viernes, mayo 06, 2011

Una obra recomendable: Arcángeles Doce historias de revolucionarios herejes del siglo XX, de Paco Ignacio Taibo II


Guardo un recuerdo imborrable de este libro singular, lo compré en su edición de 1998 animado por el conocimiento que había adquirido sobre Paco Ignacio Taibo II leyendo algunos de sus trabajos...

... sobre el Octubre del 34 en Asturias en revistas (en un Historia 16 realizaba una minuciosas descripción de la represión “prefranquista”), y en libros como Octubre 1934, cincuenta años para la reflexión, (coautor), Siglo Veintiuno, 1985)…Esto sucedía en una época en que libros como Arcángeles Doce historias de revolucionarios herejes del siglo XX, eran considerados como una excentricidad, y apenas sí se publicaban, y menos en editoriales grandes como Planeta…Disfrute de lo lindo, en parte porque me evocaba personajes legendarios que ya conocía como Larisa Reisner a la que trataba de “colocar” editorialmente por aquellas fechas, o porque me descubría otros nuevos…Todo ello con la singularidad de una visión detallada, alegre, contraria a cualquier apropiación sectaria que tanto daño nos había hecho.
Es verdad lo que he leído en alguna parte “«Son tipos que parecen haberse comido a un ángel y que alimentan sus durezas de esa fibra mágica de la terquedad y la verticalidad. Personajes que no oscilan en medio de las tormentas, que no se reclinan. Personajes de gestos, que operan en el terreno donde se mandan mensajes reales, el terreno de los símbolos». Seguramente es lo que han sentido los que han trabajado para reeditarla, seguro que en una tirada más modesta pero no por ello menos necesaria, y ahí están los “cuadros” que tratan de la efímera experiencia del sindicato de pintores mexicano creado en 1922 por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros antes de convertirse en un “serial killer” estaliniano, una aventura revolucionaria que yo conocía por la biografía de Rivera que escribió su amigo Bertram D. Wolfe, que también estuvo allí, no en vano fue el vaso comunicante entre el primer partido comunista mexicano (tema que Taibo trata en otra obra suya Bolshevikis. Historia narrativa de los orígenes del comunismo en México 1919-1925, Joaquín Mortiz, 1986) y el primer comunista norteamericano, el de John Reed, lástima que Bertram también acabó de manera indigna.
Estaba la pista de las reapropiaciones de Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso en su periplo mexicano que está descrita en la monumental biografía del primero escrita con tanto entusiasmo por Abel Paz. Sigue la historia de la lucha contra la oligarquía española en Acapulco, la misma que le costaría dos vidas a Juan Escudero, a la tenaz insistencia del último magonista que, como se ha podido ver en Oaxaca recientemente, no era el último ni mucho menos.
Taibo no se olvida del «estilo Max Hölz», llamado “el Robin Hood” de la convulsa Alemania de 1918-1921, medio anarquista y medio bolchevique. Tampoco lo hace de las intrépidas crónicas periodísticas de Larisa Reisner sobre la Revolución rusa, y que también escribiría sobre Holz y la Alemania revolucionaria. Gracias al libro pude saber de Raúl Díaz Argüelles capitán del ejército cubano rebelde que dejara su vida por la independencia de Angola, así como Peng Pai y su particular persecución de la revolución agraria china. Paco Ignacio Taibo II escribe como un novelista pero cuenta la trama con el rigor del historiador. Sabe que estas historias no se pueden perder, y trata de dejar constancia de la memoria de las resistencias y las derrotas que nos llevarán, una y otra vez, a volver a intentarlo, con la certeza de quienes llevan un mundo nuevo que por finales del aquel siglo que acabó tan mal, comenzaba a rehacerse donde menos se le esperaba.: en Seattle.
Y es que este es un libo intenso y ameno, de hecho un clásico en el sentido más amplio de la palabra. En medio de tanto culto a la victoria y al “sálvese quien pueda”, éstos son cuadros de vivencias ricas y tremendas, heroicas derrotas que todavía mantienen su luz como en el caso de Friedrich Adler, el más inquieto de los autromarxistas, el gran adversario del militarismo durante la “Gran Guerra”, uno de los líderes de aquella Internacional segunda y media, y una de las contadas voces del socialismo internacional que clamó contra la ignominia de los “procesos de Moscú”. Historias que tienen que ver con la terquedad, la tenacidad, el culto a los principios, la política entendida como moral trágica y terrible. Del delirio de un sindicato que reunía a los mejores pintores del mundo y la batalla por un muralismo contra burócratas miserables y estudiantes, sin olvidar el caso de Adolf Abramovich Joffe, uno de los portavoces más reconocidos de la Oposición de Izquierda soviética, gran amigo de Trotsky al que dejó una carta impresionante que no hace demasiado publicamos en estas mismas páginas en la serie “El gran negador”, y la lista sigue…
Y por si alguien no lo sabe, Paco Ignacio Taibo II es también el autor de Ernesto Guevara, también conocido como el Che, Planeta/Joaquín Mortiz, 1996.

(*) Ed. Traficantes de Sueños (ISBN 978-84-96453-59-3 | 336 págs. | 18 euros
14 x 21.5 cm)

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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