jueves, enero 20, 2011

Los artificios del capitalismo: de la explotación humana a la pobreza anónima


Al caracterizar el sistema capitalista Marx señaló, hace más de 150 años, dos de sus rasgos fundamentales. Por un lado, la propiedad privada de los medios de producción, que se obtiene al expropiar al campesino y al obrero sus medios de vida para apropiarse de su trabajo y de los frutos del mismo. Por otro, las relaciones de explotación en las que se sustentan los procesos productivos dentro de los cuales una clase poseedora de los medios de producción impone su dominio sobre otra clase cuya única posesión es su fuerza de trabajo como medio de subsistencia.
Ambos elementos, permitieron develar la estructura de las sociedades capitalistas al evidenciar la existencia de la lucha de clases como un elemento inherente a todas ellas. Esta confrontación que se establece entre los propietarios de los medios de producción y los obreros carentes de toda propiedad, constituye el origen de las desigualdades sociales que han estado presentes desde hace siglos y que imperan hasta nuestros días.
Irónicamente, en la actualidad, cuando los aportes de la teoría marxista mantienen una vigencia innegable debido al incremento de las disparidades sociales y a la diversificación de los mecanismos de explotación sobre la clase obrera, se ha establecido una “censura silenciosa” que pareciera dejarlos en desuso con el argumento de su poca adaptación al contexto político, económico y social del momento. En su lugar, se han impuesto “nuevas” concepciones cuya capacidad explicativa resulta bastante incierta. Uno de estos conceptos, quizá el más común en los últimos años, es el de pobreza.
A partir de la década de los ochenta el uso del concepto de pobreza se ha incrementado sustancialmente. En particular, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han contribuido a la multiplicación de los estudios sobre esta temática. Por ejemplo, una breve revisión de las publicaciones difundidas por el Banco Mundial revela un crecimiento en el número de investigaciones que incluyen como eje analítico el concepto de pobreza: en el periodo comprendido entre 1990-1999 se elaboraron 12 documentos con esta característica, en la década siguiente, 2000-2009, este número se elevó a 58)1.
¿Cómo explicar este uso excesivo del concepto pobreza? El inicio de los años noventa se caracterizó por un viraje de la política económica hacia el modelo neoliberal que en esencia contribuyó a acentuar los rasgos más perversos del sistema capitalista. Para avalar dicha reestructuración, los organismos internacionales (ONU, FMI, BM, OCDE) rectores del nuevo orden económico mundial, se dieron a la tarea de imponer, divulgar y legitimar una nueva agenda de discusión internacional, mediante el otorgamiento de subsidios y patrocinios masivos a un sinnúmero de investigaciones, con la finalidad de promover una interpretación de los procesos sociales sustentada en el análisis de un grupo focalizado de la población: los pobres, los marginados, los vulnerables, los excluidos.
De esta manera, en las últimas décadas las discusiones teóricas y empíricas sobre la pobreza han ido ganando terreno al interior de las ciencias sociales, por esta razón el concepto de pobreza se ha convertido en uno de los principales referentes analíticos de los procesos económicos, sociales, políticos y culturales.
Sin embargo, diversos autores (Filgueira, 2007; Umpiérrez, 2006) cuestionan el predominio de dicho concepto debido a que esta noción ha contribuido a difuminar, desaparecer, desvanecer o matizar la existencia de las clases sociales y del conflicto de intereses que entre ellas se establece; cada día es más común encontrar referencias a “sectores”, “grupos” o “fracciones” sociales que parecieran carecer de alguna relación entre sí.
En este sentido Filgueira (2007:74) menciona que "uno de los factores que contribuyó a esa pérdida de relevancia de los análisis de estratificación y movilidad social fue el vuelco hacia los problemas de pobreza y exclusión. Pese a que esos estudios comprenden parcialmente aspectos de distribución e inequidad y no son ajenos al análisis de la estratificación, es evidente que no es lo mismo la indagación aislada sobre grupos sociales que se ubican en un extremo de la estratificación, que hacerlo considerando la totalidad de la estructura. El resultado ha sido que hoy en América Latina se conoce más respecto a los pobres, los indigentes y los marginales que sobre las condiciones de vida y alineamientos sociales".
No se trata aquí de desprestigiar o desconocer los esfuerzos teóricos y empíricos elaborados alrededor del concepto de pobreza sino de reconocer las limitaciones de esta noción: a pesar de que constituye un indicador importante de las condiciones sociales, no puede considerarse en sí misma como un paradigma de análisis tal como se utiliza en múltiples ámbitos.
La problemática radica en que gran parte de los teóricos de la pobreza desarrollan sus investigaciones construyendo definiciones aisladas sin establecer ninguna vinculación con el conjunto de la estructura social dominante. Como acertadamente señala Umpiérrez (2006) “en la definición de la pobreza hay que tener en cuenta los intereses de clase… Cuando se discute sobre el salario mínimo, los trabajadores quieren que sea lo más alto posible y los capitalistas que sea lo más bajo posible. No es un problema de abstracta objetividad el determinar el salario mínimo, sino un problema de intereses. Igual ocurre con la determinación del concepto de pobreza.”
Finalmente, consideramos que la validez argumentativa que suele adjudicarse al concepto de pobreza es factible únicamente cuando éste se plantea en relación directa con su trasfondo: la propiedad privada de los medios de producción y las relaciones de explotación que prevalecen dentro de los procesos productivos del capitalismo, rasgos fundamentales evidenciados por la teoría marxista hace más de un siglo.

Varinia - Militante de México

Se agradecen comentarios al artículo en la dirección electrónica varinia.militante@gmail.com

Notas
1. Datos obtenidos a partir de la información contenida en la página oficial del Banco Mundial (www.bancomundial.org) consultada en septiembre del 2010.

Bibliografía
Filgueira, C. (2007). “Actualidad de las viejas temáticas: clase, estratificación y movilidad social en América Latina”. En Rolando Franco (editor) Estratificación y movilidad social en América Latina. Transformaciones estructurales de un cuarto de siglo. Chile: LOM ediciones.
Umpiérrez, F. (2006) [en línea]: “Reflexión crítica sobre las ideas de Amartya K. Sen. Conceptos de pobreza”. [Consulta: 14 septiembre 2010]

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