miércoles, julio 27, 2011

Masacre en Noruega

El espejo cristiano de al-Qaida

Imaginad si Anders Behring Breivik, el pálido, rubio, 100% noruego de ojos azules, ultra derechista loco por las armas, fundamentalista cristiano, responsable por el atentado con el coche bomba en Oslo y los meticulosos asesinatos selectivos en la isla de Utoya que mataron a 93 personas, hubiera sido un inmigrante musulmán.
Ni siquiera hay que imaginarlo – ya que los concéntricos círculos occidentales de la industria de la islamofobia inmediatamente atribuyeron la masacre en Noruega a “al-Qaida”, hasta que los hechos les bloquearon el camino.
Esperad un minuto. “¿Asesinatos selectivos?” Tuvo que cruzar la mente del asesino que si el gobierno de Barack Obama puede hacerlo – en AfPak, Iraq, Yemen, Somalia, todo en nombre de la civilización occidental – no hay nada que impida que un frío escandinavo ejerza los mismos derechos en su propio suelo.
Los hilos superpuestos de la ideología de al-Qaida pueden ser examinados en detalle en volúmenes como Al-Qaeda in Its Own Words [Al-Qaida en sus propias palabras], editado por Gilles Kepel y Jean-Pierre Milelli, y publicado en inglés por Harvard University Press.
El solitario Breivik también urdió su propio voluminoso manifiesto de odio de 1.500 páginas, titulado 2083: A European Declaration of Independence [2083: Una declaración europea de independencia], en el que castiga por igual al liberalismo, multiculturalismo y “marxismo cultural”, que supuestamente están destruyendo la civilización cristiana europea.
Tal como al-Qaida –bajo la guía ideológica de su actual líder Dr Ayman al-Zawahiri – se embarcó en una yihad defensiva (y ocasionalmente ofensiva) contra cristianos y judíos, Breivik llama a nada menos que una yihad cristiana para defender Europa contra otra invasión musulmana.

El retorno de los cruzados cristianos

Lo que revela que Breivik no es un fenómeno aislado es que la ideología detrás del manifiesto condena abrumadoramente no solo al Islam per se, la inmigración musulmana en Europa, y el multiculturalismo, sino también todas las diatribas neonazis, supremacistas radicales contra esos “males”.
Breivik, el asesino masivo que ama las horrendas canciones de Eurovision y la serie policial estadounidense The Shield [El escudo], y posee licencias legítimas para una pistola Glock, un rifle automático y una escopeta es un converso de la nueva, algo más sofisticada narrativa de la derecha pan-europea – según la cual la batalla por el alma de Europa será librada por motivos culturales.
Después de una breve visita a Dinamarca y al sur de Suecia en el otoño de 2010, ya había mencionado esos temas más amplios en Carta de Islamofobistán (Rebelión, 25 de octubre de 2010).
Breivik va un paso más lejos al transformar en armas el nuevo pensamiento – según el cual no se trata de que los musulmanes sean biológicamente inferiores a Occidente Cristiano; el problema es que los dogmas del Islam son absolutamente incompatibles con Occidente.
Todo tiene que ver con cultura. “Ellos” no comparten “nuestros valores” y nuestro modo de vida. En su astuta acción de relaciones públicas, esta explicación culturalista probablemente atraerá incluso a europeos moderados.
Breivik y su calaña culpan a la democracia parlamentaria occidental en su conjunto –incluida la corrección política– por permitir que los musulmanes en Europa se establezcan como caballos de Troya. Todo y cada cual es una amenaza – desde al-Qaida a la burocrática Unión Europea (UE) y las multiculturales Naciones Unidas (ONU). Breivik y su especie son Huntingtonescos hasta no poder más – temen un choque de civilizaciones en su propia casa.
No es ninguna maravilla que el siguiente paso lógico haya sido la transformación de Breivik en una versión moderna de los Caballeros Templarios ensalzada en su extravagante manifiesto – para así dar el ejemplo. El programa del Caballero: “tomar el control político y militar de los países europeos occidentales e implementar un programa político cultural conservador”.
“Al-Qaida” – o la nebulosa de franquicias y copiones comúnmente presentados en un lote como “al-Qaida” – no tiene los recursos para atacar Europa, y en todo caso no es su prioridad; la prioridad es AfPak, Asia Central e India, como lo detalla el comandante militar de al-Qaida Ilyas Kashmiri. Pero la prioridad del terror cristiano fundamentalista es definitivamente Europa. Y los ataques tendrán lugar a través de misántropos como Breivik así como de grupos organizados.
Los progresistas occidentales deben estar en alerta roja. Habrá que destrozar tabús – especialmente al identificar las retorcidas, pero casi siempre burdas estrategias, empleadas por el fundamentalismo cristiano de ultraderecha y los sionistas para fomentar la islamofobia en Occidente. Por ejemplo, tanto los islamófobos como los sionistas de la línea dura consideran que la subyugación de Palestina por los israelíes, es la defensa de Israel en un choque de civilizaciones. El discípulo modelo, Breivik, aclama a islamófobos estadounidenses tristemente célebres como Pam Geller y Daniel Pipes de la misma manera como aborrece el apoyo noruego a un Estado palestino independiente y soberano.
Breivik escribió: “Es muy hipócrita tratar a musulmanes, nazis y marxistas de un modo diferente los unos de los otros. Son todos partidarios de ideologías de odio. No todos los musulmanes, nazis y marxistas son conservadores: la mayoría son moderados. ¿Pero importa?
No importa: el fascismo es un seductor que ofrece igualdad de posibilidades. Habrá sangre – mucha más sangre, mientras Europa enfrenta su propio corazón de las tinieblas. Cuidado con el retorno –en masa– del pálido cruzado cristiano de ojos azules.

Pepe Escobar

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