miércoles, enero 16, 2008

La OTAN planeó un golpe de Estado contra el PC Italiano



La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pensó en organizar un golpe de Estado en italia en 1976 para evitar que el Partido Comunista Italiano (PCI) llegara al poder, según documentos de la Oficina para el Exterior (Foreign Office) británica. Los documentos, hechos públicos después de treinta años, fueron desenterrados por un investigador italiano en los archivos gubernamentales en Kew, Surrey.
En 1976, la Guerra Fría estaba en su apogeo, Henry Kissinger era Secretario de Estado de Estados Unidos y la situación política italiana era un desastre. Después de treinta años de dominio del corrupto partido de la Democracia Cristiana, el país estaba listo para un cambio. El PCI, liderado por el moderado Enrico Berlinguer, era la única fuerza política que parecía capaz de ofrecerlo. En una elección planeada para el 20 de junio de 1976, había una gran oportunidad de que derrotara a los demócrata cristianos y liderara una coalición.
Un memorándum secreto del Foreign Office fechado el 6 de mayo de 1976, titulado “Italia y los comunistas: Opciones para Occidente”, usaba eufemismos sobre una posible táctica refiriéndose a ella como “acción en apoyo de un golpe de Estado u otras acciones subversivas”. Los autores admitían que, “por su naturaleza, un golpe de Estado llevaría a consecuencias impredecibles”, pero añadían que, al menos en teoría, “podría promoverse. De una forma o de otra, se puede contar con las fuerzas de derecha, con el apoyo de la policía y el ejército”. La idea de un golpe para derrocar al PCI o para evitar que llegara al poder “podría considerarse atractiva”, pero la idea fue rechazada como “poco realista”.
El crecimiento del comunismo italiano había preocupado a los políticos en Occidente todo ese año. En enero, Kissinger le dijo a Willy Brandt, el ex canciller de Alemania Occidental y líder de la Internacional Socialista, sobre su “fuerte ansiedad” por la situación que tenía lugar. La “naturaleza política” de la OTAN, dijo Kissinger, cambaría si los comunistas se hacían con el poder en un país de la Organización.
El resto de la alianza compartía sus preocupaciones. Con todo y su reformismo, el PCI de Berlinguer seguía siendo cercano a Moscú. Su mayor temor era sobre qué ocurriría con la seguridad nuclear de la OTAN si el PCI llegaba al poder. “Para ponerlo de forma cruda”, como hizo el Ministerio de Defensa británico, “documentos sensibles terminarían en Moscú”. Para el caso, el PCI terminó segundo en la elección, con el 34.3 por ciento de los votos frente al 38.7% de la Democracia Cristiana.

Fuente: La Jornada / RedGlobe

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