viernes, febrero 12, 2010

Haití: “Los gobernadores del rocío” (Parte II)


Como decíamos en el artículo anterior Jacques Roumain, el autor de la novela que lleva el título de este articulo, se conoció con el poeta cubano Nicolás Guillén en un Congreso de organizaciones antifascistas realizado en Madrid en 1937, en el marco de la guerra civil española.
Nicolás, diez años más tarde, dedica una de sus maravillosas Elegías al amigo haitiano. La misma, de 8 páginas, empieza así “Grave la voz tenía/era triste y severo/ de luna fría y de acero/resonaba y ardía….” Años mas tarde, al describir la tragedia de Haití, de los Duvalier, la miseria y el hambre escribe “…lo que hablábamos Jacques….Allí esta, permanece como una gran pagina de piedra/como una gran página sin vida y resabida, que todos dicen de memoria, que nadie vuelve y arranca/ de ese tremendo libro haitiano/ por esa misma página sangrienta haitiana,/sangre en las espaldas del negro inicial”
El pasado 11 de febrero se cumplió un mes del sismo, uno de los mas grandes de la historia moderna de nuestro planeta, que afectó a la nación haitiana, con mas de 250 mil muertos, miles de heridos, mutilados, y prácticamente la totalidad de las viviendas de su capital Puerto Príncipe destruidas. Uno de los pocos edificios que quedó en pie es la Embajada de los Estados Unidos, un bunker que, además, es la sede en la región del Comando Sur del Ejército estadounidense.
Mientras se empezaba a organizar la solidaridad, y llegaban a la nación afectada centenares de médicos cubanos, hospitales de campaña de esta nacionalidad y venezolanos, y el Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez anunciaba la condonación de la deuda que tenía Haití por 167 millones de dólares, la Casa Blanca, ocupada por el ”Premio Nobel de la Paz 2.009”, disponía el desembarco de 10.000 marines, que ocuparon militarmente esta nación caribeña, bajo el paraguas de la Misión de Paz de Naciones Unidas.
Este apresuramiento de Estados Unidos tuvo días después alguna explicación. Aprovechando la catástrofe la nación imperial veía la posibilidad de apoderarse de las reservas de petróleo existentes en la plataforma continental de Haití, descubiertas por técnicos de PDVSA, la petrolera estatal venezolana.
Meses antes del siniestro el gobierno de René Préval había acordado con Hugo Chávez, la explotación y extracción de aquellas, generando un gran disgusto en Washington, que considera a la nación haitiana parte de su “patio trasero”.
Las entidades financiera internacionales -FMI, BANCO MUNDIAL Y BANDO INTERAMERICANO DE DESARROLLO- discuten que hacer con la deuda que con ellos tiene este pequeño país, y la Unión Europea ha entrado en un duro debate entre sus miembros por la clara incapacidad que ha tenido para coordinar la ayuda, al mismo tiempo que Francia, la ex potencia colonial, reclama a los Estados Unidos por la ocupación del aeropuerto de la capital haitiana, que impide el arribo de aviones del país galo.
Al mismo tiempo Obama constituye una comisión para la reconstrucción de Haití con los ex presidentes Busch y Clinton y el Congreso norteamericano aprueba el presupuesto militar mas grande de la historia- 856 mil millones de dólares, que como dice el Comandante Fidel Castro en sus Reflexiones del pasado 7 de febrero “…Haití vive una catástrofe sin precedentes, mientras en el lado opuesto del planeta continúan desarrollándose tres guerras y conflictos crecientes, que consumen mas del 2,5% del PIB mundial, una cifra con la que podrían desarrollarse todos los países del Tercer Mundo, y, tal vez, evitar el cambio climático….”
Con menos del 5% del presupuesto militar votado por el Congreso estadounidense se podría reconstruir este pequeño país del que Martí dijo “…La isla donde triunfan en condiciones favorables de clima y larga permanencia, el ensayo dichoso de la vida, libres en el trabajo y con gran sentido colectivo y de respeto mutuo”.
Como Manuel y Anaisa, los personajes de la novela de Roumain, todo el pueblo haitiano, lucha junto a las brigadas solidarias de los países del ALBA, para superar ese trágico 11 de enero, recordando los versos del poeta “…No tiembles el combate es nuevo/la oleada viva de tu sangre elabora sin yerro/constante una estación/la noche se ha ido al fondo de las charcas/ el formidable dorso de un astro apenas dormido…”

Manuel Justo Gaggero, ex director del Diario El Mundo-abogado y periodista.

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