viernes, febrero 03, 2012

La izquierda abertzale y socialista avanza por ancho camino (Bildu y Amaiur)



La izquierda dogmática, esa que pretende encajar la realidad en su discurso y, no su discurso en la realidad que es lo que normalmente hacen las fuerzas del socialismo, andaban y andan revueltas con la política de alianzas de la izquierda abertzale y socialista vasca ...
La izquierda dogmática, esa que pretende encajar la realidad en su discurso y, no su discurso en la realidad que es lo que normalmente hacen las fuerzas del socialismo, andaban y andan revueltas con la política de alianzas de la izquierda abertzale y socialista (IAS) vasca y más tras su rotundo triunfo electoral.
La IAS ha sido capaz de convertir a las fuerzas de la independencia y el socialismo en un movimiento político que podrá llegar de forma democrática la liberación nacional y y social. Pues su capacidad de unir a todas las familias, grupos y organizaciones relevantes y que forman parte del movimiento político independentistas y socialista vasco, pero no sólo eso sino que ha sido capaz de arrastra a ese proceso a los sectores socialdemócratas de otras organizaciones. Convirtiendo su discurso en el discurso hegemónico en Euskal Herria Sur.
Su flexibilidad organizativa, su capacidad de adaptación, su fuerte enraizamiento en la sociedad vasca y en sus movimientos sociales y populares le ha permitido soportar la vulneración constante de los derechos democráticos y, no sólo eso, sino convertirse en un movimiento político imparable que camina (como decíamos las gentes de radio kaos en los años ochenta) con suavidad en las formas y radicalidad en los contenidos hacia la victoria. Ya lo dijo Arnaldo Otegi: La izquierda abertzale no nació para resistir. ¡Nacimos para ganar!
Al llegar este punto, algunos pensaran que porque hago defensa de estos postulados, también los podría hacer de otros amigos personales o no que son compañeros de primera como: Sánchez Gordillo (CUP); los regidores de Badia del Valles (AEB) o de Vilafranca del Penedés y Girona (Candidatura de Unida popular) o los sindicalistas de CSI Asturiano o del SAT Andaluz…
Pero he decido hacerlo de la izquierda abertzale para valora su hábil política de alianzas. Y su estrategia política. Y lo hare en lenguaje popular y comprensible. La IAS ha sabido llevar adelante todas las propuestas de la base, ha sido capaz de sobreponerse a las dificultades locales riñas y debates marcando a todos y todas un nuevo camino que les permita construir un bloque de poder tanto municipal con la coalición Bildu o supra territorial con la candidatura Amaiur.
Todo esto lo ha hecho, sin olvidar el carácter de izquierdas, anticapitalista y socialista de su propuestas, claro alejándose de formas decidida de esa izquierda dogmatica que buscando no se sabe bien que esencias no consigue avanzar ni un milímetro en ningún lugar del estado español, pero que luego se permite el lujo de atacar sin contemplaciones a las fuerzas del socialismo y la independencia sea en Euskal Herria, Catalunya o Galiza.
Las fuerzas del socialismo sólo podrán avanzar con el apoyo del pueblo, no contra el pueblo, luchan para establecer el socialismo, pero como todos podemos imaginar eso no se hace de manera automática, ni existe ningún libro que lo explique; eso lo construye el pueblo y sus organizaciones socialista y populares con el trabajo diario. Algunos piensan que la política de alianzas de la IAS desvirtúa la lucha de muchos años, cuando es justamente todo lo contrario este es el resultado de ese trabajo militante. Para las gentes de las izquierdas consecuentes no todo tiempo pasado fue mejor, por eso, esas izquierdas no son útiles al pueblo trabajador ni se las tiene en cuenta. Estos una vez y otra nos sacan el catecismo y vuelven a la carga con viejas banderas y viejos símbolos que los sitúan fuera de la realidad de sus pueblos y de la lucha presente de estos, no pueden aportar nada al nuevo proceso revolucionario. Y no contentos con eso se atreven a revisar el pasado diciendo barbaridades, tales como: que los crímenes contra los militantes comunistas y los trabajadores (como los procesos de Moscú), son errores o incluso acciones correctas. Ponen de ejemplo ante el pueblo trabajador modelos sociales y dirigentes políticos que jamás respetaron los derechos humanos; no sólo de la burguesía (que también se deben respetar) sino de los propios trabajadores comunistas o anarquistas.
Para cualquier movimiento socialista el respeto por los derechos humanos, así como el apoyo a quienes luchan por defenderlos y a las fuerzas del socialismo en cada país, es fundamental. Por eso resulta incomprensible que en nombre de la izquierda se puedan aceptar crímenes contra el pueblo o se defiendan alianzas con regímenes que no respetan los derechos de las mujeres, homosexuales o de los laicos. Qué izquierda es esa y que pueblo va apoyar a esas posturas en el siglo XXI. Eso es además de una locura fanática, un suicidio político.
La transparencia, hacer lo que se dice y presentar un discurso claro y coherente ante el pueblo trabajador, la sociedad y los medios de comunicación es lo que ha permitido a la izquierda abertzale y socialista ganarse a las masas. Su ejemplo de compromiso, dignidad y resistencia es innegable nadie ha dado tanto como ellos en estos últimos treinta años en el estado español. Y aquí incluyo a toda la izquierda independentista vasca.
En definitiva, este nuevo proyecto político de la izquierda abertzale ha sido capaz de ilusionar y representar los intereses del pueblo trabajador en el ámbito institucional, sin dejar la movilización ni los movimientos populares, como ya le ocurrió a otra izquierda después de la transición. La tarea que tiene plantead es ingente, por eso este es un momento de apoyo a este proyecto para conseguir la paz y la justicia social. Y también es el momento de valorar como esta nueva izquierda ha sido capaz, en el corazón de la bestia capitalista de unir a los de abajo para intentar cambiar de base el mundo, derrocando a los de arriba.

Manel Marquez

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