidad que trata de salvaguardar el legado es La lucha por la ruptura democrática en la Transición que reúne documentos, fotografías, y una serie de artículos: Transición y transiciones permanentes, por Ramón Adell Argilés; Los movimientos sociales, por Manel Gracia Luño ; El Partido del Trabajo de España, por Amador Rivera Pavón; La prensa del partido, por Antonio Bocanegra Martínez; La represión en la transición, por Alfredo Grimaldos Feito…

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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