lunes, septiembre 21, 2009

Restif de la Bretonne y Las noches revolucionarias


Gota a gota, se sigue editando a Nicolas Restif de la Bretonne, (Sacy, act. Yonne, Auxerrois, 1734-París, 1806), al que se considera inventor de la palabra “comunismo”, en su sentido moderno, aunque también se cita au amigo Victor (Joseph-Alexandre-Victor) d'Hupay. Ambos toman una palabra ya existente, que enraíza con las "comunidades", el "comunoterismo", las "comunas", etc y la dan el sentido de comunidad de bienes y de educación…
Novelista y utopico francés, llamado el “Rousseau del arroyo”. Sus obras plenas de erotismo y sensualidad tuvieron un extraordinario éxito. Aunque escribió alrededor de doscientos volúmenes ninguna de ellas sobrevivió, la única que, a juicio de un historiador, tiene «interés, es la titulada Monsieur Nicolás; pero este interés no es fácil hallarlo, ya que la obra consta de 16 volúmenes y sólo vale la pena en unos cuantos párrafos» (José Mª Souvirón, Historia breve de la literatura francesa, Credsa, Barcelona, 1965, p. 112).
Pero esa es una percepción sobrepasada. La importancia de Restif es que ofrece un cuadro realista de la Francia de su tiempo y es uno de los primeros escritores que utiliza la novela como un arma de crítica social. Vivió hasta que fue joven en el campo, luego se trasladó a París donde comenzó a trabajar como aprendiz en una imprenta. Toda su vida y toda su obra estará marcada por la nostalgia de la comunidad agraria idealizada y por el rechazo de la ciudad, desigualitaria y viciosa, así como por la suma de experiencias propias, lo que le convierten en un maestro de la Autobiografía y de las Confesiones.
Su tendencia a consignar por escrito todo aquello que observaba hace que Restif sea el narrador de la vida cotidiana de la clase obrera parisina del siglo XVIII En algunos de sus libros describe una utopía comunista que cobra vida a través de una realidad que, aunque contemplada con mucho idealismo, es perfectamente identificable con la sociedad campesina que conoció su utopía era la de una comunidad en la que todos formaban parte de una gran familia, donde todos tenían sus bienes y donde la autoridad del padre y la Iglesia cuidaba el equilibrio y la ayuda mutua. No obstante, cuando estalló la revolución, el comunismo agrario de Restif se mostró con tintes muy moderados, aunque no hay duda que su obra contribuyó a la educación de miles de revolucionarios.
Algunas de sus obras más destacadas fueron La vida de mi padre (1778), El campesino pervertido o los peligros de la ciudad (1775), El descubrimiento austral (1781), La escuela de los padres (1776), Carta de un mono: el Andrógrafo o ideas de un hombre honrado sobre un proyecto de reglamento propuesto a todas las naciones de Europa para llevar a cabo una reforma general de las costumbres y con ella conseguir la dicha del género humano (1782) y Tesmógrafo o Ideas de un hombre honrado sobre un programa de reglamento propuesto a todas las naciones de Europa (1789), dos utopías donde propone un programa moderado de reformas. Octaedro (Bacelona, 20002) ya publicó no hace mucho Sara o la última aventura de un hombre de cuarenta y cinco años, con un prefacio de Maurice Blanchot que estudia su polémica con EL marques de Sade.
Ettore Scola lo incorporó con una gran riqueza de detalles a la diligencia de La noche de Varennes (1981), en una composición memorable con los rasgos sardónicos del soberbio Jean-Louis Barrault, introduciendo apuntes sobre sus alegres relaciones incestuosas con su hija, sobre su gruesa ironía, y claro está, de sus inquietudes revolucionarias, mucho más elementales que la de su compañero de viaje Tom Paine (Harvey Keitel)…y ahora la editorial cordobesa El Olivo Azul nos trae el regalo de Las noches revolucionarias con un prólogo de Alicia Mariño que habrá que darse el gusto de leer.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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