viernes, mayo 18, 2007

El socialismo puso a la URSS a la cabeza del progreso científico.


En 1917 Rusia era uno de los países más atrasados de Europa y su población era casi totalmente analfabeta. La Revolución de Octubre cambió esa situación radicalmente.
En toda una serie de direcciones, los adelantos de los soviéticos permitieron a la ciencia soviética ocupar posiciones de vanguardia en la mundial. Se prestó especial atención al fomento de las investigaciones fundamentales, de las ramas del saber que aseguraban en muchos aspectos la tasa de progreso de la economía nacional y reforzaban la capacidad de defensa del país.
Fue una realización histórica el dominio de la energía atómica (por un grupo de científicos bajo la dirección del académico I. Kurchátov), la puesta en marcha en 1947 de un sincrofasotrón, el más potente del mundo a la sazón, para el estudio de las partículas atómicas (1). La creación en la URSS de la bomba atómica enfrió el ímpetu de muchos instigadores de la nueva guerra mundial.

Descentralización de la investigación científica

El descubrimiento de poderosas zonas petrolíferas, previstas en trabajos anteriores, en Siberia Occidental y de grandes yacimientos de minerales en Yakutia, los Urales, Siberia y el Extremo Oriente y la utilización de riquísimos recursos hidroenergéticos condicionaron el impetuoso progreso de estas comarcas. En un pasado reciente, las fuerzas científicas fundamentales se concentraban en Moscú, Leningrado, Járkov, Kíev y otras ciudades de la parte europea del país, pero hacia mediados de la sexta década una parte de las organizaciones de investigación científica pasó a concentrarse igualmente en los Urales, el Kazajstán, Siberia, Transcaucasia, las repúblicas centroasiáticas y el Extremo Oriente.
[...] Tan sólo en el sistema de la Academia de Ciencias de la URSS había en 1956 un total de 120 institutos y grandes laboratorios, además de 12 filiales locales. Se crearon bases de investigación en la isla de Sajalin, en Kamchatka, en el Daguestán, las tierras del Volga y Crimea. Cuando ante el país se planteó el importante problema de utilizar en gran escala las fuerzas productivas de Siberia se resolvió crear allí un nuevo e importante complejo de centros científicos -la Sección Siberiana de la Academia de Ciencias de la URSS, con sede en Novosibirsk-, levantándose Akademgorodok, es decir, un poblado con toda una red de instituciones científicas. Los científicos de Siberia se dedican a investigaciones fundamentales de las direcciones generales y específicas del territorio. En algunas direcciones científicas importantes, la Sección Siberiana ocupa un lugar prominente en el país y goza de fama mundial.
Merced a la consecuente aplicación de la política nacional leninista del partido, a medida que aumentaban los cuadros científicos y se fortalecían los centros de investigación científica en las zonas habitadas por otras nacionalidades, ademas de la rusa, surgieron en los años postbélicos [después de 1945] nuevas academias de ciencias de diversas repúblicas: las de Kazajia, Estonia, Letonia, Tadzhikia, Turkmenia, Kirguizia, Lituania y Moldavia. Muchas academias fueron fundadas partiendo de las filiales de la Academia de Ciencias de la URSS. Estas instituciones pasaron a desempeñar el papel rector en el progreso de su respectiva región. En el período posterior a la guerra [II Guerra Mundial] se ha elevado aún más el prestigio científico de la Academia de Ciencias de la RSS de Ucrania, en la que se desplegaron vastas investigaciones en el dominio de la cibernética (2), la física del estado sólido, la materialogenia, la química física, la geología y la soldadura de metales. Hicieron considerable aporte al progreso de la ciencia patria y mundial los astrofísicos de la Academia de Ciencias de la RSS de Armenia; en la esfera de la mecánica y la matemática, los sabios de la Academia de Ciencias de la RSS de Georgia; en la esfera de la química de los alcaloides, los científicos de la Academia de Ciencias de la RSS de Uzbekia; en la esfera de la geología, los hombres de ciencia de la Academia de Ciencias de la RSS de Kazajia; en la esfera de la petroquímica, los científicos de la Academia de Ciencias de la RSS de Azerbaidzhán; en el dominio de la síntesis orgánica fina, los sabios de la Academia de Ciencias de la RSS de Letonia, y así sucesivamente. Las academias de ciencias de las repúblicas de Asia Central prestan atención a la investigación de las bases científicas del cultivo del algodonero, al estudio de los desiertos, al usufructo de las aguas y a los problemas de sismología.
[...] En estrecha colaboración creadora con científicos extranjeros comenzaron a principios de la sexta década las investigaciones de la Antártida y prosiguieron los intensos estudios del Ártico. Fueron galardonadas con el Premio Nobel las realizaciones de los científicos soviéticos N. Semiónov, J. Tamm, L. Landau, P. Cherenkov, I. Frank, N. Básov y A. Projorov.
Fue un gran adelanto de la técnica soviética la creación de aviones supersónicos militares y de viajeros (de los constructores A. Tupolev, S. Iliushin, A. Yakovlev, O. Antónov y otros), en los que se batieron varios récords mundiales.

Avances en Física subatómica

Una extensa labor de experimentación científica e investigación han realizado, sobre todo en los últimos decenios, los físicos del país para revelar los secretos del átomo y utilizar su energía con fines pacíficos. E1 27 de junio de 1954 se puso en servicio en la Unión Soviética la primera central atomoeléctrica de carácter industrial. Los hombres de ciencia de los países socialistas mancomunaron sus esfuerzos para crear en la ciudad de Dubna, cerca de Moscú, el Instituto Internacional de Problemas Nucleares. Este centro científico de primer orden está dotado de magníficos equipos modernos facilitados por el Gobierno de la URSS. En abril de 1957 se puso en marcha aquí el acelerador de partículas atómicas más potente de la época. Se comenzó con éxito la construcción de otro acelerador, todavía más poderoso: hasta la energía de 70 mil millones de electrones-voltio (1). Los aceleradores adquirieron gran empleo para atender las necesidades de la industria socialista, al igual que la economía agropecuaria. Significó una gran realización el descubrimiento de un isótopo pesado del 102° elemento por un grupo de científicos bajo la dirección de G. Flerov, correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS.
En 1958, en la Unión Soviética comenzó a generar fluido eléctrico una central atómica con potencia de 100 mil kW y se emprendió la construcción de varias centrales atomoeléctricas de gran potencia. En particular, en 1969, se inició la construcción de una nueva central atomoeléctrica industrial con reactor de neutrones rápidos, con potencia práctica de 600 mil kW.
Otro ejemplo de empleo pacífico de la enegría del átomo y momento de viraje en la historia de las construcciones navales fue la botadura en la URSS del rompehielos atómico Lenin (1959), el primero del mundo, construido en los conocidos astilleros del Almirantazgo de Leningrado.
Desempeñó un papel relevante en el progreso de la física atómica el académico I. Kurchátov, tres veces Héroe del Trabajo Socialista, cuya vida fue una verdadera hazaña en aras de la ciencia y la Patria.
En el terreno de la física teórica hicieron nuevos descubrimientos los académicos N. Bogoliúbov y B. Pontecorvo, cuyas investigaciones les valieron el Premio Lenin.
Los descubrimientos de la física soviética, de reconocimiento mundial, estuvieron ligados inseparablemente a la obra de figuras tan eminentes de nuestra época como D. Skobeltsin, P. Kapitsa, I. Tamm, V. Véxler, L. Landáu, A. Alexándrov, Y. Zeldóvich, B. Konstantínov, L. Artsimóvich, M. Milliónschikov y otros (3).
Avanzaron con éxito las investigaciones en todas las direcciones de la matemática contemporánea. Se probó la posibilidad de resolver las teorías elementales de una amplia clase de campos normados, se hicieron relevantes descubrimientos en la esfera de la teoría analítica de los números (4), se logró puntualizar sustancialmente y argumentar ciertos problemas de la teoría de la probabilidad (5) y la estadística matemática, así como en otras ramas de dicha ciencia.
Contribuyeron en muchos aspectos al progreso de la economía del país las nuevas realizaciones de la ciencia química (las investigaciones de los académicos A. Nesmeyánov, N. Semiónov, I. Knuniants, A. Beloziorski, A. Tópchiev, A. Sadykov y otros). En particular, se realizaron varios trabajos de importancia básica en el terreno de la química cuántica, la petroquímica, la química y la física de los compuestos macromoleculares, la química de las altas energías, los procesos de obtención y tratamiento de metales, etc.
Hicieron un aporte considerable a la ciencia los investigadores soviéticos dedicados a la mecánica, la radiofísica, la energética, la cibernética, etc. Merced a los trabajos del académico N. Chetáev y otros se formó definitivamente la escuela de la teoría de la estabilidad del movimiento del cuerpo sólido.
Son de mucha importancia para la economía agropecuaria, la medicina y ciertas ramas de la industria los resultados científicos de la biología. Se realizaron investigaciones con el fin de conocer las bases físicas, químicas y biológicas de la actividad vital. Se ampliaron continuamente las proporciones de las búsquedas científicas en el terreno de la biología molecular (las direcciones principales se consagraron a la estructura y la función de los ácidos nucleicos y al proceso de la biosíntesis de la proteína) y de la biofísica molecular (se descubrieron y se investigaron los estados excitados estables en las proteínas y los ácidos nucleicos), en el terreno de la fisiología del hombre y los animales, de la biología general (sobre todo la genética). Se ampliaron sustancialmente las investigaciones para la quimización de la agricultura, de mucha importancia para la elevación de los rendimientos de los cultivos y la productividad del ganado (6).
En la lucha por el incremento de la producción agropecuaria, a la par con los hombres de ciencia, participaron los seleccionadores prácticos. En 1962, más de 20 millones de hectáreas ocuparon los sembrados de híbridos y nuevas variedades de maíz obtenidos por B. Sokolov, M. Jadzhínov, G. Galéev, A. Musíiko y V. Kozubenko.
Significaron valioso aporte a la medicina los trabajos de L. Bogush (tratamiento de la tuberculosis), A. Vishnevski y B. Petrovski (enfermedades del corazón), N. Blojín y N. Petrov (tratamiento y profilaxis de enfermedades cancerosas), todos ellos Premio Lenin, y muchos otros científicos eminentes. Fue valorado altamente por la medicina mundial el preparado eficaz antipoliomielítico creado bajo la dirección de A. Smoródintsev y M. Chumakov. Cientos de institutos y laboratorios de investigación científica y decenas de miles de investigadores médicos se ocuparon intensamente en problemas de prolongación de la vida humana. Como hemos señalado antes, la duración media de la vida del hombre en la URSS a principios de la octava década alcanzó 70 años. Hacía ya aproximadamente 20 años que la Unión Soviética había ocupado el primer lugar del mundo por el número absoluto de médicos, así como por la proporción de éstos en el total de la población. Respecto de 1913, el número de médicos por cada 10 mil habitantes a comienzos de los años 60 era 34 veces mayor en Turkmenia; 42 veces mayor en el Kazajstán y el Uzbekistán; 66 veces mayor en Kirguizia, y 112 veces mayor en el Tadzhikistán. Tan sólo en el primer semestre de 1973, a cuenta de las asignaciones del Estado, se construyeron y pusieron en servicio nuevos hospitales para 12 mil camas y nuevas policlínicas para 23 mil visitas por turno.

Ingeniería y tecnología

Importantes cambios cualitativos se registraron en el progreso de la construcción soviética de maquinaria. Aquí salieron a primer plano los problemas de resistencia y automatización. Los hombres de ciencia e ingenieros crearon muchas máquinas-herramienta automáticas y semiautomáticas de alto rendimiento con transmisión hidráulica y dispositivos copiadores para tratamiento de distintos materiales. Especial atención se prestó a la dirección programada del mecanizado de metales. Avanzó la teoría de la dirección automática (escuela del académico V. Trapéznikov).
En el dominio de la tecnología creció sin cesar la importancia de los métodos químicos de tratamiento de los metales. Merced al progreso de la industria de polímeros comenzó la producción de nuevos materiales que, además de desplazar a los naturales, poseen cualidades que la naturaleza no conoce. En 1962, los colaboradores del Instituto Patón de soldadura, dependiente de la Academia de Ciencias de la RSS de Ucrania, pusieron en práctica un nuevo método de soldadura automática de aceros al arco. Los metalúrgicos soviéticos resolvieron, en la práctica, el problema del empleo del gas natural en los altos hornos. Se investigó activamente la tecnología de la llamada micrometalurgia, o sea la obtención de hilos y cables metálicos superdelgados, sin los cuales es inconcebible el progreso de la técnica moderna.

La divulgación científica

Paso de gran significación para la formación de cuadros marxistas en la esfera de las humanidades fue la fundación, al poco de terminar la guerra, de la Academia de Ciencias Sociales, aneja al CC del PCUS. Comenzó a desempeñar un gran papel en el sistema de educación de los trabajadores la Sociedad de propagación de conocimientos científicos y políticos (hoy denominada Sociedad Znanie) fundada en 1947 a iniciativa de los científicos soviéticos. A finales de los años 40, en el sistema de la Academia de Ciencias de la URSS se organizaron varias filiales (de la península de Kola, de Yakutia, etc.), instituciones científicas de múltiples ramas, lo que aumentó en amplitud y profundidad la geografía de la ciencia (7).
[...] La construcción del comunismo incorporó a la participación activa en el fomento de la ciencia a las grandes capas de la población laboriosa de todas las repúblicas del país. Se unieron a la lucha por el progreso científico-técnico decenas de miles de obreros, ingenieros y peritos. En las empresas de Moscú, Leningrado, Sverdlovsk y otros centros industriales surgieron comisiones de asistencia al progreso técnico, oficinas de análisis económico, etc.
Ocuparon importante lugar en la lucha por el progreso de la ciencia y la técnica la Sociedad de inventores y racionalizadores de la URSS (su I Congreso se celebró en septiembre de 1959) y diversas sociedades científico-técnicas.
La ciencia soviética dispone de numerosos cuadros altamente calificados de científicos, cuyas filas se engruesan continuamente a cuenta de la afluencia de jóvenes investigadores. En el presente [1977], más de un millón de personas se ocupa en la URSS en trabajos científicos y en enseñanza científica. Es la cuarta parte de todos los trabajadores de la ciencia del mundo.

La inauguración de la era cósmica

Entre las grandes realizaciones de la ciencia soviética ocupan legítimamente el lugar principal los adelantos en el estudio del espacio cósmico y en la investigación del núcleo atómico. Estas realizaciones produjeron una auténtica revolución en la ciencia mundial y son de gran significación para los destinos del género humano. El 4 de octubre de 1957, en la URSS se puso en órbita el primer satélite artificial (spútnik) de la Tierra, con lo que se dio comienzo al cumplimiento del sueño secular del hombre: el asalto del Cosmos (8).
La palabra rusa spútnik arraigó de golpe en los diversos idiomas del mundo.
El progreso de la ciencia y la técnica en la URSS permitió a los soviéticos penetrar más y más hondo en los misterios de la naturaleza. Tan sólo en 1959 se lanzaron tres cohetes cósmicos. El primero pasó a ser el décimo planeta del sistema solar. El segundo llegó a la superficie de la Luna, llevando a la zona de los mares lunares de la Claridad y la Tranquilidad un gallardete con el escudo de armas de la URSS y la inscripción: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Septiembre de 1959. El tercero puso una estación automática interplanetaria en órbita alrededor de la Luna y permitió fotografiar la cara invisible de la Luna. Se lanzaron al Cosmos animales, plantas e insectos terrestres con fines de experimentación. Los datos obtenidos brindaron nuevos conocimientos indispensables para la preparación del vuelo del hombre al Cosmos. La ofensiva sobre el Universo propició el nacimiento de una nueva rama de la ciencia: la física del Cosmos.
El 12 de febrero de 1961 se lanzó a la zona de Venus una estación interplanetaria soviética.
En la mañana del 12 de abril de 1961 se oyeron por radio las palabras: Habla Moscú. Transmiten todas las emisoras de la Unión Soviética. El 12 de abril de 1961 se ha lanzado en la Unión Soviética en órbita alrededor de la Tierra la nave-satélite cósmica Vostok, la primera del mundo, tripulada por un hombre. El piloto cosmonauta de la nave es el comandante de aviación Yuri Alexéevich Gagarin, ciudadano de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. A las 10 horas y 35 minutos (hora de Moscú) del mismo día, la nave cósmica soviética pilotada por el cosmonauta aterrizó en la URSS sin contratiempo en la zona fijada de antemano. Se dio a Y. Gagarin, con toda razón, el nombre de Colón del siglo XX.
El vuelo cósmico de Yuri Gagarin abrió vastas perspectivas de mayor conquista del espacio circunterrestre por el hombre.
El 6 de agosto de 1961, a las 9 horas de la mañana, se puso en órbita alrededor de la Tierra la nave-satélite Vostok-2 pilotada por G. Titov. El nuevo cosmonauta pasó 25 horas a grandes alturas, más allá de la atmósfera terrestre, siendo el primero en manejar una nave cósmica. El 16 de marzo de 1962 se lanzó al cielo el satélite Cosmos, el primero de la serie de sputniks de investigación científica. Después de éste se oyeron reiteradas veces comunicados acerca de la puesta en órbita circunterrestre de naves cósmicas con cosmonautas soviéticos a bordo. En el verano de 1962 se realizó el vuelo cósmico de A. Nikoláev y de P. Popóvich en naves-satélites Vostok-3 y Vostok-4, y al cabo de un año, el mundo fue testigo de otra victoria de la ciencia soviética: se realizó un nuevo vuelo en grupo de varios días de la nave Vostok-5 pilotada por V. Bykovski y Vostok-6 pilotada por Valentina Tereshkova, la primera mujer cosmonauta del mundo.
En noviembre de 1962 se lanzó en la dirección de Marte la estación automática interplanetaria Marte-1; el 2 de abril de 1963 salió en dirección de la Luna la estación soviética Luna-4.
El 12 de octubre de 1964, un nuevo y potente cohete puso en órbita de satélite de la Tierra, por vez primera en el mundo, la nave cósmica Vosjod-1 tripulada por tres personas: el ingeniero coronel V. Komarov, el colaborador científico K. Feoktístov y el médico cosmonauta B. Egórov. Por vez primera, un hombre de ciencia y un médico hacían sus observaciones directamente en el Cosmos. Los cosmonautas realizaron el vuelo sin usar escafandras ni sistema de catapultaje.
El 18 de marzo de 1965 salió a la órbita de satélite de la Tierra una nueva nave cósmica soviética -Vosjod-2-, cuyo vuelo inauguró una nueva página brillante en la historia de la penetración en el Cosmos: por vez primera en el mundo, el hombre abandonó la nave para salir al espacio cósmico. Este complejo experimento, que requería excepcional valor, fue realizado por el piloto cosmonauta A. Leónov, con la asistencia del jefe de la nave Vosjod-2, el piloto cosmonauta P. Beliáev.
Cabe estimar importante jalón en el estudio del Cosmos el alunizaje suave en la Luna, el 3 de febrero de 1966, de la estación automática soviética, que transmitió fotos de la superficie del satélite natural a la Tierra.
En abril de 1967 se probó la nave Soyuz-1. Tras cumplir todo el programa de vuelo, al aterrizar, debido a ciertas circunstancias imprevistas, murió el cosmonauta V. Komarov.
El 18 de octubre de 1967, la estación automática Venus-4, dotada de aparatos científicos, realizó por vez primera mediciones en la atmósfera de Venus, y a fines de octubre del mismo año, por vez primera en el mundo, se efectuó el primer empalme automático en órbita de satélites artificiales de la Tierra.
En 1968, el cosmonauta G. Beregovói realizó un vuelo en una nave nueva y más perfecta: Soyuz-3; se lanzaron dos estaciones en la dirección de Venus, que alcanzaron la superficie del planeta en mayo de 1969, llevando allí gallardetes soviéticos.
En enero de 1969 se efectuó en órbita circunterrestre el empalme de dos naves-satélites cósmicos: Soyuz-4, al mando del cosmonauta V. Shatálov, y Soyuz-5 al mando del cosmonauta B. Volynov, así como el paso de los cosmonautas E. Jrunov y A. Eliséev, a través del espacio abierto, de una nave a la otra.
El 11, 12 y 13 de octubre de 1969 se pusieron en órbita en torno a la Tierra tres naves cósmicas soviéticas: Soyuz-6 (con los cosmonautas teniente coronel G. Shonin e ingeniero de a bordo V. Kubásov), Soyuz-7 (con los cosmonautas coronel A. Filípchenko, ingeniero de a bordo V. Vólkov e ingeniero coronel V. Gorbatkó) y Soyuz-8 (con los cosmonautas V. Shatálov e ingeniero de a bordo A. Eliséev). Se cumplió un complejo conjunto de trabajos previstos por el programa del vuelo, en particular, por vez primera en la práctica mundial, se realizó en órbita un proceso tan complejo como la soldadura de metales.

La carrera espacial

Los años de 1969 y 1970 mostraron claramente las peculiaridades y la diferencia de los programas de la URSS y de los EE.UU. para la investigación del Cosmos. La Unión Soviética investigaba con sentido consecuente el espacio cósmico y los planetas del sistema solar, ante todo, con ayuda de aparatos cósmicos dirigidos y dando pasos concretos para crear estaciones científicas orbitales, mientras que los EE.UU. emprendieron el camino de la preparación y cumplimiento de un programa de desembarco de astronautas en la Luna (el programa Apolo).
El 16 de julio de 1969 se lanzó el Apolo XI (con los astronautas Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin). El 20 de julio, el módulo lunar de Apolo XI alunizó en el satélite natural de la Tierra. En noviembre del mismo año realizó un vuelo a la Luna la nave Apolo XII: Los astronautas trajeron a la Tierra 36 kilos de muestras de suelo del satélite.
En la misma época, la Unión Soviética lanzó la nave pilotada Soyuz-9 y las estaciones automáticas para el estudio de la Luna, Venus y el espacio circunterrestre e interplanetario.
Del 1 al 19 de junio se realizó el vuelo de Soyuz-9 (jefe de la nave, A. Nikoláev, ingeniero de a bordo, V. Sevastiánov, candidato a doctor en Ciencias Técnicas). Su programa era investigar el efecto duradero del conjunto de factores del vuelo en el organismo del hombre y, ante todo, comprobar la capacidad de trabajar activamente en medio de la imponderabilidad durante un largo período. El vuelo significó un paso importante en la creación de estaciones orbitales.
El vuelo de la estación automática Luna-16 (septiembre de 1970) permitió resolver un complejo problema científico-técnico de la cosmonáutica: la toma de muestras de suelo de la Luna con medios automáticos y su transporte a la Tierra. El 20 de octubre se envió a la Luna, para regresar a la Tierra la estación automática Zond-8. El 17 de noviembre alunizó en la parte occidental del Mar de las Lluvias Luna-17, que llevó allí el aparato automóvil Lunajod-1. Durante diez meses y medio se llevó a cabo un experimento cósmico único en su género, con empleo de un sistema lunar de transporte para realizar un vasto conjunto de investigaciones científico-técnicas. Lanzada el 17 de agosto de 1970, la estación automática interplanetaria Venus-7 alcanzó el planeta Venus el 15 de diciembre, investigó las capas inferiores de la atmósfera hasta la superficie y, por vez primera, transmitió a la Tierra información científica directamente desde la superficie de otro planeta del sistema solar.

La primera estación orbital

[...] Durante el vuelo conjunto de dos días (abril de 1971) de la nave cósmica Soyuz-10 (con los cosmonautas V. Shatálov, A. Eliséev y N. Rukavíshnikov) con la primera estación científica orbital se realizó un conjunto de complejas investigaciones para comprobar la capacidad de funcionamiento de distintos sistemas perfeccionados.
Relevante hazaña en aras de la ciencia patria y mundial fue el vuelo de la estación Saliut (con el teniente coronel G. Dobrovolski, jefe de la nave, el ingeniero de a bordo V. Vólkov y el ingeniero probador V. Patsáev). Durante el vuelo orbital de inusitada duración (del 6 al 30 de junio de 1971), los cosmonautas cumplieron un complejo programa de investigaciones en la nave Soyuz-11 y durante el vuelo en la estación científica orbital Saliut. Al regresar a la Tierra en la nave de transporte Soyuz-11, los valerosos cosmonautas murieron, pero su vuelo hizo un aporte inapreciable al progreso de la cosmonáutica.
[...] A principios de 1975 se puso en órbita la nave cósmica Soyuz-17, pilotada por los cosmonautas A. Gúbarev y G. Grechko, que empalmó con la estación [espacial]. Tras pasar a ésta, los dos cosmonautas cumplieron en 30 días de vuelo un extenso programa de investigaciones y experimentos científico-técnicos.
Después de aterrizar Soyuz-17, la tripulación de la nave cósmica Soyuz-18, P. Klimuk y V. Sevastiánov, empalmó con la estación, pasó a ella y trabajó a bordo 63 días. Fue éste el más largo vuelo cósmico, durante el que se llevó a cabo un vasto programa de investigaciones científicas.
Eminente experimento cósmico fueron el empalme y el vuelo conjunto en julio de 1975 de la nave soviética Soyuz-19 con los cosmonautas A. Leónov y V. Kubásov, y la nave norteamericana Apolo con los cosmonautas T. Stafford, V. Brand y D. Slayton. El 17 de julio, las naves empalmaron, en la órbita comenzó a funcionar un conjunto cósmico internacional. Soyuz-Apolo fue el prototipo de las futuras estaciones internacionales.
[...] Fue prueba de notables éxitos de la ciencia y la técnica soviéticas el lanzamiento de estaciones automáticas interplanetarias. El 22 y el 25 de octubre de 1975 se pusieron en órbita de satélites artificiales de Venus las estaciones automáticas Venus-9 y Venus-10. Los aparatos de descenso de las estaciones realizaron un aterrizaje suave en la superficie del planeta en distintos lugares y transmitieron a Tierra fotografías de la superficie de Venus. Así, por vez primera en la historia, se crearon satélites artificiales de Venus y se obtuvieron fotografías de la superficie de este planeta.
Las investigaciones del Cosmos contribuyen al rápido progreso de muchas ramas de las ciencias naturales y la técnica, a la creación de nuevas disciplinas científicas (biología, medicina y física cósmicas). La conquista de los espacios cósmicos ha acelerado el ritmo de la revolución científico-técnica, ha exigido la creación de la metalurgia de calidad, la producción de nuevos materiales e, indudablemente, tiene ya ahora mucha importancia para el avance de numerosas ramas de la economía nacional.

La ciencia es una fuerza productiva

En la URSS, la ciencia contemporánea se va erigiendo en fuerza productiva directa de la sociedad. Los científicos soviéticos han logrado notables éxitos. La propia ciencia se industrializa rápidamente. Su base experimental se amplía a cuenta de instalaciones que, por su escala, nada tienen que envidiar a las empresas industriales.
Han salido a primer plano los trabajos relacionados con las rápidas calculadoras electrónicas. El impetuoso proceso de matematización de las más diversas ramas del saber ha dado vida en el último decenio al surgimiento de muchas ideas fecundas que han formado la base de la cibernética, la biónica y otras direcciones importantes del progreso científico-técnico. La simulación matemática en la química, la biología y las distintas esferas de las ciencias técnicas durante el cumplimiento del plan septenal y del octavo plan quinquenal aceleró la marcha de las investigaciones y contribuyó a la aplicación práctica más rápida de los adelantos de la ciencia. El progreso de la ciencia ahora depende más que nunca del pertrechamiento técnico del experimento. A fin de satisfacer las crecientes demandas de la ciencia soviética surgió en los años 60 una nueva rama de la industria: la construcción de aparatos científicos.
[...] Los adelantos de la ciencia soviética encarnan el trabajo de los hombres de ciencia de todas las repúblicas del país. En los últimos años han sido puestos en marcha nuevos reactores atómicos en Kíev y Tbilisi, en Letonia y Uzbekistán. Antes de la revolución no había un solo colaborador científico en Kirguizia, y ahora trabajan en la república más de 25 mil. Cerca de 40 instituciones científicas funcionan dentro del sistema de la Academia de Ciencias de la RSS de Kazajia y alrededor de 600 se hallan en Ucrania.
[...] En la sociedad socialista desarrollada, cuando la ciencia llega a ser el factor decisivo del crecimiento de las fuerzas productivas de la sociedad, los científicos soviéticos procuran que se utilicen con la máxima eficacia las riquezas y las fuerzas de la naturaleza en beneficio de los trabajadores, en aras del fortalecimiento de la paz en todo el mundo. La sociedad comunista, que se construye con el trabajo creador y abnegado del pueblo soviético, será la más alta encarnación del progreso social y científico-técnico.

Historia de la URSS, Editorial Progreso, Moscú, 1977, tomo III, pgs.265 a 284

Añadidos nuestros:

(1) Un sincofasotrón es un tipo gigantesco de acelerador de partículas subatómicas que, como otros parecidos (ciclotrones, betatrones, sincrotrones) incrementa la energía cinética de partículas cargadas colocándolas dentro de campos electromagnéticos para utilizarlas como proyectiles contra núcleos atómicos.
(2) La afirmación de que la cibernética estaba prohibida en la Unión Soviética es, por tanto, falsa.
(3) P.L. Kapitsa fue quien realizó en 1937 un descubrimiento tan decisivo para la Física moderna como la superfluidez.
(4) Aunque el texto no lo menciona, fue el matemático I.M.Vinogradov quien impulsó esta teoría.
(5) La axiomatización de la teoría de probabilidades la realizó en 1925 el gran matemático soviético A.N. Kolmogorov, quizá el mayor matemático del pasado siglo.
(6) Sorprendentemente el texto tampoco cita las trascendentales aportaciones del biólogo A.Oparin al estudio del origen de la vida en el universo.
(7) Desde los años treinta existía en la Unión Soviética una disciplina pionera llamada Naukovodemia, un especie de ciencia de la ciencia, que recopilaba y analizaba quién, cómo y dónde se investigaba y publicaba en todo el mundo a fin de que el conocimiento fuera accesible a todos los que desearan aprender.
(8) En la Unión Soviética se hablaba de cosmos y de cosmología por influencia ideológica, específicamente rusa, que los comunistas heredaron, derivada de las corrientes filosóficas más avanzadas de su país de mediados del siglo XIX. En occidente se utilizan preferentemente las expresiones universo y astronomía.

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