lunes, marzo 14, 2011

El fracaso de la CIA en Cuba



El 16 de marzo de 1960, un Comité del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos presentó al presidente Eisenhower para su aprobación, un documento titulado “Programa de Acción Encubierta contra el Régimen de Castro”, preparado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de ese país.
El objetivo del programa, como se consigna en el documento, era el de “provocar la sustitución del régimen de Castro por uno que responda mejor a los verdaderos intereses del pueblo cubano y sea más aceptable para Estados Unidos”. Para el logro de ese propósito los métodos a emplear por la CIA consistirían en “incitar, apoyar, y en lo posible, dirigir la acción, dentro y fuera de Cuba, por parte de grupos selectos de cubanos, que pudieran realizar cualquier misión por iniciativa propia”.
El presupuesto previsto en un inicio para este programa, en lo que a propaganda se refiere, se estimó en 1,7 millones de dólares. En esa época la vía de comunicación por excelencia utilizada por los enemigos de la Revolución Cubana era el canal radial. En estos años unas 130 emisoras de radio, patrocinadas por 43 organizaciones contrarrevolucionarias, han bombardeado el espectro radioelectrónico de Cuba, en una escalada que no tiene parangón en la historia.
Tras rotundos fracasos en el frente de la guerra radial y televisiva, el gobierno norteamericano y la CIA apuestan ahora a la llamada guerra cibernética para subvertir el sistema político y social elegido por los cubanos.
En el 2010, una parte del presupuesto de más de 20 millones de dólares de la USAID, utilizado para financiar grupos contrarrevolucionarios dentro y fuera de Cuba, se destinó a sembrar propaganda anticubana en Internet. Para colmo, el presidente Barack Obama solicitó un aumento de los fondos para las operaciones de su gobierno contra Cuba durante el año fiscal 2012, que, por supuesto, incluye la actividad subversiva en el campo tecnológico.
En este contexto se anuncia en la televisión cubana, la condena a 15 años de privación de libertad del ciudadano estadounidense Alan Gross, “por su participación directa en un proyecto subversivo del Gobierno de Estados Unidos para tratar de destruir la Revolución, mediante el empleo de sistemas de infocomunicaciones fuera del control de las autoridades para promover planes desestabilizadores contra diversos sectores sociales, y donde el acusado reconoció haber sido utilizado y manipulado por la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) de los Estados Unidos, subordinada al Departamento de Estado y que financia a la empresa contratista DAI, en nombre de la cual vino a Cuba”.
El ingeniero en telecomunicaciones Dalexi González, denunció hace pocos días en la televisión cubana, la actividad subversiva que desplegó en la isla Robert Guerra, propietario de la empresa Privaterra, en realidad un agente de los servicios especiales de EE.UU. para la guerra cibernética, quien lo contactó para la creación de redes ilegales de infocomunicaciones en la mayor de las Antillas. Una vez más la CIA fracasa en Cuba, resulta que Dalexi (su agente Alejandro) es el agente Raúl de la Seguridad Cubana.
En coincidencia con la sentencia a Alan Gross, se ha anunciado, para este lunes en la noche, un nuevo programa en la televisión cubana sobre la ciberguerra made in USA. Esperemos más denuncias donde están involucrados el gobierno gringo y la CIA.

Omar Pérez Salomón

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