sábado, noviembre 22, 2008

El Citi tambalea en medio de la crisis


El fantasma de la quiebra amenaza a la emblemática entidad estadounidense, aunque en el mercado internacional descartan que se mantendrá a flote gracias a la ayuda del gobierno de George W. Bush y el recorte de gastos que ya inició.

El Citigroup busca mantenerse a flote con un cartel de venta en una mano y un salvavidas del gobierno en la otra. En los últimos cinco días su capitalización bursátil cayó 68 por ciento y acumula un derrumbe del 90 por ciento desde fines de 2006, lo que llevó a la firma a buscar medidas para reducir los gastos e incrementar sus fondos. Sin embargo, el anuncio de más de 75.000 despidos y el incremento del 5 por ciento de la participación del capital por parte del príncipe saudita Walid Bin Talal no impidieron otra ola de ventas y salida de depósitos del banco. Bajo ese panorama, la entidad estaría buscando comprador para algunos de sus negocios financieros y Goldman Sachs encabeza la lista de posibles interesados. Los analistas del sector advierten que la estructura global del Citi amerita un salvataje de la administración Bush, adicional a los 25.000 millones de dólares que ya entregó el mes pasado. Al respecto, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, afirmó ayer seguir de cerca la situación aunque prefiere no adelantar ningún movimiento. Finalmente, la Bolsa recuperó el entusiasmo con la designación del actual titular de la Reserva Federal de Nueva York, Timothy Geithner, al frente del Tesoro (ver página 19).
Castigado al igual que otros bancos de inversión por malas decisiones de endeudamiento, el Citi pasó de ostentar una capitalización bursátil de 274.000 millones de dólares a fines de 2006 a 18.000 millones al cierre de las operaciones de ayer. De esta manera, la compañía se trasladó del primero al quinto lugar entre los mayores bancos de Estados Unidos, detrás de Bancorp de Minneapolis.
El hundimiento del Citigroup se vio en los últimos meses profundizado por la fallida fusión con el Wachovia. Esa operación se realizó finalmente con el Wells Fargo; no sin antes una demanda judicial del Citi por no respetar el Wachovia la exclusividad, luego de recibir fondos de éste. La trunca operación implicó resignar 418.800 millones de dólares en depósitos que el Wachovia traspasaría al Citi.
En medio de esa situación el consejo de administración de Citi, presidido por Win Bischoff y dirigido por el consejero independiente Richard Parsons, se reunió por la mañana en Nueva York de forma extraordinaria para estudiar las opciones de la compañía. En el encuentro no se descartó la posibilidad de fusiones, vender algún área de negocio o buscar una inyección de capital adicional, según publicó The Wall Street Journal. Las autoridades no se pronunciaron públicamente al respecto y sólo insistieron en que las posiciones de capital y liquidez de la compañía son “muy fuertes”. No obstante, el presidente ejecutivo del grupo, Vikram Pandit se comunicó con sus empleados para transmitirles que no habría ninguna fusión del ala de negocios Smith Barney.
A pesar de la afirmación de Pandit, no queda claro qué decisión tomará el Citi para restaurar en el corto plazo la confianza de los inversores. Por lo pronto, en las últimas cinco sesiones perdió el 68 por ciento de su valor bursátil. En la firma apuntan a que, además de los 25.000 millones que el Tesoro inyectó el mes pasado como parte del mega-salvataje, el grupo tiene al menos 50.000 millones de capital sobre el monto requerido por los reguladores para calificarlo como “bien capitalizado”. La situación será más comprometida el próximo año, dado que para ese período se estima una pérdida operativa de 20.000 millones de dólares.
Con el objetivo de reducir el rojo del próximo ejercicio, el directorio del banco anunció que eliminará en los próximos meses 52.000 puestos de trabajo en todo el mundo, que se suman a los 23.000 empleos que ya fueron eliminados en septiembre último. Pandit detalló que recortará el 15 por ciento de la plantilla laboral de la firma en todo el mundo, y llevarla de 375.000 a 300.000 empleados en “el corto plazo”.
Los cálculos en carpeta del Citi prevén un gasto para el 2009 en torno de los 50.000 millones de dólares, contra los 62.000 millones que se utilizarán este año. El banco anunció además el rescate de cerca de 17.000 millones de dólares en inversión subprime. Esos son los únicos que aún le quedan desde que a fines del año pasado integrara parte de ellos por valor de 49.000 millones de dólares.
En definitiva, todo apunta a que la administración Bush encare una nueva inyección antes de fin de año. Fuentes del Tesoro reconocen seguir de cerca la salud del grupo, aunque Paulson prefirió no referirse a una nueva inyección de liquidez.
La realidad del Citi se convirtió así en un pesado lastre para la Bolsa neoyorquina durante los primeros negocios de la jornada. Pero la información acerca de que un hombre pro mercado, como Geithner, estará al frente del Tesoro en la administración Obama impulsó a los mercados sobre el cierre. El índice Dow Jones se catapultó el 6,6 por ciento, mientras el panel tecnológico Nasdaq recuperó 5,2 por ciento.
Los papeles corporativos también se vieron beneficiados. Las acciones de Wal Mart, la mayor cadena minorista del mundo, subieron un 4,5 por ciento, mientras las de General Motors avanzaron un 6,3 por ciento y Ford 2,9 por ciento. Estas empresas, las más castigadas en las últimas semanas, avanzaron con la expectativa de que finalmente Washington acuda al rescate del sector real.
Del otro lado del océano las operaciones se iniciaron con la advertencia del titular del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, sobre una nueva baja en la tasa de interés rectora para la región, ya que la crisis expone al mercado a “una nueva catástrofe”. Las plazas del Viejo Continente respondieron en negativo. La plaza parisina perdió 3,4 por ciento; Milán, 3,1 por ciento; Londres, 2,4 por ciento; y Estocolmo, 3,3 por ciento. En Asia la Bolsa de Tokio terminó la sesión al alza de 2,7 por ciento.

Cristian Carrillo-Página12

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