viernes, mayo 23, 2008

Entrevista a Álvaro Alfonso, autor del libro “Secretos del Partido Comunista Uruguayo”


PERIODISTA ÁLVARO ALFONSO DEVELA VARIOS SECRETOS DEL PARTIDO COMUNISTA URUGUAYO MUCHAS VECES HASTA AHORA MENCIONADOS PERO POR PRIMERA VEZ TRATADOS EN BASE A UNA PROFUSA Y EXTENSA ARGUMENTACIÓN

“ese fue un secreto que se mantuvo durante mucho tiempo de parte del PCU, pese a que conocían los nombres, los propios dirigentes del PCU conocían los nombres de quienes habían hablado, de quienes habían colaborado, de quienes habían delatado, de quienes habían entregado las cosas y sin embargo nunca lo dieron a conocer en el ámbito de la opinión pública, lo que también confundió con el tema de Rodney Arismendi. Aquello de la entrega del fichero, que siempre estaba eso en el tapete o por lo menos entre bambalinas diciendo: “entregó esto, entregó aquello”. Y bueno, ahí en el libro hay una serie de documentos que prueban que Arismendi no entregó el fichero, porque el fichero gordo, grande, fue entregado un año después de que Arismendi se había ido del Uruguay”

Chury: Como en otras oportunidades anteriores, cuando otros libros aparecían publicados como “Presos a la uruguaya”, “Jugando a las escondidas”, “Buscando a los desaparecidos” con la autoría de Álvaro Alfonso, siempre nos encontramos con Álvaro aquí y creo que siempre nos encontramos a las 9:00 de la mañana.
En este caso en particular Álvaro Alfonso nos presenta “Secretos del PCU”, secretos del Partido Comunista Uruguayo.
Yo en primer término le debo dar la bienvenida al periodista, que nunca ha dejado de ejercerlo como tal y está implícito aÚn en los libros, y al escritor. Así que Álvaro bienvenido al programa. ¿Cómo te va?
Álvaro: Muy bien. Gracias por la invitación.
Chury: Un gusto de que estés por aquí.
Bien, yo inclusive me fabriqué un ayuda memoria porque este libro obliga a ser preciso por la velocidad con que se desarrolla el libro. Yo no sé si está bien el término en materia literaria, pero que es un libro veloz.
Por muchas veces haber recibido y leído en el tiempo que nosotros estábamos con Germán, la “Carta Semanal” del Partido, yo quería arrancar con esto porque tu libro comienza con un dato que de alguna manera es impactante. La afirmación de que la publicación del PCU, “Carta Semanal” que circulaba internamente dentro del Uruguay y también se enviaba al exterior, estaba digitada por las Fuerzas Armadas (FF.AA.).
Todo un impacto sin duda alguna. Explicanos algo de eso...
Álvaro: Sí. No estaba digitada sino que se imprimía. Digamos, los artículos que eran escritos que aparecían en Carta sí eran escritos por dirigentes del Partido Comunista que estaban en la clandestinidad. Pero quien reunía los artículos era un oficial de las FF.AA. que estaba infiltrado en la red del Partido. Y claro, cuando Rodríguez escribía y Fernández escribía, no sabían que ellos escribían, pero él era el que reunía los artículos y los conocía a los dos.
Bueno, después de reunir el material lo llevaba y era impreso por el ejército. Después era repartido también y los receptores de Carta tampoco estaban involucrados en el tema, tampoco sabían. Este hombre estaba en el medio de todo.
Chury: Y seguramente Carta llegaba a lugares que podían estar digitados de alguna manera...
Álvaro: Sí, bueno, claro. Además conocían todos los nombres de los receptores de Carta y bueno, esa era una forma de controlar al Partido Comunista en la clandestinidad en aquel momento, estamos hablando del año 81.
Mucha gente se pregunta porqué los golpes al Partido Comunista en diversas etapas de la dictadura. Recordemos que el último grande fue en el año 1983, contra miembros de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) y bueno, un poco todo esto explica esa situación.
Chury: Vos sabés que yo encuentro que tampoco escapó a la infiltración de los servicios militares en la propia sede del Partido en la calle Sierra, después de la salida de la dictadura..
Álvaro: Continuamente la obsesión de los militares era el PCU, mucho más allá que lo que fue el MLN. Pasó aquella etapa del año 72 – 73 y más allá de los controles, la obsesión, la idea, el enemigo –porque esa es la palabra que utilizan- es el PCU y por lo tanto continúa esa infiltración. Hay documentos en el libro que prueban cómo fue eso.
Chury: Durante la guerra entre el MLN y las FF.AA., los medios de prensa difundieron con mucha amplitud las traiciones de dos integrantes de Tupamaros, Amodio Pérez y Mario Piriz Budes. Pero nunca se conocieron los traidores del PCU. Hasta hoy, la impresión que ha quedado en la sociedad uruguaya y a nivel regional, es que el PCU no tuvo en sus filas infiltrados, colaboradores o traidores. Sin embargo, aquí en el libro hay cosas diferentes.
Álvaro: Sí, allí aparecen todos los nombres de los traidores, de los que colaboraron, de los que hablaron.
Y bueno, ese fue un secreto que se mantuvo durante mucho tiempo de parte del PCU, pese a que conocían los nombres, los propios dirigentes del PCU conocían los nombres de quienes habían hablado, de quienes habían colaborado, de quienes habían delatado, de quienes habían entregado las cosas y sin embargo nunca lo dieron a conocer en el ámbito de la opinión pública, lo que también confundió con el tema de Rodney Arismendi. Aquello de la entrega del fichero, que siempre estaba eso en el tapete o por lo menos entre bambalinas diciendo: “entregó esto, entregó aquello”. Y bueno, ahí en el libro hay una serie de documentos que prueban que Arismendi no entregó el fichero, porque el fichero gordo, grande, fue entregado un año después de que Arismendi se había ido del Uruguay.
Y bueno, está hasta el nombre de quién lo entregó y cómo fue.
Lo que sí que cuando fue detenido Arismendi en mayo de 1974, en el mismo apartamento de la calle Barreiro, había una parte de un microfilm con ese fichero con algunas letras. Eso sí fue así, pero bueno, no estaba esperando allí en...
Chury: Eso cayó en el operativo...
Álvaro: Claro.
Chury: Tú haces una investigación siempre a dos puntas, una es en las propias FF.AA. y por el otro lado en las propias fuentes de los sectores. Aquí hay muchas citas sobre las FF.AA.
¿Las FF.AA. tienen u otorgan mayor información respecto al Partido que al MLN por ejemplo? ¿Es más fácil? Para ellos, ¿el MLN tenía una especie de duende menos perseguible?
Alvaro: Sí...
Chury: ¿Eso se da?
Álvaro: Sí, sí, sí...
Chury: ¿Están más prestos a prestar información respecto a lo que pasó en el Partido?
Álvaro: No, porque muy pocos se especializaron en el PCU, muy pocos sabían lo del PCU, no todos.
En realidad no podían creer cuando empezaron a trabajar con el PCU, que tuviera aparato armado y toda la logística. No lo creían.
Chury: ¿No lo creían?
Álvaro: Claro. Ahí está el relato en el libro cuando aparece Queirolo y dice: “Pará, ¿qué estás diciendo?”, se reían de lo que estaba diciendo porque en realidad no creían.
Lo que pasa es que el Partido es algo muy completo digamos y había que especializarse en el tema. Incluso para hacer este libro también, hubo que leer mucha cosa, no es un tema fácil.
Y bueno, por eso al principio hay un testimonio de un militar que dice por qué era más fácil relacionarse con el MLN que con el PCU, eso lo pone claramente: Porque eran más nacionalistas y los otros no, pero apunta un poco a eso.
Pero, en realidad los militares que trabajaron contra el PCU, se especializaron y hasta utilizaban los mismos términos, el mismo vocabulario, que los comunistas.
Chury: Claro, allí existía el verdadero enfrentamiento ideológico.
Álvaro: Claro, sí, sí.
Chury: No existía con el MLN pero existía con el PCU.
Álvaro: Sí. Incluso se hacían bromas: “ahí viene Arismendi” o “ahí viene Valenti”, cuando entraban en alguna reunión porque sabían quién estaba trabajando contra el Partido y le decían eso, identificando a ese militar con algún dirigente del Partido.
Esto, medio en broma pero medio en serio también, porque era el especializado y era el que sabía del tema.
Chury: Muy pocos presos o detenidos políticos lograron fugarse de los cuarteles, estaciones de policía o campos de concentración.
¿Cuál es la historia verdadera de estas fugas de algunos militantes del PCU?
Álvaro: Bueno, están ahí en la nebulosa. Incluso hay dirigentes del PCU de hoy que creen que esas fugas no fueron fugas sino que fueron arreglos. Muchos lo dicen.
Chury: Gente que de repente uno conoce.
Álvaro: Claro, sí.
Chury: Bueno, y el famoso caso de la liberación del secretario general del PCU, Rodney Arismendi, el supuesto canje, por presiones internacionales o lo que fuese. ¿Hubo un acuerdo secreto para dejarlo en libertad, mientras miles de comunistas permanecían detenidos por varios años?
Aparte está lo del fichero. ¿Hubo en realidad un fichero donde estaban los nombres y direcciones del Partido? ¿Este fichero fue entregado a los servicios de inteligencia? ¿Quién fue la persona que lo entregó?
Te planteo todo esto porque seguramente son preguntas que los uruguayos se hacen todavía y que aquí están esclarecidas pero me gustaría que vos hicieras un adelanto.
Álvaro: Sí, digamos que esto tiene una larga explicación.
Para los soviéticos Arismendi era una persona clave, era clave. Me animaría a decir que en algunos casos no sé si no era más clave que Fidel Castro. Porque Fidel Castro muchas veces ante las intenciones del Partido Comunista de la Unión Soviética y la dirección que intentaban imprimir para América, muchas veces Fidel la tiraba a la papelera y no le hacía caso.
Y Arismendi era una persona fiel, lo más fiel al Partido Comunista de la Unión Soviética. No había diferencia con relación a otros Partidos Comunistas en el mundo.
Y para ellos era clave llevárselo del Uruguay de cualquier forma.
En la negociación intervino Demidov, el embajador soviético en nuestro país, en aquel momento, ya estamos hablando en plena dictadura, era 1974.
Demidov les dijo una cosa a los militares y le dijo otra cosa al PCU, porque la intención de él era llevarse a Arismendi y no importaba nada. En los hechos les mintió a los dos. Dijo una cosa a cada lado y no cumplió ninguna de las dos cosas.
¿Qué pasaba? En las FF.AA. había dos líneas, una para dejarlo ir, expulsarlo del país, porque en aquel momento habían procedimientos por los cuales se podía expulsar. Y la otra era no dejarlo ir.
Pero finalmente luego de toda esta negociación, triunfó la tesis de dejarlo ir, expulsarlo del país y la Unión Soviética le iba a dar asilo.
A los militares, el embajador soviético les prometió que Arismendi no los iba a atacar, que les iban a comprar cien mil toneladas de carne, que les iba a dar información.
Y al PCU le decía que la única condición era si la Unión Soviética le daba asilo o no.
Chury: ¿Y alguna de las promesas se cumplió o no? Porque tengo entendido que Arismendi trabajó fuertemente cuando se exilió.
Álvaro: Claro, por eso, cuando llegó empezó a atacar al régimen inmediatamente.
Incluso hay cables de quien era el embajador en aquel momento en Moscú que explica toda la situación. Cómo eran las elaciones de la dictadura con el Partido Comunista Soviético en el año ‘74 durante la prisión de Arismendi. Porque no solo era la prisión de Arismendi sino que estaba ilegalizada la CNT y también el PCU. Eran tres cosas.
Y bueno, están todos los documentos allí donde va contando cada poco tiempo como eran las relaciones y se da todo ese episodio.
Pero algunos dirigentes del PCU dicen que Arismendi no entregó el fichero sino que entregó al Partido. ¿Por qué digo esto? Porque cuando llega él a la Unión Soviética, él mismo desbarata esa compra de carne. Y la compra de carne estuvo en el tapete porque sino no se puede explicar -está el documento también- que en julio del año 1975 la dictadura uruguaya a través de los canales diplomáticos, a través del embajador, se queja ante un importante funcionario del gobierno de la Unión Soviética de por qué no le compraron carne.
Chury: No me compraste la carne.
Álvaro: Claro.
Y el embajador no le podía decir: “porque mirá que se arregló con Arismendi” porque no tenía la facultad para decirle que el fondo del asunto era ese.
Ahí está la prueba evidente, porque nadie se va a quejar de que no le compran algo si no le hubieran dicho que le iban a comprar algo.
Chury: ¿Así que lo de la carne tampoco caminó?
Álvaro: No, tampoco caminó.
Incluso Arismendi cuando llega pone el grito en el cielo por esto y ahí el sector que había quedado en minoría, que no quería dejarlo ir, pasa a ser mayoría, y ahí se desata la opresión y la represión contra el PCU.
Por eso algunos dirigentes del Partido y algunos que no están hoy directamente, dicen que Arismendi no entregó el fichero pero sí al Partido porque no les dio tiempo para armar toda una estrategia para estar en la clandestinidad. Porque el Partido era imposible que estuviera en la clandestinidad si tenía cien mil afiliados.
A los militares les bastaba agarrar “El Popular” de los años ’69, ’70,’ 71. ’72 y ‘73 y sabían quienes eran cada uno. Era imposible estar en la clandestinidad.
Después con León Lev, cuando queda como secretario general hasta su caída en el año ’79, logra armar una estrategia para circular –digamos- en la clandestinidad de parte del PCU. Pero en ese momento, en el ‘75 no hubo tiempo y fue cuando se desató la mayor represión a través de la llamada “Operación Morgan”.
Chury: Pasaríamos al capítulo que tiene que ver con los periplos de los refugiados y exiliados en México, tema que también es tratado en el libro. ¿Cuáles son las aristas más salientes del capítulo México?
Álvaro: Sí, ahí está como fue la situación acá en la Embajada, en la residencia del embajador (Vicente) Muñiz. Mucha gente no se explica cómo era que un pegatinero iba preso y estuvo hasta ocho años en la cárcel sufriendo vejámenes, y algún dirigente importante no.
Eso es una cosa que no se puede entender.
Y tampoco se puede entender cómo era que se decía que no había que irse y muchos de los principales dirigentes se estaban exiliando en la embajada de México. Son cosas que no tienen explicación.
Bueno, allí está el relato un poco de cómo fue la convivencia y ese discurso que se practicaba afuera, que en los hechos adentro no se hacía.
Allí está el relato de cómo dormían y de quién tenía una habitación y quién no. No eran todos iguales adentro. Hay relatos hasta de cómo comían allí y de cómo fue la salida de Uruguay y la llegada a México.
Queda clara la diferencia entre la actitud del embajador uruguayo en Moscú, Posadas Montero, y los diplomáticos que estaban en México que hicieron una defensa a ultranza de la dictadura. En cambio Posadas Montero todo lo contrario, se comportó como un funcionario diplomático como debe ser, por el camino del medio, informando lo que debía informar y no informando lo que no debía.
Chury: Así que México fue duro en ese aspecto.
Álvaro: Claro, sí. Pese a que incluso la información que hay en la Cancillería es muy poca, se pensaba que México tenía que tener importantes...
Chury: El capítulo México está muy poco tratado.
Álvaro: No hay nada prácticamente. Porque se pensaba, en la propia Cancillería pensaban que iba a haber mucha documentación -no olvidemos que hubo miles de exiliados, la mayoría del Partido Comunista, en México- y sin embargo hay muy pocos papeles. Se espera que en un futuro aparezcan más pero muy poquitos.
Chury: Sí, sí, que se desclasifiquen y aparezcan esos papeles.
Álvaro: Claro, pero lo que está acá en estos momentos en la Cancillería es lo que se envió de la embajada de México que era muy poco.
Chury: En el libro tocás un tema poco divulgado. ¿Qué fue la cuarta dirección del Partido? ¿Quiénes la integraban?
Álvaro: Tenemos que decir también que el PCU había infiltrado a las FF.AA., era recíproco. Y la cuarta dirección era la infiltración a las FF.AA.
Se hacía a través de una serie de médicos, algunos de ellos muy conocidos que hacían enlace con oficiales de las FF.AA. y también en forma compartimentada, no se conocía. Fue lo único que los militares no pudieron agarrar.
Incluso el jefe de la cuarta dirección, (Guillermo) Bodner, se exilió. Hay todo un relato ahí relacionado con su hija, que prácticamente no podía salir de su casa durante más de dos meses mientras sus padres estaban en la embajada de México.
Chury: Ahí se ganó por presión.
Álvaro: Ahí está. Y bueno, se consiguió que la hija que era muy pequeña fuera llevada a la embajada para irse al exilio.
Pero incluso los médicos que trabajaban en la cuarta dirección con Bodner, que hacían el enlace con los militares, algunos de ellos permanecieron en el Uruguay pero no fueron detenidos. Una cosa extraña, porque no estaban relacionados tal vez directamente con el aparato armado. Lo que cayó fue lo del aparato armado y no esto.
Agarraron algo de la cuarta dirección pero muy poco, diría que casi nada.
También había otra parte, del aparato de información, que hacía enlaces con el personal subalterno de las FF.AA. y también allí el PCU actuaba. Es decir que era a nivel de oficiales –cuarta dirección- y a nivel de personal subalterno –aparato de información-.
Chury: Pasemos al capítulo del aparato armado del Partido, las armas, su capacidad de fuego, cómo surgieron, quiénes lo dirigían y para qué lo querían. Tema del cual se sabe poco.
Álvaro: Sí. Y que hay muchos que lo niegan.
Chury: Pero hay otros que dicen que había tres mil fusiles.
Pero de todas maneras eso pasó como una simple mención en lo que fue la historia del Partido porque no se disparó un tiro...
Álvaro: Sí. Bueno, hay documentos en el libro que prueban que ya en el año 1967 –seis años antes del golpe de Estado- a través de una empresa que se llamaba Eximpla, que era del Partido, recaudaba dinero para el PCU, compraron armas en el exterior, están allí los documentos.
Bueno, el aparato armado comenzó en 1964 en una reunión en la que participó Rodney Arismendi con algunos militares que le daban nociones de Estado Mayor a distintos dirigentes del PCU.
El aparato armado era muy poderoso, había muchas armas, incluso hasta para combatir cuerpo a cuerpo, con el armamento que en ese momento tenían las FF.AA.
Pero lo cierto es que esas armas nunca salieron.
Incluso cuando son masacrados los ocho comunistas en la “Seccional 20” muchos dijeron: “Bueno, acá sacamos los fierros...”; porque la intención fue esa. El ataque a la “Seccional 20” fue una provocación, en conocimiento de que el PCU tenía ese aparato armado, para que ese aparato armado saliera a la calle.
Sin embargo, por orden de Rodney Arismendi, ese aparato armado no salió. Porque hablaba que la revolución tenía que ser por el pueblo y no para el pueblo, de una manera diferente a lo que lo hacía el MLN. Y ahí está una de las diferencias sustanciales entre uno y otro.
Pero sí, el aparato armado existió.
Esas armas que siempre mostraron los militares eran del PCU. En el propio libro hay testimonios de quienes estaban en el aparato armado que lo dicen en forma afirmativa.
Bueno, cómo se entrenaban, a dónde fueron a entrenarse. Si bien los militares y policías eran entrenados en EE.UU., también debemos decir que miembros del PCU y del MLN fueron entrenados en la Unión Soviética y en Cuba. Es decir que la Guerra Fría estaba instalada acá como en todo el mundo.
Chury: Si, estaba reflejada acá.
Álvaro: Incluso, de paso comentó que allí está cómo se preparó para reprimir al PCU ya desde la democracia. La actitud que tuvo la CIA en eso, el papel que jugó para preparar a la policía. No debemos olvidar que habían funcionarios estadounidenses que tenían oficinas en la propia Jefatura.
También hay un organigrama que mandó hacer Rodney Arismendi que fue entregado al SID (Servicio de Información y Defensa) al coronel Trabal, con las organizaciones de extrema derecha y de derecha, consideradas fascistas en aquel momento por el PCU, y las ramificaciones que tenían con distintas embajadas y hasta con algunos medios de comunicación.
Bueno, ahí está el organigrama dibujado que fue reconstruido y ahí hay algunos nombres que pueden sorprender. Por ejemplo, mucha gente habrá visto al arrocero (Hugo) Manini subiéndose a los estrados con el Frente Amplio en el año 2004 cuando en realidad en el año 71 era el principal dirigente de la JUP.
Chury: ¡Cómo no recordarlo!
Álvaro: Bueno, allí hay también documentos y testimonios respecto a este tema.
Chury: Pasamos a otro de los temas. Se dijo que el Partido apoyó los comunicados 4 y 7 de las FF.AA. ¿El PCU lo acepta realmente en algún momento?
Álvaro: Bueno, lo admite.
Chury: Lo admiten como una parte de su estrategia.
Álvaro: Claro, pero digamos que este “lastre” que arrastra el PCU y que todo el mundo le cobra, no fue solo el PCU.
Porque el Partido Socialista también, el Gral. Seregni también es muy ambiguo. Hay allí un documento que nosotros encontramos donde no hay una crítica, un plantarse frente a los sucesos de febrero, por ejemplo.
Chury: No hay juicios de valor.
Álvaro: Claro. No me refiero al golpe de Estado, me refiero a los sucesos de febrero que fue el comienzo del golpe de Estado.
Como también Zelmar Michelini, hay un artículo que sale publicado en “Marcha”, que “Marcha” dice: “no estamos de acuerdo con lo que escribe el compañero pero lo publicamos...” Y en ese artículo Michelini critica ácidamente a Juan María Bordaberry, pero no se planta contra los militares.
Chury: ¿Ni contra los comunicados?
Álvaro: Contra los comunicados no, porque esto fue escrito dos días antes de los comunicados. Pero no se planta contra el avance militar que ya todos conocían. Y máxime alguien que era Senador, tenía que conocerlo.
Es decir que este “lastre” que arrastra el PCU no es propio de él sino que también un poco estuvo la izquierda en todo esto.
Incluso hay un testimonio del Gral. (Líber) Seregni al respecto, que muestra claramente cómo fueron estos episodios.
Pero después, claro, en dictadura el propio Arismendi cuando llega a la Unión Soviética y después va a Cuba, todavía insistía con que había militares reaccionarios y progresistas porque pensaban que Trabal podía convencer a Gregorio Álvarez de hacer algo parecido a lo que se hizo en Perú -el peruanismo era muy fuerte todavía en aquella época- e incluso algo parecido al golpe de Estado en Portugal, es decir, que un sector de las FF.AA. se levanta con el apoyo del pueblo.
Esa era la intención siempre del PCU, es decir que en este caso Gregorio Álvarez liderara un levantamiento de un sector militar con el pueblo.
Chury: De acuerdo a las investigaciones que has hecho, durante todo el transcurso de ese triste episodio que vivió el país, ¿el Goyo Álvarez fue una especie de pieza de ajedrez para el Partido para utilizarla o creyendo que el Goyo podría llegar a determinadas cosas?
Álvaro: Claro. Porque hasta en el año 1981 -Álvarez asume como presidente en setiembre del ’81- hay un plenario en México y el Secretario de Organización del PCU, señala que había una esperanza porque Álvarez había asumido como presidente.
Chury: ¿Te acordás quién estaba como secretario en México en ese momento?
Álvaro: De León.
Y digamos que esa no era la opinión de él, era la opinión de la dirección en el exilio. Siempre se miró que un militar podía ser el que llevara adelante.
Chury: ¿La salida?
Álvaro: Claro, porque la dictadura uruguaya fue la más rara, no creo que haya otra igual.
Empieza con un civil, sigue con otro civil, hay un tercer civil y después, cuando viene un militar es cuando se entrega el poder, pese a que él no lo entregó porque se fue 16 días antes.
Fue una cosa insólita.
Chury: Hay un capítulo que a mí me interesó mucho que es la publicación de “9 de Febrero”, que aparece como una idea financiada y difundida dentro de los cuarteles, por el PCU.
¿Qué explicaciones tuvo que el objetivo a apoyar fuera el Goyo Álvarez?
Álvaro: Bueno, “9 de Febrero” fue una publicación que fue financiada por el PCU. El periodista era Luis Michelini quien dirigía esa publicación; los editoriales eran escritos por dirigentes del PCU, Jaime Pérez era el principal, lo mandaban por correo.
Digamos que era una fachada nacionalista, en algunos editoriales le daban duro al MLN.
Chury: Para refrescar la memoria de la gente, ¿“9 de Febrero” dejó de salir en qué año?
Álvaro: A principios del ‘74. Estuvo saliendo en el ‘73 y ’74, hasta que los militares se dieron cuenta que era algo del PCU y no era algo nacionalista como se presentaba y se da un hecho insólito que está relatado en el libro. En algún momento con información que se ve fue una cáscara de banana que le tiraron al Partido, algún oficial que sabían que podía estar cerca del PCU, le hablaron de un golpe de Estado que podía dar (el general Esteban) Cristi en plena dictadura, un golpe de Estado interno.
Bueno, el periodista Michelini concreta una entrevista con Gregorio Álvarez y bueno, por dirección del PCU le hace una serie de preguntas. La primera fue si sabía que Cristi iba a dar un golpe de Estado. Y Álvarez -siempre que alguien le da una información quiere saber de dónde la sacó.
Entonces, Álvarez le pregunta quién le dijo.
–No, me dijeron.
Insistió con quién le dijo y el periodista le vuelve a responder “me dijeron” y llamó por teléfono a Cristi. Le dice:
-Che, Cristi, acá tengo a uno que me dice que vas a dar un golpe de Estado.
Hubo una breve respuesta de Cristi y de este otro lado se escuchó a Álvarez:
-Bueno, ya te lo mando.
Inmediatamente lo detuvieron, lo ataron con alambre y lo mandaron para la División de Ejército que comandaba Cristi y adiós “9 de Febrero”.
Chury: Al fin la historia de Seregni tampoco es la que se conoce por parte de los frenteamplistas, según tu libro.
Se puede afirmar que se alejó del ejército no por discrepancias con la represión durante el “pachecato”, sino que habría sido diferencias dentro de la Masonería.
Álvaro: Claro, porque está el documento de la renuncia de Seregni. Y no está allí pero tiene el sello notarial, está la firma de Seregni. Incluso la esposa de Seregni reconoció que fue así como está en el libro.
Pero no fue por lo que se dijo siempre de que tenía discrepancias con la represión que llevaba adelante Jorge Pacheco Areco o la política represiva que llevaba hacia los sectores de izquierda Jorge Pacheco Areco.
Tan es así que después en el año 1971, después de las elecciones, el propio Arismendi le dice a Seregni que empiece a recorrer los sindicatos porque era un lugar donde no era conocido.
Y los tupamaros le endilgan al PCU que la creación de la candidatura para el FA de Seregni, fue obra del PCU pensando que si era un militar los otros no podían dar un golpe de Estado.
Además era un militar muy inteligente, táctico, con ascendencia.
Bueno, vimos lo que fue después.
Chury: Sí.
Álvaro: Se pensaba que si era un militar, cómo se iba a dar un golpe contra un militar. Y que incluso si había algún intento Seregni lo podía controlar.
Chury: Llegamos a un punto realmente interesante que es la Convergencia Democrática.
Álvaro: Sí, que tantos dolores de cabeza le trajo a mucha gente.
Chury: Yo fui protagonista de una llamada, por eso la recuerdo tanto. Estando con Germán Araújo en su radio tuve que avisar a un alto dirigente del Partido Nacional en Buenos Aires la decisión que había tomado Seregni con respecto a la Convergencia.
¿La Convergencia fue un engendro del PCU? Seregni parecía no estar de acuerdo con eso.
Álvaro: No estaba de acuerdo.
Chury: ¿Acaso la Convergencia pretendía suplantar al Frente Amplio?
Álvaro: Y un poco capaz que sí. Yo creo que acá Rodney Arismendi y Wilson Ferreira Aldunate se utilizaban mutuamente. Porque la intención era juntarse, el objetivo era terminar con la dictadura.
Pero claro, a medida que se acercaba ese objetivo también jugaban los vaivenes políticos. Y bueno, un poco la intención de Ferreira era pasarle el trapo al Frente Amplio y del otro lado todo lo contrario. Por eso las quejas de Seregni, sus cartas y sus críticas; sus duras críticas -algunas están publicadas en el libro- y las respuestas de Rodney Arismendi.
Está planteado también el tema del Voto en Blanco que incluso el Partido Comunista había coordinado ya la votación a los sectores llamados progresistas de los partidos tradicionales, en este caso claramente era el voto por ACF (Adelante Con Fe) el grupo de Ferreira Aldunate de “Por la Patria” y también por el Movimiento de Rocha, o el de Manuel Flores Silva en aquel momento Corriente Batllista Independiente (CBI).
Unos días antes hay un cambio de la dirección del PCU en el exilio diciendo que había que votar en blanco. Y bueno, algunos fueron sorprendidos porque ya tenían decidido votar a ACF o a la CBI pero en realidad hubo un cambio también, estaba escrito eso, había una declaración de Convergencia, la declaración había sido conocida públicamente y se armó todo un lío ahí.
Chury: ¿Qué hay de eso que los blancos decían que esto “descomunizó el exilio”?
Álvaro: Eso lo dijo Juan Raúl Ferreira porque al estar en Convergencia Democrática, el Partido Nacional no podía llegar a los lugares a los que llegaba el PCU y no podía hacer los movimientos tácticos que hacía el Partido. El PCU levantaba el dedo y reunía a quien quería en cualquier lugar del mundo, con apoyo de mucha gente y precisamente no eran uruguayos. En cambio el Partido Nacional eso no lo podía hacer de ninguna manera.
Bueno, en el tema de Convergencia ahora eran todos iguales.
Entonces cuando los dirigentes del PCU venían a hablar decían:
-Bueno, no, ahora somos convergencia, tenemos que estar todos juntos.
Y ahí era el protagonismo, porque en el exilio ¿para quién le hablaba Wilson Ferreira Aldunate en la mayoría de los casos en muchos de los actos? Era para la gente del FA, claramente, que eran los que estaban exiliados.
Chury: ¿Los Servicios influyeron también en la interna de los comunistas durante su división interna?
Álvaro: Sí.
Chury: ¿Y esto a quién favoreció y a quién perjudicó?
Álvaro: En este caso favoreció claramente a Marina Arismendi porque de esos movimientos que se hicieron obtuvo la Secretaría Departamental de Montevideo y luego la Secretaría General del Partido, que en aquel momento disputaba con Esteban Valenti.
Chury: Esteban Valenti estaba un poco quemado por Socingo también, por lo de los diamantes.
Álvaro: También, claro. Y por la relación que tenía con Arismendi. Allí también hay un relato de una reunión del Comité Central del PCU en Moscú donde Arismendi le dice: Esteban, tú nunca vas a poder ser el Secretario General del Partido.
Ese tema de Socingo, ese tema de Angola, que siempre se dijo...
Chury: Tema de Angola que subsiste hasta hoy...
Álvaro: Sí, claro. No tiene nada que ver con los diamantes, allí van a encontrar alguna sorpresa. Pero sí la empresa existió y hasta el propio Valenti –está su testimonio en el libro- admite que él estaba en esa empresa.
Chury: Bien, como cosa final uno dice que queda la impresión final de que los servicios de inteligencia infiltraron al Partido y viceversa, antes y durante la dictadura. Una versión que indudablemente surge de la interpretación de documentos –no de todos por supuesto- que existirán y seguirán siendo secretos. Cada cual sacará sus propias conclusiones que cualesquiera que sean no deberán servir para otra cosa que como experiencia para corregir errores e interpretar una etapa de la historia del movimiento uruguayo.
Seguramente muchos militantes del PCU discreparán con el contenido del libro, lo que no evita pensar que cuando alguien no llena, como corresponde, el espacio que la historia requiere alguien terminará buscando –como en este caso- desde el punto de vista del periodismo explicaciones de lo que sucedió en la historia.
Álvaro: Claro. Además hablando con muchos dirigentes comunistas y ex dirigentes comunistas, ellos querían saber también muchas cosas. Se hacían las mismas preguntas que tratamos de contestar en el libro. Por ejemplo, el tema del fichero todavía estaba en la nebulosa.
Chury: Creo que a partir del libro hasta puede surgir una visión un poco distinta de todo esto.
¿En qué estás ahora en materia de libro?
Álvaro: Tengo casi pronto un libro sobre los civiles de la dictadura.
Chury: ¿¡Eran muchos?! (risas)
Álvaro: Sí, eran muchos.
Hay muchas sorpresas de gente que ha sido hasta homenajeada en el Parlamento por el FA.
Tengo que hacer una valoración muy fuerte porque yo creo que si escribo ese libro hasta me voy a tener que ir del país. Es muy difícil porque cuando uno tiene el poder se le arrima todo el mundo y manda cartas y todo el mundo hace esas cosas. Le va a pasar dentro de unos cuantos años al Dr. Tabaré Vázquez, les pasó a Sanguinetti, a Batlle, a Lacalle y también le pasó a Gregorio Álvarez, no menos que a los demás. Le diría que más que a los demás, porque el resto era democracia y acá estamos hablando de lo que pasó en dictadura.
Yo visto he visto alguna foto con dedicatoria de gente que ha sido homenajeada por el FA que, la verdad, quedé descolocado.
Chury: Bueno, les cuento a los oyentes que la radio va a vender este libro de Álvaro Alfonso, de la misma manera que hemos estado dándoles la oportunidad de que vengan a comprar los demás libros que hemos mencionado al principio de la entrevista.
Te agradecemos Álvaro la visita, que pases muy bien. La próxima es la de los civiles en la dictadura.
Álvaro: Sí, vamos a ver.
Chury: Esa es la que se viene, está anunciada.
Gracias Álvaro.
Álvaro: Gracias a ustedes.

1 comentario:

OREJANO ORIENTAL dijo...

En el libro de Alfonso se menciona el libro digital LOSHOMBRESGRISES.BLOGSPOT.COM en el tema de infiltración del PCU en el MLN y PS