martes, mayo 20, 2008

Che: Un gigante moral


El próximo 14 de junio Ernesto Che Guevara cumpliría 80 años. Para recordarlo, ese día en la ciudad de Rosario, Argentina - lugar de nacimiento del guerrillero heroico - se realizará un multitudinario acto con la presencia de familiares del Che, el doctor Alberto Granado y Carlos Calica Ferrer, amigos de la infancia y compañeros de ruta de los dos viajes que el Che hiciera por América Latina en 1951 y 1953, y funcionarios provinciales. Granado y Calica son dos afortunados personajes que han conocido muy de cerca a la familia Guevara y que seguramente, en contactos con la prensa local, aportarán datos, anécdotas y vivencias de su relación con el Comandante. Guevara procedía de una familia de clase media de izquierda. De niño padeció graves problemas de asma motivo por el cual obligó a sus padres, Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna a vivir en distintos lugares de la Argentina que tuviesen un clima apropiado para afrontar la enfermedad de su hijo. El asma, que afectó a Ernesto desde los dos años de edad, influyó con el transcurrir de los años en su decisión de convertirse en médico. Se graduó en la facultad de medicina de la ciudad de Buenos Aires en 1953. Ese mismo año inicia su segundo viaje por el continente americano que lo llevaría, meses después, a presenciar el derrocamiento - organizado por la CIA - del gobierno socialista de Jacobo Arbenz, en Guatemala. De allí se traslada a México donde conoció al entonces exiliado Fidel Castro. Poco después, se unió al Movimiento 26 de Julio y posteriormente, ya en Cuba, dirigió los ataques guerrilleros que condujeron a la huida de Fulgencio Batista. Una vez que se estableció el Gobierno, supervisó la reforma agraria, fue presidente del Banco Nacional de Cuba y negoció los acuerdos comerciales con los países del Este. Además, era un brillante intelectual que hablaba francés, escribía poesía y representaba a Cuba en los torneos internacionales de ajedrez. Durante la década de 1960 toda una generación de jóvenes mitificaron sus creencias marxistas puras, su dedicación desinteresada y su implacable ética del trabajo. En Cuba impulsó la creación del trabajo voluntario, los días domingos. Su imagen elocuente presidió los movimientos de protesta en ciudades de todo el mundo, como París, Londres, Washington, Montreal, Tokio, Bombay y Bagdad. El Che, hombre al que nunca le interesaron personalmente cargos, mandos ni honores, sigue siendo el revolucionario más destacado y respetado de América Latina. Con toda seguridad, el próximo 14 de junio los rosarinos vivirán un día muy emotivo en recuerdo de quien vivió, luchó y murió por un mundo mejor.

Osvaldo Piñero

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