jueves, julio 10, 2008

A 31 años... sepulturas vacías...


Carlos A. Bozzi

“Si hoy pudiera preguntar o al tal vez cuestionar... la existencia de un Dios que no se atreve a caminar... Echaría bajo tierra, los recuerdos más remotos, de aquellos locos tontos que vinieron a cantar... Hoy sostengo sin temblor, de qué Dios vienen a hablar, aquellos que ya perdieron toda su dignidad.. Entre golpes y requisas se han llevado todo lo mío, entre pactos y palabras se han cagado en el amor... Y mantengo y sostengo y no dejo de preguntar, de que Dios vienen a hablar los que destruyen a la humanidad”. ( *)
Han pasado 31 años desde aquel anochecer del 6 de julio de 1977, cuando Fuerzas Militares y Policiales, dependientes del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601, con asiento en la ciudad de Mar del Plata, daban comienzo a uno de los operativos de desaparición de personas, que mayor impacto causó a la ciudadanía local, al secuestrarse en forma simultanea a cuatro abogados marplatenses.
Dos días después, otra acción de las mismas fuerzas conjuntas, detenía ilegalmente dos abogados más, llevándose también a la esposa de uno ellos, embarazada de 4 meses y medio. El 13 de julio, la cifra de secuestrados se incrementó con el apresamiento de otras cuatro personas.
Pocos en Mar del Plata estaban enterados, que un mes atrás, más precisamente el 13 de junio, la Policía Federal de Neuquén había también “detenido” al abogado Jorge Roberto Candeloro junto a su esposa, Marta Hayde García. Estos pocos, eran nada menos que un grupo de asesores civiles que colaboraban con los militares en la lucha antisubversiva, uno de los cuales, por casualidad, según los dichos de un testigo que declaró en el Juicio por la Verdad de Mar del Plata, ubicó a Candeloro en el sur del país. De allí, su apresamiento y traslado a la ciudad balnearia fue solo un trámite, que culminó con el asesinato del abogado el 28 de junio de ese año.
De las once personas secuestradas entre el 6 y el 13 de julio de 1977, solo sobrevivieron cuatro. El cadáver del Doctor Norberto Centeno fue encontrado en un camino vecinal el 11 de julio, los restantes seis cuerpos nunca fueron hallados y los restos del Doctor Candeloro, pese al comunicado de la autoridad militar sosteniendo que el abogado había sido “abatido” al intentar escapar, tampoco fueron entregados a sus familiares.
Todo este inmenso operativo fue bautizado como “La Noche de las Corbatas” y tuvo como escenario un centro clandestino de detención ubicado en la misma Base Aérea de Mar del Plata, utilizando las instalaciones de un viejo radar donde se “reunía a los secuestrados y posteriormente desaparecidos” de toda la zona.
Muchos años después, por iniciativa del Colegio de Abogados de Mar del Plata, se instituyó el día 6 de julio de cada año como “El día del Abogado, Víc tima del Terrorismo de Estado”, recordándose en dicha fecha y en todos los Colegios de Abogados del país este suceso, como así también la desaparición y asesinato de más de 100 colegas durante aquellos trágicos años.
Con el tiempo “La Noche de las Corbatas” se constituyó en un icono que simboliza el accionar de la represión estatal contra el ejercicio de la profesión, recordando año tras año, la persecución sufrida por los abogados argentinos, muchos de los cuales salvaron sus vidas después de largos cautiverios.
El nombre de “La Noche”, rememora aquel decreto dictado por Aldolf Hitler, conocido con el nombre de “Nacht und Nebel Erlass” (Decreto de Noche y Niebla) con la finalidad de secuestrar personas y no dar a conocer el paradero de las mismas a los miembros de su familia. Tal como explicara Hitler: 'La intimidación eficiente y perdurable se consigue solamente con la pena capital o con medidas por las cuales los familiares del criminal y la población no conozcan el destino del criminal”. Los propios secuestradores, muchos años después, bautizaron de esa manera a tal cruento episodio.
Han pasado ya, treinta y un años. Poco a poco se va descubriendo el velo de esa noche y despejando la niebla del olvido. Las declaraciones de muchos testigos y los dichos de algunos “arrepentidos”, van aclarando el panorama de las razones que tuvo el poder militar para hacer desaparecer a estas personas. La Justicia de Mar de Plata cuenta con infinidad de pruebas. Solo falta un importante detalle: comenzar los procesos contra los implicados.
A la falta de concreción de este, reitero, más que interesante detalle, se suma también el total desconocimiento de la ubicación de los cuerpos de los abogados asesinados y también de las personas secuestradas y desaparecidas junto a ellos.
El ocultamiento de los cuerpos, la negativa de la posibilidad de sepultura y la frustración del derecho al duelo, en un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad, aun hoy sin justificación alguna para todos los que habitan este suelo nacional.
El derecho de enterrar a los muertos es una constante desde el mismo origen del hombre y ni la muerte en la guerra era obstáculo para la devolución de los cadáveres de los parientes. Sófocles decía que: “Se trata de un principio moral reconocido desde la antigüedad, el derecho de los familiares de enterrar a sus muertos, que proviene de leyes no escritas y firmes de los dioses que no son de hoy ni de ayer sino de siempre y nadie sabe a partir de cuándo pudieron aparecer”.
Ante el silencio de los represores conviene ir rastreando archivos, declaraciones antiguas, recortes de diarios, revistas y todo otro documento público que ande suelto por ahí, pues la imposibilidad de acceso libre e irrestricto a los archivos de la Ex Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dipba), en custodia de la Cámara Federal de La Plata, hacen aún mayor dificultoso esta búsqueda.
Ya a fines de 1983 y principios de 1984 el ex cabo Raúl David Vilarino, en declaraciones a la Revista “La Semana” había deslizado que las fuerzas militares asentadas en la zona de Mar del Plata, utilizaban una vieja casona, camino a la localidad de Santa Clara del Mar, cercana a los cuarteles del Grupo de Artillería de Defensa Aérea, para torturar y asesinar personas. Las fotos de los interiores de esa vivienda aparecieron publicadas en esa oportunidad y varios ex detenidas aseguran haber sufrido cautiverio allí.
El 28 de abril de 2005, un ex agente de inteligencia que integró los grupos operativos de la zona, declaró al Diario “Clarín”, que los cuerpos de los abogados asesinados se encontraban enterrados por la zona de la localidad de Santa Clara del Mar. Incluso, dibujó un croquis publicado por el mismo matutino. Eso sí, por datos más precisos, exigió una importante suma de dinero. La misma noticia se reprodujo por el Diario “Los Andes” de Mendoza.
Ampliando esa información, al día siguiente, en el mismo periódico porteño, el corresponsal Juan Carlos Algañaraz afirma que, según dichos del declarante, este puede aportar datos sobre 17 tumbas ubicadas en la zona.
El 19 de mayo del mismo año, la agencia “Europoa Press” difundía que Oliveros había ratificado todos sus dichos ante el juez español Grande-Marlaska. Según dijo entonces, sabía de la existencia de fosas porque se lo había contado el militar Nicolás Cafarelo, que fue chófer del general retirado del Ejército argentino, Alfredo Arrillaga.
Casualmente o noel pasado año, una persona sustituyendo mi identidad, envió varios correos electrónicos a distintos medios nacionales, bajo el título: “Revelación sobre abogados desaparecidos en Mar del Plata en 1977 “ y transcribiendo párrafo por párrafo diversos artículos que anteriormente se habían publicado en la pagina web “El Ortiba”, le agregó a uno de esos artículos una significativa frase: “ Arrillaga fue el encargado de dar el tiro de gracia en la nuca a cada uno y ordenar su disposición final”.
Estos correos electrónicos-que reitero no son de mi autoríatuvieron directa relación con alguna disputa interna dentro del Circulo Militar del Ejército, involucrando a los ex militares Domínguez, Shaw, Góriz y Arrillaga. A los tres primeros no los conozco e ignoro el fondo de la cuestión.
Revisando las actuaciones del Juicio por la Verdad de Mar del Plata, un testimonio reservado da cuenta de similares detalles. Los abogados podrían haber sido enterrados clandestinamente por la zona de Santa Clara del Mar y además reafirma sospechas anteriores: uno de los responsables de “La Noche de las Corbatas” fue el ya policía fallecido, Miguel Angel Fuster.
En el mismo sentido, años atrás, Ricardo Daniel Giordano, otro ex agente de inteligencia integrante de las fuerzas represivas de Mar del Plata, compareciendo voluntariamente ante el Juez Baltazar Gastón Real, ratificaba similares sospechas. Nombraba los mismos actores, describía la misma zona: Santa Clara del Mar. La declaración efectuada el 14 de abril de 1997 fue remitida al Tribunal Oral Federal de Mar del Plata.
El 8 de noviembre del año 2000, el diario “La Nación” publica que en una causa tramitada por ante el Tribunal Oral Federal N° 6 de la Capital Federal contra otro ex agente de inteligencia, el chileno Enrique Lautaro Arancibia Clavel, se habían difundidos informes de la Inteligencia del Ejercito Argentino, con importantes datos sobre la década del 70. Remitidos esos informes al Tribunal Federal de Mar del Plata, en una de sus páginas se dice:
“Punto 18: En agosto de 1977 fueron apareciendo en la ciudad de Mar del Plata, los cadáveres de 5 o 6 abogados izquierdistas. Operó Coronel Camps, Jefe de Policía. Pcia. Bs. As”. (Informe obrante en la causa “Colegio de Abogados de Mar del Plata y otros s/Desaparición Forzada de Personas”, expediente 890, Fojas 670).
Compulsados los diarios de esa época, no se han encontrado noticias sobre este hecho, lo que no implica mucho. La noticia pudo haberse ocultado o no haberse publicado, pero varios archivos secretos de la embajada de Estados Unidos en Argentina, confirman el hallazgo de 16 cuerpos en los costas cercanas a Mar del Plata a partir de junio de 1977.... Las cifras y las fechas son por demás elocuentes....
Ignoro el valor probatorio de estos archivos. Lo que sí puedo afirmar con orgullo que en el “ Memorandum N° 202-X” de fecha 28 de julio de 1978 entre las publicaciones que se envía a la Dirección de Inteligencia del Ejército Argentino para su evaluación, se menciona el Número 18 de la revista “PLANTEO” de la cual, fui director y editor. Era una publicación local, que en ese entonces tiraba unos mil ejemplares y el número “analizado” se había publicado en junio de 1974, cuyo tema central había sido “el final de la píldora anticonceptiva”, lo que indica que estos “informes secretos”, algún sentido revisten.
Siguiendo con lo anterior, la figura de Camps ha sido muy poco mencionada por estos sucesos, aunque se debe prestar mayor atención a la misma. Hay un hecho importante: el 19 de julio de 1977, pocas horas antes, de que el Ejército simulara un enfrentamiento armado con el propósito de “liberarme” de los subversivos que me tenían secuestrado, “enfrentamiento” en el cual masacraron a tres personas, dos de las cuales se transportaron desde la ciudad de La Plata, el ex coronel ya estaba instalado en la ciudad con toda su plana mayor... ¿Observando o fiscalizando el operativo?. Este dato, coincide con otro archivo de la misma embajada norteamericana, en el cual le atribuye la autoría de los secuestros de los abogados por orden del Comandante del Primer Cuerpo de Ejército.
Los cuerpos de las personas asesinadas en “La Noche de las Corbatas “ no aparecen. Los indicios apuntan a zonas cercanas a Mar del Plata, donde -no es un dato menor- en 1975 los escuadrones de la “Triple A” pretendieron ocultar mediante un enterramiento clandestino el cuerpo de María del Carmen Maggi, que por casualidad, fue descubierto en marzo de 1976 en la zona de la localidad de Mar Chiquita, aledaña a la de Santa Clara del Mar.
En el Cementerio Parque de Mar del Plata muchas sepulturas esperan se identifiquen los restos de sus ocupantes. Los rótulos que las señalan dicen “NN”, o sea NINGUN NOMBRE, pero muchas personas tienen la certeza que en alguna de ellas, se encuentra SU SER QUERIDO. Así lo demuestran esos solitarios “tachitos repleto de flores” que cotidianamente suelen aparecen frente a estas tumbas, ramitos de flores colocados por seres tan anónimos como sus ocupantes... ¿O no tan anónimos?.
Las sepulturas de los abogados asesinados no solo están vacías, ni siquiera aún existen. A 31 años de estos hechos, no solo las sepultaras están vacías, sino también los responsables están sin proceso. Sin proceso no hay condena o absolución. Y sin proceso... ¿Será Justicia?...

* “El Grito”. Del Libro: ”Los sueños no se inflaman”, Suyai Malen García Gualda-2004. Eco Ediciones. Cooperativa de Trabajo Red Eco Ltda.

Carlos A. Bozzi es sobreviviente de La Noche de las Corbatas.

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