viernes, agosto 19, 2011

Alarma en EEUU y Europa por curso económico


En Occidente, donde con rapidez diagnosticaron el fin de la recesión iniciada en el dos mil ocho, están hoy sumidos en el pesimismo, ante lo que denominan posibilidad de una nueva crisis financiera global.
Varios factores negativos actuaron en los últimos meses para respaldar los vaticinios de un nuevo declive mundial, aunque en realidad muchos países del Sur empobrecido todavía siguen castigados por los efectos de la depresión económica abierta en el dos mil ocho.
Todas las miradas apuntan hacia el desempeño de la principal potencia del mundo, dado su innegable peso en el escenario internacional.
Allí el desempleo marca 9,1 por ciento, la incertidumbre reina en las bolsas y la autoridad del país quedó en entredicho por la extenuante polémica sobre si se elevaba el techo del débito y la rebaja en la evaluación de su deuda por la agencia c calificadora de riesgo Standard & Poor's.
Las revisiones al Producto Interno Bruto informadas el mes pasado muestran que la recuperación en Estados Unidos ha sido lenta, y que el crecimiento en el primer semestre del año se ubicó por debajo de 1 por ciento.
El lenguaje nada optimista de la Reserva Federal de Estados Unidos en su última reunión, cuando dijo que mantendría su política de tipos de interés bajos, tampoco hizo recobrar el ánimo de los contribuyentes.
Para colmo, una encuesta del diario USA Today reflejó que decenas de economistas vaticinaron un 30 por ciento de probabilidades de que Estados Unidos sufra otra recesión, una perspectiva manejada por menos analistas tres meses atrás.
Los expertos consultados por el rotativo fueron precisos al señalar que mayores oscilaciones en los mercados y el empeoramiento de la situación de la deuda en Europa, podrían empujar a la principal potencia del planeta al abismo.
En Estados Unidos comprenden los alcances de una crisis en el Viejo Continente que NO da signos de amainar y repercute en todas las latitudes.
En 2010, los gobiernos europeos pensaron que contenían la crisis en Grecia, cuando votaron un auxilio financiero de 110 mil millones de euros por tres años para evitar el default.
Pero ese mismo año tuvieron que rescatar alos bancos irlandeses, posteriormente a Portugal y más tarde nuevamente al país heleno.
Cada uno de esos salvamentos se acompañó dela exigencia de más medidas de austeridad que conmocionan las sociedades y generan protestas masivas.
Estadounidenses y europeos saben que el malestar social generalizado puede complicar aún más los esfuerzos por recobrar los bríos de la economía.
NO es insólito entonces que algunos poderosos corran, nerviosos, a refugiarse en el oro por si el dólar se devaluara dramáticamente e inspirara aún menos confianza que hoy.
Esos potentados saben que en tiempos de globalización financiera los problemas de un grupo de países se transmiten fácilmente a otros y puede agudizarse aún más la crisis, o iniciarse otra recesión, como prefieren decir en Occidente. FIN

Roberto Morejon

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