miércoles, diciembre 14, 2011

Un libro colectivo para el debate: Barbarie fascista y revolución social (*)


Este es un libro para la discusión, bien editado como es ya propio en esta editorial (Sariñena, de Salvador Trallero, un editor vocacional donde los haya), y que nos indica sus pretensiones desde una portada en la que el rojo aparece encarnado por Durruti y el negro por el “Caudillo”…Su título nos indica que aborda la guerra española como un dilema entre la barbarie fascista o la revolución social, como una variante incuestionable entre el socialismo o la barbarie ya planteado por Engels y retomada por Rosa Luxemburgo. Lo hace desde la perspectiva de 75 años después, o sea desde el tiempo que nos está tocando vivir, un tiempo que en muchos sentidos se asemeja a los años sesenta, cuando se replantearon grandes cuestiones establecidas, entre ellas, el punto de mira sobre la guerra civil española que desde el antifranquismo se entendía unilateralmente como un prólogo de la II Guerra Mundial, y desde entonces se empezó a entender como una historia mucho más compleja, y en la que el dilema entre revolución y contrarrevolución aparecía como el principal.
Desde este libro se retoma este punto de mira, agrupando un conjunto de trabajos que aclarar algunos temas básicos de la contienda. Se inicia con dos apartados dedicados a la “barbarie fascista”, y está escrito por Antonio Liz que explica el franquismo como una contrarrevolución preventiva, y que recompone al detalle su naturaleza. Por más que la guerra social pudiera dividir familias, este aspecto inherente a toda guerra civil, no explica lo fundamental. Lo fundamental lo determinaron los hechos. Por más que la política del Frente Popular trataba de “apaciguar” el pánico social de las clases dominantes, estas, en ausencia de un partido fascista de masas como los que hubo en Italia o Alemania, apostaron por el “partido africanista” en el contexto de un auge del nazismo que demostraba como se podía llegar a una “solución final”, creando un “nuevo orden” jerárquico que exterminara “hasta la raíz” todo vestigio de socialismo, y con el que aspirar a un nuevo reparto del mundo de la mano del imperialismo fascista con el que España retomaría su “destino en lo universal”. Este trabajo se apoya en las últimas aportaciones sobre el “holocausto español”, y explica como el régimen franquista mantuvo su continuidad a través de la monarquía.
Pelai Pagès retoma sus trabajos de investigación en parte ya expuestos en Cataluña en guerra y revolución, 1936-1939 (Ed. Lengua de Plata, Sevilla, 2007), para componer un cuadro detallado del proceso revolucionario, del “sueño igualitario” sin el cual no podría explicarse que el pueblo militante ofreciera una resistencia que no había ofrecido en Alemania y muy superior al que ofreció en Austria en 1934. Lejos de la composición ideológica que trata de ver la revolución como una realidad secundaria, Pelai muestra como en toda la zona republicana se luchaba por una economía de transición al socialismo, y como este sueño se plasmó en las colectivizaciones así como en toda clase de actividades desde la urbanística hasta la escolar. Ese sueño se desarrolló en unas condiciones totalmente adversas, pero mostró que el nivel de formación y de organización de la clase trabajadora era aquí muy superior a la rusa de 1917. Sin embargo, se trató de una revolución a medias, por abajo, en medio de una guerra civil y sufrió los embates noskiano de la derecha republicana cuyo objetivo central era mantener la alianza política con las potencias democráticas…Las mismas que se habían impuesto la llamada política de no-intervención. Es un capítulo que viene complementado por otro de Javier Maestro que analiza el problema de la violencia en aquella circunstancias, y que aparece encuadrado en un apartado que se título “El muro de contención”.
Un tercer apartado que evoca “Nuevos caminos”, incluye un cuadro didáctica sobre el proceso de radicalización del feminismo en la II República desde Clara Campoamor hasta las “Mujeres Libres”, y se interroga sobre el lugar de las mujeres en una movilización social extraordinaria. Por su parte, el historiador británico afincado en Barcelona, Andy Durgan, desentraña el papel jugado por las Brigadas Internacionales y su significado en el cuadro del ascenso del estalinismo, una contrarrevolución específica cuyo apogeo resultó coincidente con la cronología de la guerra española, y que proyectó sobre ella una intervención militar y política ambivalente. El libro se cierra con una minuciosa cronología que nos ayuda a situar la discusión. Una discusión que se establece desde una perspectiva de 75 años, después de que las fuerzas políticas dominantes de la Transición –en especial el PSOE invertido de Felipe González- hubiera tratado de olvidar la historia con pretexto de una “superación” que, a la postre, no ha hecho más apuntar la hegemonía de la derecha heredera del franquismo.
Tenemos pues una visión de la guerra, y una visión sobre como se ha escrito y se sigue escribiendo. Y desde este punto de mira, no está de más recordar el significado de los aniversarios. A los 25 años (1964), el final la guerra era conmemorada desde la exaltación del régimen, y los lectores podrán apreciar hasta donde pudo llegar la mentira y el cinismo viendo una película como Franco, ese hombre, realizada para la ocasión por José Luís Sáenz de Heredia. En 1986, cuando se cumplió el 50 aniversario del inicio, el gobierno felipista subrayaba el discurso de la equidistancia y de la superación, y abogaba por la divisa “la historia para los historiadores”…Esto ya no se mantiene, no se puede mantener. Además, el horizonte de la historia ha cambiado, y ahora está claro que ese discurso escondía una derrota en la última batalla. En la batalla de las interpretaciones, y en esta batalla, este libro tiene muy clara cual es su barricada.

(*) El libro será presentado en Madrid el próximo jueves día 16 con intervenciones de dos coautores. Antonio liz y Javier Maestro

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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